por: Noel David Suárez
Ídolo Gilberto Herrera ha esculpido una larga trayectoria en el voleibol. Tanto en Cuba como en el extranjero (España, Grecia y Turquía, por citar algunos), quien está considerado como profesor de profesores ha compartido su sapiencia y dejado su huella.
Para orgullo nuestro aún conserva la energía y sostiene todo el empeño de trabajar por el deporte cubano.
Ídolo Gilberto Herrera actualmente forma parte del colectivo de investigadores del Centro de Investigaciones del Deporte Cubano (CIDC), desempeñando labores de en el Departamento de Ciencias del Entrenamiento.
Por estos días, su persona ha recalado en los titulares deportivos, luego de conocerse que junto a la triple campeona olímpica Regla Bell, está nominado al Salón de la Fama del Voleibol Mundial en este 2024.
Y la noticia fue pretexto perfecto para acercarnos al CIDC y conversar en exclusiva sobre la nominación, el voleibol y los retos que supone el contexto actual que describe el desarrollo de este deporte en nuestra tierra:
¿Cómo recibió la noticia de su nominación al Salón de la Fama de Voleibol?
En realidad, fue una gran sorpresa esa noticia, ni remotamente estaba al tanto de ese suceso. Tengo que decir claramente que me entusiasmó mucho cuando un compañero de trabajo y alumno a la vez me lo comunicó por el móvil. De este proceso de exaltación al Salón de la Fama del Voleibol Internacional tuve conocimiento cuando fue nominada y posteriormente incluida la hoy Doctora en Ciencias de la Cultura Física Yumilka D. Ruiz Luaces, que ostenta la condición de ser doble medallista de oro Olímpica, además de un bronce, varias veces Campeona del Mundo y de la Copa Mundial. Todos festejamos ese momento con mucha alegría.
En mi caso, al socializarse la noticia, de inmediato el colectivo de trabajo y demás conocidos se unieron a la alegría que ya tenía por dentro.
El Salón de la Fama del Voleibol (Volleyball Hall of Fame) se instituye en Holyoke, ciudad natal del voleibol. En 1978 se creó la organización sin ánimo de lucro Holyoke Volleyball Hall of Fame, Inc. y la primera exaltación se produjo en 1985.
¿Qué opinión tiene sobre este proceso que se lleva cabo desde 1985?
Creo que el trabajo de esta institución ayuda a engrandecer el Voleibol, los que dirigen este proceso tienen un amplio conocimiento de lo realizado por cada uno de los candidatos que ellos designan, sobretodo mantienen la vigencia de los destacados voleibolistas sin importar los años que hayan pasado de su vida activa en la primera línea del voleibol mundial. Conoces por este medio que no han sido olvidado.
Usted es nominado en la categoría de entrenadores, hay muchos grandes maestros del voleibol que aparecen ya en el salón de la fama y otros que pronto estarán, seguramente. Muchos de ellos han sido sus rivales y también colegas. Alguna anécdota que quisiera compartir:
He tenido la suerte de encontrarme con exitosos entrenadores, de los cuales podemos citar: Doug Beal de EE.UU, Yuri Chevnovko de Rusia, Bebeto de Brasil, Herbert Genter de la Ex República Democrática Alemana, Merck Dunphy de EE. UU. Pittera de Italia, Julio Velasco de Argentina, Warner de Polonia, Son de Corea, Ikeda de Japón entre otros.
La anécdota muy interesante está relacionada con Bernardinho de Brasil, al finalizar la Súper Copa del Mundo del año 2001, donde después de un largo partido entre las selecciones de Cuba y Brasil, la Mayor de las Antillas resultó victoriosa. Al término del partido, en la conferencia de prensa me expresa: -profesor no sé qué hacer, me fui del sector femenino porque Eugenio no me dejaba ganar una competencia, llego al masculino y se aparece usted después de 15 años sin estar al frente de la selección cubana y me gana, “en realidad no sé qué voy hacer a partir de ahora”.
Hablemos un poco de su historia, esa que lo ha llevado a ser una leyenda en el Deporte de la Malla Alta. Comenzaremos por los Centroamericanos de San Juan 1966, una justa plagada de matices, cuéntenos su experiencia.
La selección cubana para San Juan Puerto Rico fue trabajada con mucho esmero, primero con los profesores José “Tati” Mendoza y Eugenio George, siendo este último el que llevó el trabajo hasta el final de estos juegos. Se seleccionaron 24 jugadores en el año 1964 hasta 1966. El trabajo fue en extremo duro, con grandes limitaciones desde el punto de vista social, lo más importante era siempre el entrenamiento para ganar esa competencia que significaba mucho para Cuba en la esfera socio-política y deportiva.
Sucesos hubo muchos, desde intento de secuestro de nuestro equipo femenino de voleibol, agresiones en los entrenamientos, intento de robarse la Bandera de la Estrella Solitaria, señuelos para desertar mediante mujeres, curas, bandidos y otros personajes que estaban claramente contra los deportistas de la Cuba revolucionaria. Allí en Puerto Rico había que entrenar, competir, hacer guardia y, sobre todo, cuidar la cohesión grupal, todos estos esfuerzos condujeron a aquel equipo para que se convirtiera en un solo puño para luchar.
