Por Eddy Luis Nápoles Cardoso

En la primera final de la tercera jornada (01/08) del atletismo olímpico, la impulsión de la bala, entre las mujeres, la china Lijiao Gong agregó el título olímpico a sus palmares, prueba en la se mostró superior a todas las competidoras, dejando los mejores envíos para el final, con 20.53 y 20.58, la escoltaron la estadounidense Raven Saunders, con 19.79 y la reaparecida neozelandesa Valerie Adams, tercera con 19.62 metros.

En el salto de altura, entre los hombres, las miradas se centraron en el estadounidense JuVaungh Harrison, quien logró clasificarse, también para la final de salto de longitud, en la jornada anterior, pero el jovencito Harrison no estuvo bien, realizando varios nulos en alturas intermedias, quedando séptimo, con 2.33 metros. Por el título se enfrascaron, el catarí Mutaz Essa Barshim, el bielorruso Maksim Nedasekau, el italiano Gianmarco Tamberi, el coreano Sanghyeo Woo y el australiano Brandon Starc, todos con 2.35; solo tres, de ellos, lograron los 2.37 que repartieron medallas, Barshim y Tamberi, que lo hicieron perfecto hasta esa altura y no lograron los 2.39, compartieron el título olímpico, mientras, Nedasekau conquistó bronce, al haber saltado 2.37 en el segundo intento.

En el salto triple, nadie dudó del favoritismo de la venezolana Yulimar Rojas, la saltadora que más había asediado el primado mundial (15.50) impuesto por la ucraniana Inessa Kravets, siendo además, la única en el presente año que había logrado saltos sobre los 15.00 metros (15.43), todos estos argumentos la convirtieron en la candidata al título olímpico. La venezolana no defraudó, abrió con un impresionante 15.41, para asegurarse el título olímpico, entonces se dedicó a buscar el sueño posible, este llegó en la última ronda, luego de dos saltos nulos más allá de la última huella de Kravets, con un espectacular triple brinco de 15.67 metros. La medalla de oro, es la primera del atletismo venezolano en Juegos Olímpicos. Entonces, sí el puesto cimero del podio tenía nombre, no ocurría así con el resto de los peldaños, para los dos escalones siguientes se perfilaban varias saltadoras, la jamaicana Shanieka Ricketts, la cubana Liadagmis Povea, la portuguesa Patricia Mamona o la española Ana Peleteiro, también miembro del “Team Pedroso”. Así sucedió, pero las mejores demostraciones estuvieron a cargo de la portuguesa Mamona, quien inició con 14.91, para asegurarse la segunda posición, ubicación que no perdió y que reafirmó luego, con marca personal de 15.01; la jamaicana Ricketts hizo dos nulos iniciales, pero aseguró presencia con 14.47 en la tercera ronda, llegando a ocupar el tercer puesto en la cuarta ronda con 14.84; mientras que, la española Peleteiro fue escalando, 14.55, 14.77 y 14.87, para asegurarse la medalla de bronce. La otra saltadora con opciones, la cubana Povea, inició con 14.70, salto que repitió en el segundo intento, pero no pudo superarlos durante el resto de la prueba, quedando quinta.

Se hace necesario realizar un aparte para el entrenador cubano Iván Pedroso, quien le ha impregnado sus instintos de superación competitiva a Yulimar Rojas, en su afán de lograr máximos rendimientos, hoy se ven coronados dos de ellos, el título olímpico y el récord mundial, el primero, logrado por Iván en Sydney 2000 y el segundo, bueno, conseguido en Sestriere (1995), pero no validado. Además, otra discípula suya, la española Peleteiro, en una gran competencia, se colgó al cuello la medalla de bronce, nada, que el exsaltador cubano saldrá de Tokio, como uno de los entrenadores más laureados.

A diferencia de lo acontecido entre las mujeres, en los 100 metros, con el triplete de jamaicanas en el podio, entre los hombres, las rondas previas no develaron candidatos al título, el estadounidense Trayvon Bromell (9.77), líder de la temporada, no se vio bien en cuartos de final (10.05), aunque el sudafricano Akani Simbine (9.84) no necesitó esforzarse en su heat (10.08), pero lo mejor llegó con el canadiense André de Grasse, con 9.91, seguido del italiano Lamont Marcell Jacobs, con 9.94. En la seminal más rápida, el chino Bingtian Su mostró credenciales al dominar esa serie a Ronnie Baker (9.83) y a Jacobs (9.84), que clasificó por tiempo. La final deparó el triunfo del italiano Lamont Marcell Jacobs con 9.80, nuevo récord de Europa, quien cortejó la victoria, desde la arrancada, Jacobs fue escoltado por el estadounidense Fred Kerley, con 9.84 y el canadiense André de Grasse, con 9.89 segundos. De esta manera, Italia recogió dos títulos en apenas unos minutos, con Jacobs y Tamberi.