Por Eddy Luis Nápoles Cardoso
La primera prueba final de la cuarta jornada del atletismo olímpico en Tokio, fue el salto de longitud entre los hombres, donde el cubano Juan Miguel Echevarría partía como uno de los favoritos al título olímpico, merced a sus desempeños previos y sobre todo al 8.50 logrado durante la fase clasificatoria, también estaba en las miradas el griego Miltiadis Tentoglou, líder de la temporada con 8.60.
Con la baja forma mostrada, por lesión, del jamaicano Tajay Gayle (7.69), la prueba tuvo su epicentro entorno a Echavarría y Tentoglou. El cubano inició con 8.09, luego un nulo y seguidamente, 8.41; mientras el griego abrió con 8.11, dos nulos, para terminar, tejiendo una serie de tres saltos que le dieron el título, 8.10, 8.15 y el 8.41, que igualaba a Echevarría, pero le otorgaba la medalla de oro, por un segundo mejor salto (8.15). Echevarría sintió molestias y no pudo responder en la última ronda. El otro cubano presente en la final, Maykel Massó, abrió con 8.21, salto que resistió el embate del español Eusebio Cáceres (8.18) y del estadounidense JuVaughn Harrison (8.15), garantizándole la presea de bronce. En esta prueba, Cuba logró plata y bronce, algo que acontece por segunda ocasión a nivel olímpico, luego de que Yipsi Moreno y Yunaika Crawford (martillo), conquistaran igual metales en Atenas 2004.
En los 100 metros con vallas, la boricua Jasmine Camacho-Quinn hizo prevalecer los pronósticos previos, que la daban como favorita al título, reafirmado con récord olímpico de 12.26, en semifinales; en el final dominó con 12.37, por delante de la recordista mundial, la estadounidense Kendra Harrison (12.52), tercera se ubicó la jamaicana Megan Tapper, con 12.55 segundos. El título de Camacho-Quinn es el primero del atletismo puertorriqueño a nivel olímpico, cuyo mejor resultado era el tercer lugar de Javier Culson (400 c/v) en Londres 2012.
El marroquí Soufiane El Bakkali, en los 3000 con obstáculos, puso fin a 37 años de reinado de los corredores kenyanos en esta prueba, el que se extendía desde Los Ángeles 1984, cuando se impuso Julius Korir. El Bakkali, segundo en el listado de la temporada, se impuso con 8:08.90, seguido del etíope Lamecha Girma (8:07.75), líder del ranking, que ahora hizo 8:10.38, para dejar en bronce al kenyano Benjamin Kigen (8:11.45). El título conquistado por El Bakkali, es el primero de un corredor marroquí en esta prueba, superando el tercer puesto de Ali Ezzine en Sydney 2000.
La holandesa Sifan Hassan supo manejar los “hilos” en la final de los 5000 metros para dar el primer paso en su afán de conquistar dos títulos olímpicos en Tokio. Hassan inició un demoledor remate a falta de unos 200 metros, que no pudo ser igualado por la kenyana Helen Onsando Obiri (14:38.36), también segunda en Río 2016, ni por la etíope Gudaf Tsegay (14:38.87), tercera. El título de Hassan, es el primero en esta prueba para el atletismo holandés, cuya mejor ubicación era el octavo puesto de Susan Kuijen-Krumins en Río de Janeiro 2016.
En el lanzamiento del disco, a juzgar por lo acontecido en la temporada previa a Tokio, descollaba la estadounidense Valarie Allman (70.01), la cubana Yaimé Pérez (69.39) y la croata Sandra Perkovic (68.31). Allman había lanzado candidatura en los Triales de Estados Unidos con dos envíos sobre los 69.00 y cuatro sobre los 68.00. Ahora en Tokio, Allman aprovechó bien la apertura, con envío de 68.98, marca a la que no pudieron acercarse la cubana Pérez, ni la croata Perkovic, que veía caer la posibilidad de su tercer título. La alemana Kristin Pudenz (66.31) se benefició de la baja experimentada por estas discóbolas y se apoderó de la medalla de plata, con 66.86 (PB), mientras que Yaimé Pérez conquistó bronce, con 65.72 y Sandra Perkovic quedó cuarta, con 65.01. El título de Allman, es el tercero para Estados Unidos en esta prueba, le anteceden, Lilian Copeland (Los Ángeles 1932) y Stephanie Brown-Trafton (Beijing 2008).
Foto: Reuters / Phil Noble
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