¿Qué significó para usted y para el voleibol cubano la presea de bronce alcanzada en los Juegos Olímpicos de Montreal 1976?
El significado de esa medalla fue más que un símbolo para nuestro equipo. Hubo limitaciones durante todo el proceso de entrenamiento, pero la tarea que se nos encomendó soportaba y llevaba ese sacrificio. El ser campeones Centroamericano y del Caribe fue el anhelo de muchos voleibolistas, y nuestro colectivo lo hizo posible.
Comienzo hablando de la medalla de Puerto Rico1966 porque fue el inicio de un período que culminó con el poder subir al podio de las grandes competencias mundiales, entre ellas la de Montreal 76. El esfuerzo realizado en esta preparación estaba muy bien planificado, he ahí uno de los eslabones más importantes en cualquier formación perspectiva de un equipo deportivo, la estrategia de desarrollo, sin eso no se puede avanzar.
La condición de ser medallista Olímpico propulsó el rendimiento no solo de la selección nacional, sino también a los grupos de desarrollo. El ser medallista Olímpico significa la gloria para toda la vida en el ámbito deportivo.
¿Cómo define aquellos duelos entre Cuba e Italia de finales de los 80 e inicio de los 90 en la rama masculina?
Estos duelos por la supremacía mundial en una competencia convocada por el máximo organismo internacional, siempre fueron muy bien acogidos por el pueblo cubano. Esta situación nos condicionó durante años a prepararnos cada vez mejor por alcanzar el oro, que lo logramos en el año 1989 durante la Copa del Mundo. En realidad, eran dos escuelas de voleibol en una enconada lucha durante varios años.
La dinastía de las Espectaculares Morenas del Caribe constituye uno de los grandes hitos del deporte cubano, ¿cómo lo vivió Gilberto Herrera?
El primer sonado triunfo de nuestra selección femenina de Voleibol fue, al igual que en los hombres, en los X Juegos Centroamericanos y del Caribe, 12 años después Cuba se coronó Campeona del Mundo en 1978. A partir de este momento solo experimentamos el ascenso, obteniendo títulos significativos en la esfera internacional. El colofón de este proceso fue la conquista de las tres medallas de oro Olímpico en 1992, 1996 y 2000. Todo suceso del voleibol cubano es para mí motivo de alegría o sufrimiento, pero además es un aval a mi trabajo donde quiera que me encuentre, las victorias de nuestro voleibol femenino son victorias del pueblo cubano, hay que hacer todo lo posible porque ese galardón no se olvide.
A su juicio, ¿cuáles cree usted que fueron los factores fundamentales que condujeron al éxito de esta generación?
- Estrategia de desarrollo bien concebida por altos especialistas.
- Formación de entrenadores para todos los niveles de desarrollo.
- Jugadores y jugadoras con condiciones naturales, conducidas por el buen camino del desarrollo físico, técnico y táctico para alcanzar un rendimiento constante, apoyado en la fortaleza mental para vencer cualquier obstáculo.
- Apoyo gubernamental, atención por los altos dirigentes de la Revolución. Es importante recordar que, antes del 1ero de enero de 1959, existían dos deportes en Cuba, el Béisbol y el Boxeo, todos los otros eran pequeños grupos de entusiastas que se reunían a veces para entrenar y participar oficialmente pocas veces al año. Es decir, siempre tuvimos mencionados peloteros y boxeadores, pero voleibol femenino solamente existía en las escuelas privadas. Llega la Revolución y en menos de 20 años Cuba se proclama Campeón del Mundo, o sea, donde no había nada nace un nuevo monarca del orbe; se mantiene durante varias etapas en la élite mundial, y viene lo que llamo la maduración de un sistema de entrenamiento dirigido con inteligencia y altruismo, gente que vivió para obtener ese resultado y no vivió de él.
El mejor período fue del 1992 al 2000, en el que se ganan las medallas de oro en tres Juegos Olímpicos de manera consecutiva, varios Campeonatos y Copas del Mundo, NORCECA, Panamericanos y Centroamericanos. Siempre me pregunto, ¿cómo descuidar de esa manera lo que ha sido una de las banderas del deporte cubano?
En particular, el voleibol, junto al Boxeo, el Judo femenino (es la misma historia, donde no existía nada arrasaron con el mundo) y el Béisbol, que son los deportes que más logros alcanzaron en la etapa de mayor apogeo del deporte revolucionario. Eso es algo que no entenderé nunca, ¿Cómo no se dieron cuenta de lo que estaba sucediendo a partir de 2008? Y existe un dirigente del voleibol que manifestó en una ocasión que esas hazañas habían pasado al olvido.
Conociendo el esquema de formación del voleibol cubano, el cuál ha sido exitoso, ¿Cómo es posible que se haya perdido la continuidad en el sexo femenino y, sin embargo, el masculino ha podido encontrar el rumbo?
