Por Eddy Luis Nápoles Cardoso

Ha concluido el XIX Campeonato Mundial de Atletismo en Budapest, cita atlética que pasará a la historia, quizás marcada primeramente por la ausencia de algunos atletas (Sydney McLaughlin-Levrone, Salwa Eid Naser, Malaika Mihambo, Nafissatou Thiam, Michael Norman, Pedro Pablo Pichardo), pero también por otros relevantes acontecimientos

España se adueñó de los cuatro títulos disputados en la marcha, con ambos atletas titulándose en las dos pruebas (M y F); Álvaro Marín y María Pérez. Constituyendo un acontecimiento inédito en citas mundiales.

En el primer día de competencias los “breack” no rompieron a favor de Países Bajos, primeramente, una de sus estrellas, Sifan Hassan, cayó al suelo mientras lideraba el sprint final en los 10000 metros, siendo relegada al onceno puesto; seguidamente, Femke Bol cerrando la posta mixta de 4×400, tropieza y cae a la pista, no pudiendo terminar la carrera.

En el lanzamiento del martillo, la dupla canadiense integrada por Ethan Katzberg y Camryn Rogers, se convierten en los segundos y primeros del continente americano, en ganar esta prueba para su país, en un mismo mundial. Los polacos Pawel Fajdek y Anita Wlodarczyk, lo hicieron en Beijing 2015 y Londres 2017.

Previo al inicio del mundial, el estadounidense Noah Lyles expresó que ganaría los 100 metros, con 9.65 y los 200 metros, con 19.10 segundos. Lyles cumplió al 50% sus palabras, ganando ambas pruebas e igualando a Maurice Greene (1999), Justin Gatlin (2005), Tyson Gay (2007) y Usain Bolt (2009, 2013 y 2015), aunque sus marcas quedaron lejos de sus vaticinios (9.83 y 19.52), se consagró como el mejor exponente de las pruebas de velocidad, actualmente.

A la discóbola estadounidense Valarie Allman, parece que le están negados los títulos mundiales, a Eugene llegó con la etiqueta de favorita (71.46, 69.46, 68.35), pero en el Hayward Field (Oregón) salió campeona la china Bin Feng, con 69.12. Ahora aterrizó en Budapest con 70.25, pero su coterránea Laulauga Tausaga en los finales de la prueba logró mejorar en 4.03 metros su marca personal (65.46), enviándola al segundo puesto con un sorprendente 69.49.

Otra estadounidense, la pertiguista Katie Moon (4.90), antes Nageotte, era la principal candidata al título, pero este es el Campeonato Mundial, que incluye el pago de premios, entre otros estímulos. La australiana Nina Kennedy (4.77) mejoró 13 centímetros y empató con Moon, ambas no pudieron con 4.95, en un hermoso gesto, decidieron compartir el título mundial.

El “prodigio” noruego Jakob Ingebrigtsen es otra de las estrellas atléticas que parecía no lograr conquistar un título mundial, en los 1500 metros; en Oregón 2022 se vio superado a último momento por el británico Jake Wightman. Ahora en Budapest le vuelve a aparecer otro británico, Josh Kerr (por cierto, había sido sexto en Oregón), quien lo venció sin muchos contratiempos en el sprint final. Pero Ingebrigtsen pudo redimirse, al vencer en los 5000 metros.

Nadie duda de las excelentes cualidades atléticas del noruego Karsten Warholm, que lo han llevado a establecer cuotas inalcanzables para la mayoría de sus adversarios en los 400 con vallas, pero en Budapest, durante la ronda semifinal creo cierta polémica cuando cruzó la pierna de ataque por fuera y por debajo (91.4m) de la segunda valla, seguidamente la Federazione Italiana di Atletica Leggera (FIDAL) realizó una reclamación ante World Athletics y es allí donde el ente que rige los destinos del atletismo en el mundo, se tragó la píldora, al desestimarla, alegando que estaba (out of time), pudiendo ser este un título fuera de tiempo.

El saltador de longitud griego Miltiadis Tentoglou nos ha acostumbrado últimamente, a sus finales de infarto, lo hizo en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, cuando se apareció en la sexta ronda con 8.41, empatando con el cubano Juan Miguel Hechavarría, a quien venció por su segundo mejor salto (8.15). Ahora en Budapest salió delante con 8.50, pero el jamaicano Wayne Pinnock lo igualó en la segunda ronda, sin embargo, Tentoglou definió el título espectacularmente a su favor, con 8.52, en la despedida.

