Raúl Diago: El Mago del deporte de la malla alta

Por Noel David Suárez

El voleibol masculino cubano vive el momento más saludable de los últimos diez años, luego de haber tenido que lamentar derrotas que han sido dolorosas o ilusiones utópicas quebradas en un corto período de tiempo por la salida de los mejores jugadores. Ahora con la inserción de nuestras principales figuras en las mejores ligas del mundo, el deporte de la malla alta ha pedido pista y se lanza como el mejor deporte colectivo en el país, el único con opciones reales de clasificar a la cita Olímpica de París en el 2024. Ligas como la de Italia, considerada por muchos como la mejor del mundo, la de Brasil y la de Francia, se nutren con el buen accionar de nuestros representantes.

El equipo que tenemos actualmente está listo para empeños mayores, y le tocará demostrarlo en un 2023 plagado de competencias internacionales, comenzando por la Liga de Naciones, en la que Cuba debutará ante Canadá el venidero 6 de junio, precisamente en la capital de ese país del norte de América, Ottawa.

Hoy Deporcuba se regala un encuentro con la historia, pues el es más grande pasador que tuvo nuestra Selección Nacional en los años 80 y 90 ha accedido de manera muy gentil a conversar con nosotros, y a contarnos pasajes de aquellas tremendas batallas que libraron en Campeonatos Mundiales, sobre todo ante equipos italianos, además, nos dio su opinión especializada sobre las posibilidades de nuestro actual equipo en sus venideros compromisos internacionales.

Con Raúl Diago Izquierdo, conocido como “El Mago” en su etapa como jugador, en la que fue seleccionado Mejor Pasador del Mundo en la Liga Mundial de 1992 y los Campeonatos del Orbe en 1990 y 1998, conversamos en una entrevista exclusiva para Deporcuba, la cual ponemos a su consideración en las siguientes líneas.

Diago gracias por acceder a conversar con nosotros, y vamos a comenzar por la actualidad, ¿qué está haciendo en estos momentos Raúl Diago?

• En estos momentos soy trabajador por cuenta propia (TCP). Presto servicio a la población. No abandono el voleibol, pues confraternizo con este deporte y con los entrenadores y atletas, en general, la familia del voly. Por lo tanto, me mantengo actualizado con lo que sucede aquí y en el mundo.

Mencionaba en la presentación aquellas batallas ante equipos italianos, ¿cómo recuerdas esos duelos?

• Nuestro equipo tuvo la posibilidad de competir con el italiano en varios eventos oficiales y en topes de preparación para distintos torneos. Para nosotros fue un privilegio discutir seis o siete finales entre campeonatos, ligas y copas del mundo, porque se trataba del mejor equipo en esos momentos. Logramos de estos encuentros alzarnos con la medalla de oro en dos oportunidades (Copa del Mundo 1989 y Liga Mundial 1998). Sin duda Italia nos superó en las victorias, de ahí que preferíamos la final con otro elenco.

Había una gran rivalidad entre ambas selecciones, pero también en lo individual, sobre todo aquella entre dos gigantes como Joel Despaigne y Andrea Zorci, era espectacular la forma en la que remataban ambos, usted la vivió muy cerca, ya que muchos de sus remates eran enviados por sus valiosas manos antes se ser sembrados en el mondo flex. Cuéntenos.

• Claro que hubo rivalidad. Ambos equipos eran fuertes como buenos sus jugadores, y esto provoca al calor del juego y la explosividad de uno y otro lado de la net. 

En el plano personal, ¿era Italia el rival que más le gustaba tener al otro lado del mondo flex?

• Para nosotros resultaba más fácil ganarle a Brasil, pues mucho tenía que ver el temperamento latino, aunque igual sucedía con otros equipos.

De las Ligas, Copas y Campeonatos Mundiales, un partido que recuerde en particular

• Puedo poner varios ejemplos.
  Uno de ellos fue cuando ganamos la Copa del Mundo en 1989. Otro la medalla de plata obtenida en el Campeonato Mundial en Brasil en 1990 donde fui seleccionado por primera vez Mejor pasador del Mundo. Después de haber obtenido varias medallas de plata en Ligas Mundiales, en el 1998 obtuvimos la medalla de oro en Italia, y te podrás imaginar cuánta alegría sentimos. Otro momento emotivo fue cuando ganamos la Copa Europea en 1999 con el club Iveco Palermo.
  Momentos alegres fueron muchos, porque cada vez que uno obtiene resultados satisfactorios te sientes agradecido contigo mismo a nivel emocional, como por ejemplo cuando ganamos los Juegos Panamericanos en 1991 en Cuba, y casualmente fue la última medalla para nuestra delegación; o sea, todos en espera de esta. También recuerdo la única vez que el primer grupo del Equipo Nacional participó en los Centroamericanos, en 1998, y obtuvimos la medalla de oro. Digo la primera vez porque siempre participaba el segundo grupo.

Orlando Samuel era la persona que estaba al frente de ese gran equipo, en el que además de usted y el ya mencionado Despaigne se encontraban otros de la talla de Abel Sarmientos, háblenos un poco de sus relaciones con los demás integrantes de aquella selección.

