El deporte es otra víctima recurrente de la guerra económica con que hace medio siglo Estados Unidos intenta asfixiar a Cuba, pese al continuo rechazo internacional.
Según datos del Instituto Cubano de Deportes (Inder), el bloqueo anticubano arreciado por Washington generó afectaciones económicas superiores al millón 700 mil dólares tan solo el pasado año.
Tal cifra se antoja insignificante si se compara con el billón 66 mil millones de dólares que, de acuerdo con cálculos que consideran la depreciación del dólar frente al oro, ha costado el bloqueo.
En el caso del deporte, dicha política dificulta las relaciones directas con diversas instituciones internacionales y obstaculiza la participación cubana en torneos de primer nivel en Estados Unidos.
Además, la extraterritorialidad de medidas como la Ley Helms-Burton encarece el acceso al financiamiento externo, limita y entorpece la adquisición de recursos, prosigue el reporte del Inder.
Tal limitación obliga a establecer prioridades en el destino de los recursos, lo cual afecta la pirámide del alto rendimiento, que propicia la captación y desarrollo de talentos desde la niñez.
Por ejemplo, los colchones del salto con pértiga son fabricados por la firma estadounidense NORDIC, que no puede venderlo a este país directamente.
Además, las pértigas Ucspirit de 155 a 185 kilogramos rondan los 549 dólares en Estados Unidos, pero Cuba las tiene que adquirir a 784 dólares, mediante operaciones triangulares y gravadas.
Para encontrar un proveedor emergente, las autoridades deportivas de Cuba tuvieron que recurrir a terceras personas y países que elevaron el costo en concepto de fletes.
Pero no solo los pertiguistas cubanos sufren las consecuencias del bloqueo estadounidense: otras disciplinas afectadas son el béisbol, tiro con arco, softbol, tenis, natación y polo acuático.
De hecho, de mayo de 2011 a abril 2012 solo fue posible realizar operaciones comerciales para tiro con arco y atletismo, muchas veces pagando hasta un 70 por ciento más de su valor original.
Otros artículos estadounidenses cuya compra dificulta el bloqueo son los bates Louisville, Wilson y Xbat; los guantes, mascotas y caretas Rawlings, las trusas Speedo o las empuñaduras Hoyt del tiro con arco.
Amén de su elevada calidad, tales implementos en muchas ocasiones son normados de uso obligatorio por las federaciones internacionales de sus respectivas disciplinas.
Aún así, la pertiguista Yarisley Silva ganó medalla de plata y Cuba ocupó el lugar 16 en el medallero de las Olimpiadas de Londres, en tiempos en que el dinero sí marca la diferencia en el deporte.
Con Información de Prensa Latina
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