La final de 100 con vallas reunió a las mejores vallistas del momento, la nigeriana Tobi Amusan, vigente campeona y recordista mundial (12.12), la estadounidense Kendra Harrison, exrecordista mundial (12.20), la boricua Jasmine Camacho-Quinn, campeona olímpica en Tokio 2020 y otra estadounidense, Nia Ali, líder de la temporada (12.30), pero el título no fue para ninguna de ellas, lo ganó la jamaicana Danielle Williams, que no era una desconocida en esa final, pues Williams sabía lo que es ser campeona mundial, al titularse en Beijing 2015.

En los últimos años, la venezolana Yulimar Rojas ha estado acostumbrada a ganar con holgura en el salto triple, pero en Budapest estuvo al borde, incluso, de quedar fuera de las ocho primeras, con un 14.33, al terminar la tercera ronda (octava). La competencia, sin Yulimar entre las líderes, era dominada por la ucraniana Maryna Bekh-Romanchuk, que abrió con 15.00 metros, seguida de la jovencita cubana Leyanis Pérez (14.96), precedida por otras tres saltadoras sobre los 14.85, la jamaicana Shaniecka Ricketts (14.93), la dominica Thea Lafond (14.90) y la cubana Liadagmis Povea (14.87); pero la discípula del cubano Iván Pedroso, realizó los ajustes necesarios y danzó un triple “brinco” de 15.08 metros, que eclipsó a la inspirada Romanchuk.

Shericka Jackson se mostró como una gacela jamaicana en los 200 metros, tomando desquite ante la estadounidense Sha’Carri Richardson, que la había vencido en los 100 metros, corriendo la distancia en 21.41, la segunda mejor marca de la historia, a unas siete centésimas de los 21.34 de Florence Griffith-Joyner.

La holandesa Sifan Hassan es una de las atletas más integrales, entre las corredoras de media y larga distancia, la avala los rendimientos que ha logrado en esas pruebas; 1500 (3:51.95), 5000 (14:13.42), 10000 metros (29:06.82) y maratón (2:18:33), pero aspirar a conquistar una tripleta en un mundial es una meta harto difícil, por tener que someterse a correr series previas en dos ellas y coincidir en ambas con la fenomenal kenyana Faith Kipyegon. Hassan salió de Budapest con una presea de plata, una de bronce y un onceno lugar (por la caída en 10000 metros).

El continente asiático ha tomado el mando en el lanzamiento de la jabalina, específicamente, la India, que ha coronado a Neeraj Chopra, es, además, el campeón olímpico, pero en Budapest lo escoltó el paquistaní Arshad Nadeem y dos paisanos suyos, Kishore Jena y D.P Manu, se ubicaron quinto y sexto.

Otra holandesa de grandes desempeños en Budapest, fue Femke Bol, a quien un tropezón inicial le privó la posibilidad de un título en el relevo mixto, luego triunfó en su prueba favorita, los 400 con vallas y cuando se acababa el mundial, todo indicaba que Jamaica festejaría el triunfo en la posta 4×400, apareció la holandesa con un impresionante y demoledor paso para superar sobre la meta a Stacey Ann-Williams y colgarse al cuello el título mundial.

Cuba regresó a donde nunca debió salir, al medallero, lo hizo por la potencia en las piernas de sus triplistas, con un 17.41, de Lázaro Martínez, que le valió plata, otro 17.40, del guerrero Cristian Nápoles y un 14.96, de la prometedora Leyanis Pérez, que cargaron con bronce. La armada cubana, bien calibrada en las pruebas de saltos, completó los escalones de finalistas, con Luis Zayas (2.33), cuarto en altura y Liadagmis Povea (14.87), quinta en triple; mientras que, Alejandro Parada (7.86), era décimo en longitud.

Budapest 2023, deja un extenso medallero, donde 46 países, conquistaron, al menos un podio, iguala a Osaka 2007. Estados Unidos lo dominó cómodamente, con 12 títulos, ocho medallas de plata y nueve de bronce; sus escoltas, Canadá (4-2-0) y España (4-1-0), llegan a esa instancia (lugares) por primera vez.