Siento decirte que en el femenino después de la muerte de los que dirigieron esas hazañas, quedó en manos de personal técnico de otro nivel, no se crearon cursos de superación para esos jóvenes, el nivel en que ellas estaban era muy distante al de los nuevos entrenadores, pero no se buscaron caminos para enviar a superar con carácter urgente a los que teníamos. Por otra parte, las EIDEs y ESPAs también dejaron de funcionar, dando al traste con el trabajo de casi 40 años. No hubo planes especiales de desarrollo de atletas y entrenadores, con lo cual se acabaron ambos sectores, las jugadoras y los entrenadores. Si en Beijing discutieron con lo que tenían y fueron cuartas, cuatro años después no clasifican para Londres y hasta el día de hoy se acabaron las actuaciones de buen rendimiento comparado con el pasado reciente. Lo mejor en los últimos 20 años es la medalla de bronce en los últimos Juegos Centroamericanos y del Caribe, (JCC) ¿es esto justo?
Se puede hacer algún que otro esfuerzo, pero el principal no se hizo, el desarrollo científico técnico de dirigentes y entrenadores para encontrar caminos y volver a establecerse. En mi opinión se vivió del pasado sin darse cuenta del presente.
Con relación al masculino ha pasado algo similar en cuanto a la baja del rendimiento. Se pierden los JCC en Colombia en el 2006 y no es hasta el 2023 que se recupera la supremacía en esta competencia regional, que, dicho sea de paso, es la más baja en rendimiento en el mundo del Voleibol internacional.
Hay varios factores, los atletas que se fueron, los problemas educativos, y también la deficiente implementación de la ciencia en el voleibol cubano, que se conjugan en el escaso número de jugadores de alto rendimiento. Existe actualmente un grupo 12 a 14 jugadores que han perdido entre el 80 al 85% de los partidos contra el primer nivel mundial, que están contratados para jugar en diferentes niveles en las Ligas profesionales, pero hasta el presente no se ha conseguido un resultado en ese nivel, pero lo más peligroso es que la reserva es pobre y con grandes dificultades para entrenarlos, algunos pasan la talla de 2,04m, pero sus condiciones físicas requieren un estudio exhaustivo desde el campo de las Ciencias Morfológicas, la Biomecánica, en particular en la Teoría y Metodología del Entrenamiento Deportivo, con entrenadores en constante capacitación para hacer mover a un jugador de esas tallas, pero la pregunta aflora, ¿dónde están los técnicos que pueden superar a los jóvenes entrenadores?, ¿qué se hace por parte de la Dirección Técnica del Voleibol Nacional en materia de superación en el campo de la investigación científica?, ¿tenemos una estrategia de desarrollo?, ¿dónde está?, ¿qué ha producido en tantos años?
Desde el 2001, donde fuimos campeones de la Súper Copa del Mundo, la otra clarinada fue en el 2009 con el segundo lugar en el evento antes mencionado, a continuación, alcanzamos con un grupo de jóvenes el subcampeonato del mundo en el 2010, en el 2016 se clasifica para los juegos olímpicos de Río y se detienen los altos resultados, pero vean cuantos baches en ese espacio.
En el masculino, la penúltima participación en Juegos Olímpicos fue en Sídney 2000, (7mo lugar), no participamos en Atenas, tampoco en Beijing ni en Londres, y en Río fuimos el lugar 12, donde no se ganó un partido. Fue aquí donde el factor educativo hizo trizas a toda una pléyade de jugadores. En este momento la situación es en extremo difícil para la clasificación olímpica, pero numéricamente existe la posibilidad, ese equipo no tendrá tiempo para entrenar, y tiene una banca que no es tan profunda. Veremos qué se hace, la esperanza es lo último que se pierde.
¿Qué necesita Cuba para regresar a la órbita de la élite mundial del Voleibol?
Capacitación del personal llamado dirigente y entrenadores arropados por algo que se llama” Empleo de la ciencia en el entrenamiento diario”, para mí no existe otra posibilidad.
Actualmente forma parte del Departamento de Entrenamiento en el Centro de Investigaciones del Deporte Cubano (CIDC), ¿cuáles son las líneas de investigación que desarrolla en dicha institución?
Desarrollo de la potencia en los miembros inferiores, Teoría y Metodología del Entrenamiento Deportivo para la alta competencia en los aspectos de la preparación técnica, táctica, física y psicológica en los Juegos con Pelotas.
¿Qué representa para usted ser parte de la rica historia del Voleibol en nuestro país, y, por consiguiente, del Deporte Cubano?
Para mí es una obligación permanente luchar por Cuba, lo que sé hacer está en el deporte, por lo que mi manera de defender esta nación es en esta profesión, en la cual llevo trabajando por más de 60 años.
¿Qué mensaje le daría Gilberto Herrera a todos esos jóvenes que viajarán a París a representar las Cuatro Letras bajo los Cinco Aros?
Qué se preparen con ahínco cada día y regresen con satisfacciones para ustedes y para nuestro pueblo, para ello los respalda la historia escrita con hechos durante mucho tiempo.
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