Bárbaro Cañizares, decisivo en su cuarto turno

El mercado de los fichajes parece haber tomado papeles protagónicos en el deporte de las bolas y los strikes. Y ahora trasciende más allá del nivel de clubes (equipos) para asentarse a instancias de  selecciones nacionales.

 

Hay que aplaudir a la IBAF por haber logrado que los países se interesen por el espectáculo. Tanto que el Clásico Mundial los ha vuelto a todos locos, hasta el punto de intentar incluirse en la fase final de su tercera edición aunque para ello manden a la guerra efectivos adquiridos en el mercado de valores.

 

Por estos días, junto al inicio de la fase preliminar de este evento,  trasciende la inclusión de países  sin tradición como Inglaterra, Israel o España.

 

Claro, que también llama poderosamente la atención los “grandes esfuerzos” de muchos de ellos en pos de jugar un buen papel. Por un momento queda atrás  la profunda crisis en que viven varias naciones europeas; y precisamente España, una de las “cabezas de serie” en esta historia  se ha aparecido a las ronda preliminar del evento beisbolero con una nómina en las que sobresale todo menos lo “aflamenca´o” de muchos de sus integrantes.

 

De la misma cuerda se prende Israel; que con toda la “buena onda” del mundo ha construido sus filas sobre la base de jugadores importados de los Estados Unidos.
Queda claro que de las garras de la profesionalización que vive el deporte no se puede escapar  y Cuba, un país con gran desarrollo en la formación de jugadores de nivel, no es la excepción.

 

En el equipo ibérico, que es el que tenemos como ejemplo, los hombres de más importancia al bate son, nada más y nada menos que, cubanos. El tercer y el cuarto  turno corresponden a Yuneski González y a Bárbaro Cañizares, en ese orden.
Pero no solo ellos contienden por la tierra del Rey Juan Carlos;  la lista la completan los lanzadores Eddie Morlan y Remigio Leal, así como el jugador de cuadro Néstor Pérez y el jardinero Yaser Gómez.

 

Muchos de ellos ya vistieron la camiseta de Cuba en eventos internacionales y hoy andan ahí fuera  luciendo las “seis letras “de España. Sui géneris acontecimiento, resultado directo de la voraz compra-venta de atletas. Un flagelo que agobia a casi todas las disciplinas deportivas en las que se compite.

 

Con estos truenos, parece ser el momento en que la IBAF comience a pensar en la posibilidad de adoptar una cláusula similar a la que estipula la FIFA sobre lo referido a  la internacionalidad de los jugadores. La organización dirigida por Joseph Blatter tiene como pacto que un jugador solo puede ser internacional con un único país; una vez que se viste una camiseta no se puede jugar por otra nación. Supongo que algo habrá qué hacer…porque, ¿a dónde vamos a parar?

 

De todas formas no será una decisión de dos días y por lo pronto en la instancia final del Clásico se incluyen ya muchos de estos cubanos importados pues España se ha clasificado a la siguiente fase con un equipo que, al igual que el de Israel es un verdadero tratado de intercontinentalidad; entre cubanos y venezolanos los Ibéricos cuentan con 16 peloteros en el roster  mientras que los del Oriente Medio solo incluían a tres oriundos en su nómina.