Lázaro Borges saltó 5.30 metros y retuvo su título de campeón centroamericano. El salto con pértiga en el área nuestra no es una disciplina especialmente pródiga, sobre todo entre los hombres…
Lázaro es un caso excepcional para esta parte del planeta. Su marca personal de 5.90 metros y ese subtítulo mundial que ganó en Daegu, Corea del Sur, le garantizan un prestigio inalienable. De ahí que el cubano era, de alguna manera, el favorito al cetro. Lo era, aun cuando Borges Reid no ha logrado reencontrarse jamás con aquel Lázaro Eduardo que sorprendió – y encantó- al mundo en 2011 y no defraudó.
Borges ganó el oro para Cuba en el salto con pértiga masculino. Lo hizo con registro de 5.30 metros, el mejor brinco de su temporada. Retuvo el título que hace cuatro años había conseguido en Veracruz, también con 5.30 metros. Sin embargo, Lázaro compartirá su gloria, pues el colombiano Walter Viafara tuvo un desempeño idéntico y los organizadores –obviamente- prefirieron entregar dos preseas áureas antes que buscar un ganador valiéndose de la establecida mecánica de desempate que para estas especialidades de saltos verticales dispone ir reduciendo las alturas hasta que se defina un ganador. El bronce fue para el también cubano Eduardo Nápoles (5.20 m.).
En cualquier caso, Lázaro es –otra vez– campeón centroamericano. De Barranquilla regresa con el título y la conciencia tranquila pues cumplió con su deber.
Lázaro es uno de esos atletas, como Roberto Janet o Jorge Yadián Fernández, que tenían como único objetivo de esta contienda pugnar por el oro en Barranquilla. De ellos, solo Lázaro cumplió, aunque no se puede decir que los otros lo hayan hecho mal; al contrario. Aquí, como en el medallero general y en la tabla de preseas del propio atletismo, solo se ha puesto de manifiesto lo que ya sabíamos desde los primeros años de nuestras vidas: que el planeta da vueltas y está en constante cambio y transformación.
El nivel del deporte en el mundo crece a minutos. Los métodos de trabajo se actualizan, y los atletas y las naciones se desarrollan. Hay mucha ciencia puesta en cada intento de formar campeones, pero también demanda que el esfuerzo de los deportistas (limpios) sea cada vez mayor. El atasco de los resultados de la pértiga entre los hombres en nuestra zona geográfica es un caso aislado, solitario. A falta de una jornada de competencias ya se han establecido ocho nuevos récords para esta competición y solo cuatro atletas de nuestro país –Borges incluido- han logrado retener sus coronas en especialidades individuales.
Al margen, las palmas para Lazarito. Le dejo mis respetos por esforzarse, por nadar a contracorriente, por haber puesto a Cuba, alguna vez, en el mapamundi de la garrocha entre los hombres, por desafiar lesiones, la ruptura de su implemento en plena clasificación olímpica y la muerte -prematura- de su entrenador Rubén Camino. Por pelear, por confiar en sí mismo, por la medalla y, sobre todo, por no rendirse y no desistir de su sueño de convertirse en el primer negrito en saltar seis metros.
Suceda o no, Borges ha ganado este título que seguramente, le permitirá seguir ahí, “en la pelea”.
(Especial para Cubahora)
Indudablemente el ya tiene un lugar en la historia del atletismo cubano y mundial. El 2011 fue su gran año, ojalá pueda recuperarse y competir decorosamente en este ciclo que termine con Tokio 2020. Volver a saltar 5:90 será algo complicado, pero si logra saltar sobre 5:70 ya sería un logro y es una marca para respetar; aún cuando hay una serie de atletas que usualmente saltan más. Felicidades Campeón.