por: Lilian Cid / Cubahora

Yargeris Savigne siempre brilló por sí misma. Se las arreglaba para resaltar, en una época donde muchas atletas, aunque pocas de este lado del mundo, eran profetas en el triple salto.

A la guantanamera se le recuerda por sus saltos, que le dieron seis preseas en campeonatos mundiales y un bronce olímpico ganado de forma retroactiva, en aquella brutal competencia de triple salto de los Juegos de Beijing en 2008, cuando se quedó quinta, pese a saltar 15.05 metros. También le recordaremos por sus medias, por sus looks y por su explosividad, que la llevó a saltar muy lejos, pese a ser siempre, de la más pequeñas del grupo.

A Yargeris Savigne la encontramos en la Copa Cuba, y como es inherente a su personalidad, brillaba entre la gente.

¿Cómo llevas el ver los toros desde la barrera? – irrumpo

Uff, es un golpe duro Lily– se sincera-. Hace dos años que no venía por aquí -por el Estadio Panamericano- y creía que se me había pasado, pero nada de eso, aquí me ves sufriéndolo. Uno sufre al estar aquí en la grada mirando a la gente saltar y una que ya no puede hacerlo. Pero tengo que estar aquí, apoyando a las muchachitas y a mis compañeros en general.

¿La medalla de Lázaro Martínez?

Yo me impacté cuando vi la competencia que hizo. No te digo que me sorprendió porque sabía que él tenía ese resultado ahí, y que en algún momento tenía que sacarlo. Lázaro Martínez siempre ha tenido las condiciones para saltar eso, y mucho más. La vida le ha jugado malas pasadas, se ha lesionado y le había costado demostrar de qué está hecho, pero era inevitable que lo hiciera.

Hace poco más de un año estuve hablando con mi profesor de allá de Guantánamo, Arnaldo Chararán que fue quien me promovió al Equipo Nacional y conversábamos justamente sobre eso, que a Lazarito le estaba faltando ese resultado. Ahora ha llegado, se enfocó y ha vivido su momento.

Yargeris Savigne se acogió al retiro definitivo después de haber intentado regresar tras la maternidad. Justo ahí, cuando la recurrencia de las lesiones frenó el sueño de volver a saltar se dedicó a potenciar su otra quimera: enseñar. Empezó trabajando en un Combinado Deportivo en Habana del Este y después en Panamá, donde laboró ya avalada por la World Athletics, con la certificación de entrenadora de nivel 1.

“Estuve en Panamá, tuve una linda experiencia de la que aprendí mucho, y ahora estoy acá en Guanabacoa, en el combinado deportivo Quintín Bandera”

“Tengo niños de la categoría 11-12 años, y aquí vamos, trabajando con ellos. Me hace muy feliz poder enseñar lo que he hecho toda mi vida, y las lecciones que recibí de profesores como Milán Matos, y compañeros como Iván Pedroso”.

“Es bonito ver como los niños reconocen la campeona que fui y se empeñan por trabajar. Los niños normalmente quieren estar en deportes para salir de la escuela, tengo que decir que los míos disfrutan lo que hacemos y me tienen como un ídolo” – reconoció.

Ahora que el triple salto es noticia en el mundo. Ahora que las mujeres se encuentran en el centro de atención gracias, sobre todo, al concurso estratosférico de una atleta como Yulimar Rojas que no solo ha puesto en tela de juicio los límites, sino que nos convoca a soñar, cada vez que toma carrera de impulso, vale el diálogo con una de las grandes de la historia de esta especialidad nacida en esta tierra.

Porque el triple salto mundial siempre ha tenido sazón cubana. Porque es una disciplina atlética que nos viene bien, como génesis de una gran escuela. Y porque a Yargeris Savigne le corre el atletismo por las venas, no ha dejado de entrenarse. Y nos adelantó que tiene en mente volver al ruedo, y competir en la categoría máster; una historia en desarrollo, sobre la que volveremos pronto, para ofrecerles todos los detalles.