Barranquilla 2018, Resumen del atletismo (I)

Por Eddy Luis Nápoles Cardoso

Concluidos en Barranquilla, los Juegos Centroamericanos y del Caribe, se impone realizar una síntesis de lo acontecido en las competencias atléticas, las que contaron en varias pruebas con un alto nivel competitivo. Comenzaré por el masculino
En los 100 metros, luego de una salida nula en la final, con pobre señalización arbitral, propiciando que varios corredores realizaran más de la mitad del trayecto, venció el favorito jamaicano Nesta Carter (10.07), seguido por el sancristobaleño Jason Rogers (10.15) y el antiguano Cejhae Greene (10.16), pero esto negó, por primera vez en estas citas, la posibilidad de lograrse cronos inferiores a los 10.00 segundo. Precisamente, Cejhae marcó récord con esa cuota en semifinales.
En los 200 metros se mostraron varios destellos en las rondas previas, incluyendo dos registros inferiores a los 20.00 segundos, luego la presión competitiva, facturó tal vez, el resultado no esperado, pero el colombiano Bernardo Baloyes (20.13), mostró sus cualidades en las rondas previas (20.01), venciendo en la final al favorito panameño Alonso Edward (20.17), quien había descendido de los 20.00 segundos en semifinales.
El dominicano Luguelín Santos, estuvo sobrado en los 400 metros, prueba que dominó en toda su extensión, venciendo con 44.59 segundos. En los 800 metros, los boricuas Ryan Sánchez y Wesley Vázquez, dos de los candidatos, no pudieron con el remate final del mexicano José Tonatiu López, quien se impuso con crono de 1:45.23, escoltado por Sánchez (1:46.37) y Vázquez (1:46.61).
En los 1500 metros, en una carrera lenta, los mexicanos Fernando Martínez y José Rodríguez, tal vez, los menos rápidos, pero los más hábiles tácticamente, realizaron el mejor remate, logrando el cuarto 1-2 para su país, en la historia de esta prueba.
En los 5000 metros, nada mejor que la propia sangre para triunfar, con los hermanos colombianos José Mauricio e Iván Darío González, trabajando el uno para el otro, logrando el triunfo, el primero con 13:53.40, mientras que el guatemalteco Mario Pacay (13:56.30), era segundo y el mexicano Víctor Montañéz (14:05.87), tercero.
El mexicano Juan Luis Barrios (30:07.49), puso su nombre en la historia de estos eventos, al conquistar su octavo título y su segundo en los 10 mil metros, tiene tres en 1500 y 5000 metros. En los 3000 con obstáculos, nuevamente los colombianos “trabajaron unidos”, en pos del triunfo y este le sonrió a Gerald Nicolás Giraldo (8:44.51), sobre el boricua Ricardo Estremera (8:46.24), mientras que el “sacrificado” Andrés Camilo Camargo (8:50.66), era tercero.
En la prueba de maratón, con bajo nivel competitivo, el triunfo fue para el local Jeisson Suárez (2:29:34), escoltado por el mexicano Daniel Vargas (2:30:30) y el guatemalteco Willaims Julajud (2:31:34).
El barbadense Shane Brathwaite, el más experimentado de todos los presentes en esta prueba, se impuso en los 110 con vallas, con 13.38, segundo fue el trinitario Reubin Walters (13.57) y tercero, el cubano Roger V. Iribarne (13.58).
En los 400 con vallas, entre los hombres, el favorito Kyron McMaster, ganó arrolladoramente, con crono de 47.60, récord para el evento, dejando en plata al jamaicano Annsert Whyte (48.50), mientras que el dominicano Juander Santos (48.77), era tercero.
En el salto de altura, podemos aplicar aquel refrán que dice “Más sabe el Diablo por viejo, que por diablo” y esto lo aplicó el bahamés Donald Thomas (2.28), titular mundial en Osaka 2007, con su triunfo sobre el venezolano Eure Yánez (2.28), el sancristobaleño Jermaine Francis (2.28) y el boricua Luis Joel Castro (2.28).
En la pértiga, prueba con bajo nivel en el área, el cubano Lázaro Borges, titular de Veracruz y el colombiano Walter Viafara, firmaron la pipa de la paz sobre los 5.30 metros, resultando ambos ganadores, mientras que otro criollo, Eduardo Nápoles, era tercero, con 5.20.
En el salto de longitud, con la ausencia a última hora del cubano Juan Miguel Echevarría, resentido de una contractura muscular anterior, la prueba con bajos resultados, se animó en la sexta ronda, con el triunfo del jamaicano Ramone Bailey (8.07), mientras que el bermudés Tyrone Smith (8.03), era segundo y el trinitario Adewelle Wright (7.94), tercero.