• Al frente del equipo, de 1985-1993 estuvieron Orlando Samuel, el Chino Rojas, Raúl Vilches, Antonio Pérez y de 1993-2000, Juan Díaz, Justo Morales y el Chino Rojas, entre otros entrenadores. La relación mía como pasador y como persona, durante mis dieciocho años en la preselección nacional siempre fue buena con el colectivo de entrenadores y atletas; de estos tuve la posibilidad de jugar con muchachos de varias generaciones: la primera, el grupo que ya estaba establecido a mi llegada a la preselección, hablo de Raúl Vilches, Carlos Ruiz, Leonardo Silié, Rodolfo Guillén, Abel Sarmientos, Lázaro Beltrán, Manuel Torres, entre otros;  la segunda, los que entramos juntos al equipo nacional (Joel Despaigne, Idalbero Valdés, Ricardo Goicochea, Ricardo Vante, Lázaro Marín); la tercera, formada por atletas que recibí (Josvany Hernández, Osvaldo Hernández, Ramón Gato, Nicolás Vives, Rodolfo Sánchez, Félix Milián, Freddy Brook, Alexis Batle, Alexis Díaz, Nicolás Alfonso, y otros); una cuarta oleada en la que se encontraban Pavel Pimienta, Alaín Roca, Tomás Aldazabal, Ángel Denis, Iván Benito; y al final jugué con Leonel Marchal.

Ya hablábamos de los equipos italianos, muchos de esos jugadores posteriormente se convirtieron en excelentes técnicos, como el caso de Andrea Anastasi, que actualmente comanda un Perugia que ha arrasado en la Súper Lega Italiana, donde militan los cubanos Jesús Herrera, Julio César Cárdenas y Wilfredo León (nacionalizado polaco). ¿No se planteó usted en algún momento dirigir?

• Dirigir siempre estuvo entre las posibilidades. Trabajé durante tres años formando parte del equipo de entrenadores y recientemente dirigí el equipo nacional de Argelia, y el club Borjd de este país. Aunque siempre estoy abierto a trasmitir mis experiencias e intercambiar con los compañeros.

Con el paso del tiempo aparecieron varias generaciones de jugadores muy talentosos, pero que fueron disipadas sobre todo por el fenómeno migratorio, para una gloria de este deporte como usted, ¿qué significaba cuando veía que el voleibol una vez más lograba armar un buen proyecto y con las mismas se desangraba?

• Nada diferente a lo que sintió el pueblo acostumbrado a la posición élite de su equipo. Si quieres una palabra: nostalgia

Hablemos del presente, tenemos a unos cuantos voleibolistas de calidad haciéndolo bien en las mejores ligas del mundo, como el fuera de serie Roberlandy Simón, campeón de la Copa Italia con el Piacenza y Miguel Ángel López, figura imprescindible del Sada Cruzeiro en el Mineirao brasileño. ¿Ve usted a estos dos jugadores como los líderes de este proyecto?

• Simón por su experiencia y resultados es un jugador muy importante en el elenco, igual que lo es Miguel; pero hay otros imprescindibles también.

¿París 2024 es posible para este equipo?

• Nos sentimos esperanzados de buenos resultados en los próximos Juegos Olímpicos. Igual puede suceder en la Liga de Naciones. Estos muchachos vienen juntos en el equipo nacional desde hace siete u ocho años; además juegan con equipos de primer nivel en clubes italianos, brasileños y de franceses; y eso da una estabilidad y calidad desde el punto de vista técnico-táctico.

En cuanto a su posición, la de pasador, que es quizás la que se ha quedado un poco por debajo, en los últimos eventos la han ocupado indistintamente Adrián Goide y Liván Taguada. ¿Qué opina del desempeño de estos muchachos? ¿Y qué se podrá esperar de ellos para los retos que vienen?

• Desarrollarse y perfeccionar el pensamiento técnico-táctico, precisión del pase, la vista periférica y la toma de decisiones. En estas ligas hay mayor ritmo de juegos, hablamos de más de 50 en una temporada. Luego trasladar las experiencias adquiridas a su equipo nacional. Independientemente de esto, en Cuba el colectivo de entrenadores, con Vives al frente del mismo, está trabajando en función de esas deficiencias.

Vamos a irnos un momento al plano internacional sin salir de la posición. Hábleme de Bruno Rezende, sin dudas de los mejores pasadores de todos los tiempos, y del que es ahora para muchos el más completo, el italiano Simone Gianelli.

• Estos dos que mencionas y el pasador de Argentina, en mi opinión son los mejores del mundo en estos momentos.

Le toca el turno a la pregunta más polémica de la entrevista, se ha dicho que se pretende llevar al principal equipo a los Centroamericanos de San Salvador, en plena VNL, ¿por qué hacer esto y no llevar un Cuba B, integrado también por jugadores que lo hacen en ligas extranjeras? Su criterio al respecto.

• Teniendo en cuenta que llevamos años tratando de clasificar a la Liga de Naciones y lo hemos logrado, deben participar en ese evento los jugadores fundamentales, y con otros reforzar a un segundo grupo o equipo B para los Juegos Centroamericanos.

Ya para cerrar, ¿siente la deuda de una medalla olímpica en su fructífera carrera?

• Sí, fue un sueño que no pude lograr, a pesar de tantos otros lauros. Fue una etapa de mucha rivalidad. En los tres Juegos Olímpicos que asistí ganaron tres equipos diferentes: Barcelona 92 Brasil, Altanta 96 Holanda y Sídney 2000 Yugoslavia.

   Entrevista publicada el 24 de abril de 2023, Deporcuba.