Los cubanos Cristian Nápoles y Jordan Díaz sabían con anterioridad, que la disputa del título en el triple, sería entre ellos, los únicos en la presente temporada con brinco sobre los 17.00 metros y la realidad les dio la razón, luego de varios saltos sobre esa ansiada cuota, Nápoles dominó, con 17.34, con Díaz (17.29) de escolta, en tanto, el surinamés Miguel Van Assen (16.96), era tercero.
En la impulsión de la bala, fue pulverizado en varias ocasiones el récord del evento (19.63, Yoger Medina, Maracaibo 1998), lográndose por primera vez un podio sobre los 20.00 metros, con el 1-2 para Jamaica, sí, los jamaicanos coparon los dos puestos cimeros en esta especialidad, con el oro para O’Dayne Richards (21.02), plata para Ashinia Miller (20.19), mientras que el isleño Eldread Henry (20.18), era bronce. Este es el segundo 1-2 que logra Jamaica en esta especialidad, antes lo habían conseguido en Mayagüez 2010. Aquí se hace necesario una reflexión, sobre porque los jamaicanos, también han comenzado a dominar en las especialidades de lanzamientos, simplemente, por algo lógico; ya está más que demostrado la rapidez que los caracteriza en las pruebas de velocidad (100, 200, 400 y vallas), en los lanzamiento, aparte de la fuerza, la rapidez es el segundo elemento de importancia en el logro de grandes resultados, entonces, los jamaiquinos han sabido conjugar su “acostumbrada” velocidad a las pruebas de lanzamiento (bala y disco), con una correcta traslación cinemática de los movimientos manifestándose ésta, en el empuje y salida del implemento.
En el disco, se escenificó una excelente competencia, donde el local Mauricio Ortega, quien salía como favorito, tuvo que emplearse a fondo para vencer al cubano Jorge Fernández, logrando el primero marca personal con 66.30 metros, mientras que el criollo Fernández, titular de Veracruz, logró 65.27, lo mejor del año y aunque no le valió repetir el título, le sirvió para aventajar al jamaicano Traves Smikle (64.48). Este es el segundo título para Colombia en esta prueba, el primero lo logró Dagoberto González, en Kingston 1962.
En el martillo, siguiendo el guion previo, el mexicano Diego del Real doblegó a la dupla cubana integrada por Roberto Janet, titular de Veracruz y Reinier Mejías; Diego, cuarto lugar en los olímpicos de Río de Janeiro, se impuso con envío de 74.95 (récord para el evento), mientras que Mejías (73.28), fue mejor que Janet (73.11).
El granadino Anderson Peters, con 81.80, “apuró” al trinitario Keshorn Walcott, rey olímpico en Londres y bronce en Río de Janeiro, en el lanzamiento de la jabalina y este respondió, como sabe hacerlo, con envío de 84.47 metros, para que las aguas tomaran su nivel..
En una emocionante final, de los 1500 metros, correspondiente al decathlon, el cubano Leonel Suárez, doble medallista olímpico y mundial, acostumbrado a llegar a la décima y última prueba con ventaja sobre los rivales, producto a su potente jabalina, en esta ocasión tuvo que salir a definir el título en esa agotadora prueba y el holguinero, con la experiencia que acumula en su bregar, que incluyen tres Juegos Olímpicos y cuatro Campeonatos Mundiales, realizó una brillante carrera, donde fue maniobrando, administrando sus fuerzas y dejando al colombiano José Gregorio Lemos en la retaguardia, para colgarse al cuello el título, una presea que le faltaba en su colección: Leonel logró 8026 puntos; Lemos, quedó segundo con 7913 (récord nacional) y el otro cubano, Briander Rivero, tercero, con marca personal de 7858 puntos.
En los 20 kilómetros de caminata, la “triada” conformada por los colombianos Eider Arévalo (1:26:42), Manuel Soto (1:26:59) y el guatemalteco Erick Barrondo (1:27:17), se confabularon para alejar a México del podio, mientras que en los 50 kilómetros, el azteca José Leyver Ojeda (4:02.45), salvaba el pundonor de los “cuates”, con triunfo sobre los cafeteros Jorge Ruiz (4:05.28) y José Montaña (4:08.10).
En el relevo 4×100, los inspirados barbadenses, no creyeron en la presencia de Nesta Carter dentro de las huestes jamaicana (38.79) y vencieron, con 38.41, seguido de los dominicanos (38.71). En la posta 4×400, Cuba (3:03.87) liderada por Yoandys Lescay, quien tomó esto como venganza sobre Luguelín Santos, por los 400 metros, guio el cuarteto criollo al triunfo frente a Dominicana (3:03.92) y Colombia (3:04.03), respectivamente.

Barranquilla 2018: El atletismo cubano sobre lo esperado (Final)

Por Eddy Luis Nápoles Cardoso

Continuando con las valoraciones de lo realizado por los atletas cubanos en tierras colombianas, hoy lo haré sobre aquellos que sus rendimientos allí fueron inferiores a lo logrado previamente.
Introductoriamente es necesario explicar que a la hora de realizar estas evaluaciones, hay que partir de realidades objetivas: No se puede valorar el desempeño de todos los atletas por igual, partiendo de que la preparación previa, no ha sido, ni puede ser igual, como tampoco fue similar, la posibilidad de participar en competencias previas. En este sentido, como es lógico, el desempeño de los atletas que sistemáticamente acuden al circuito europeo, fue muy superior, al de los que salieron directamente de La Habana.
Entrando en materia, el corredor de 1500 metros, Andy González (3:52.8) fue otro de los puntos bajos del atletismo criollo, no pudiendo, en una carrera lenta que le favorecía, estar en el remate final, tampoco pudo derribar sus marcas previas el joven Jorge Félix Liranzo (1:46.6 y 3:52.91), aunque que con mejor desenlace que Andy.
Las saltadoras de longitud, Irisdaymi Herrera (6.51, el 8 15 de marzo) y Paula Álvarez (6.58, el 8 de junio), fueron otras que estuvieron lejos de sus mejores desempeños del año, con mermas de 0.31 y 0.58 metros, respectivamente.
Atletas como los vallistas largos, José Luis Gaspar (50.17, el 8 de junio) y Leandro Zamora (49.10, el 28 de abril), a diferencia de su compañera de grupo, Zurian Hechavarría, no pudieron acercarse a esos resultados, aquí llama la atención los pobres rendimientos de Gaspar (Veracruz, Toronto, Río de Janeiro, Londres y Barranquilla).
Otros atletas criollos que no mejoraron sus resultados previos fueron, el vallista corto Roger V. Iribarne (13.48, el 5 de julio), los velocistas Harlyn Pérez (10.25, el 14 de marzo) y Geylis Montes (11.67), los corredores de 400 metros, Adrián Chacón (46.68) y Gilda Casanova (53.47), Arletis Thaureaux (4:24.8), en 1500 metros, el saltador de altura Luis E. Zayas (2.23, el 4 de febrero) y el pertiguista Eduardo Nápoles (5.35, el 8 de junio).
Entre los más jovencitos, están las vallistas cortas Keilys Pérez (13.48-13.57) y Greisis Roble (13.52-13.93), la saltadora de altura Isis Guerra (1.87-1.79), la triplista Davisleydi Velazco (13.92-13.52), la martillista Yaritza de la Caridad Martínez (64.78-61.44), la jabalinista Mailen Brooks (55.39-46.77) y el saltador de longitud Maikel Vidal (8.12-7.70). Es necesario expresar, que para varios de estos atletas, la competencia principal, no debió ser Barranquilla.
No puede dejarse de mencionar el joven triplista Jordan Díaz, quien estuvo bien, con sus 17.29. En esta prueba, se sabía que Cuba haría el 1-2, con Cristian Nápoles, Lázaro Martínez u otros. En el caso de Jordan, un atleta de solo 17 años, hay que irle “dosificando” sus saltos por temporadas y debe reflexionarse en esto, porque su competencia fundamental, era el mundial junior en Tampere (14 de julio), donde saltó 17.15, habiendo logrado su mejor marca del año en La Habana, el 8 de junio, con 17.41 metros.
En sentido general, teniendo en cuenta, que para varios atletas cubanos, el objetivo de esta competencia, era ganar, se aprecia un alza en los por cientos de consecución de la mejor marca del año en el evento fundamental, respecto a Río de Janeiro (18.75) y Londres (18.18), con 15 marcas en 55 oportunidades, para el 27.27 %.
En cuanto a la participación en esta cita, es importante tener presente, que es el evento que abre el ciclo olímpico, por lo tanto, el de menor exigencia y el que brinda la posibilidad de ir fogueando a los atletas menos experimentados, siempre que las cifras de participantes, lo permitan. Por lo tanto, bienvenido sea la inclusión de los más jóvenes, claro, las responsabilidades de lograr los títulos y el resto de las medallas, era para los consagrados.