Por: Eddy Luis Nápoles

Por estos tiempos, la presencia de la Covid-19, nos ha limitado el desenvolvimiento en las actividades normales, convirtiéndose las redes sociales en el principal medio de comunicación y socialización (lo era antes y lo seguirá siendo), sitios donde, también se comparten o se publican artículos o informaciones variadas. En días recientes leí en Facebook una publicación que intentaba ofrecer un “Top-Ten” con los (10) mejores atletas juveniles cubanos, tamaña tarea, por supuesto, en el listado existieron varias omisiones, valorándose prácticamente, aquellos atletas que habían logrado destacar en los mundiales de esa categoría, citas surgidas a mediados de los 80s (Atenas 1986), pero, surge la interrogante ¿atletas criollos no destacaron antes de ese evento inicial?.


Vale recordar que en esas citas para menores de 20 años, Cuba acumula 85 medallas, desglosadas en, 28 títulos, 35 medallas de plata y 22 de bronce. La matancera Osleidys Menéndez (excluida en ese Top-ten), fue la primera cubana (o) en conquistar dos títulos, Sydney 1996 y Annecy 1998; luego siguieron, la santiaguera Dailenis Alcántara (Bydgoszcz 208 y Moncton 2010) y el guantanamero Lázaro Martínez (Eugene 2014 y Bydgoszcz 2016). La holguinera Liliana Allen (luego naturalizada mexicana) conquistó tres preseas (todas en Sudbury 1988), también lograron esa cifras, Aliuska López y Dailenis Alcántara. Con dos preseas están además, Roberto Hernández, Emilio Valle, Yoelbi Quesada, Regla María Cárdenas y Yorgelis Rodríguez.

Por otra parte, sería oportuno mencionar que, 11 atletas cubanos implantaron o igualaron, en algún momento, récords mundiales juveniles (U20), comenzando el velocista Hermes Ramírez (1948), con 10.2, en La Habana 1965; le siguió el vallista Juan Morales (1948), con 14.06, en Winnipeg 1967; luego el triplista Pedro Pérez Dueñas (1952), siendo juvenil, logró récord mundial absoluto, con 17.40, en Cali 1971; el vallista Alejandro Casañas (1954), con 13.55, en Varzovia 1972; la velocista Silvia Chivás (1954), deslumbró en Münich 1972, con 11.18 (le valió la medalla de bronce); en 1983 dos pinareños implantaron cuotas mundiales juniors, el jabalinista Ramón González (1966), con 87.90 y la saltadora de altura Silvia Costa (1964), con 1.98; en 1986 otro exponente de las alturas logró récord mundial, Javier Sotomayor (1967), con 2.36; al año siguiente la vallista Aliuska López (1969), lograba 12.84; en los años 90 solo la martillista Yipsi Moreno (1980), implantó récord mundial, con 66.34 (México 1999); mientras que en siglo XXI, los honores fueron para la jabalinista Yulenmis Aguilar (1996), con 63.86 en Edmonton 2015.

Ahora, les propongo relacionar algunos atletas que no tuvieron la oportunidad de mostrar sus habilidades en las citas mundiales juveniles, les aseguro que hay varios con relevantes resultados, incluida, tres medallistas olímpicas y otros en mundiales universitarios.

Inició con Silvia Chivás (1954), ganadora de dos preseas de bronce olímpicas en Münich 1972 (100 y 4×100), dos medallas Panamericanas en Cali 1971 (plata y bronce) y cuatro títulos regionales, en Kingston 1971 (4×100) y Maracaibo 1973 (100, 200 y 4×100).

La hoy mayabequense Carmen Laura Valdés (1955), con un bronce olímpico en Münich 1972 (4×100), plata Panamericana en Cali 1971 (4×100), dos títulos regionales, uno en Kingston 1971 (4×100) y otro en Maracaibo 1973 (4×100). Carmen Laura destacó en el Día Olímpico de Berlín (1972), en el Golden Spike de Ostrava (1973).

La santiaguera Marlene Elejalde (1950), ganadora de una medalla de plata olímpica en México 1968 (4×100) y dos títulos regionales en Jalapa 1967 (80 con vallas y pentathlon), además participó en los 80 con vallas en México’68.

El cienfueguero Silvio Leonard (1955), con 18 años, conquistó medalla de plata en las Universiadas de Moscú 1973 (100 metros), tres títulos en las Espartaquiadas de Praga 1973 (100, 200 metros y 4×100) y obtuvo el segundo lugar en el PTS de Bratislava (100 metros), con 19 años, ganó tres títulos en los Cetrocaribes de Santo Domingo 1974 (100, 200 y 4×100); logrando triunfos en el PTS de Bratislava, el Golden Spike de Ostrava, en Milán (100 y 200), en Siena, Praga (100 y 200) y Potsdam (200 metros).

El pinareño Pedro Pérez Dueñas (1952), a parte del récord mundial absoluto en salto triple, logró tres títulos, el Panamericano en Cali 1971, el Centrocaribe en Panamá 1970 y el regional en Kingston 1971.

El santiaguero David Giralt (1959), con 18 años, conquistó bronce en las Universiadas de Sofía 1977, ganó los meeting Día Olímpico de Berlín y Memorial Rosicky en Praga y fue segundo en la Weltklasse de Zürich; con 19 años, ganó dos títulos, uno en los Centrocaribes de Medellín 1978 y el otro, en la cita regional de Jalapa 1977, triunfó en el Memorial Hanzekovic de Zagreb (triple) y fue segundo en el Golden Spike de Ostrava; además ganó los títulos regionales juveniles en Jalapa 1976 (longitud y triple).

La pinareña Silvia Costa (1964), récord mundial juvenil, medalla de plata en las Universiadas de Edmonton 1983 y en los Panamericanos de Caracas 1983 y tres títulos, dos en citas regionales, uno en Guadalajara 1979 (15 años), otro en Santo Domingo 1981 y uno en los Centrocaribes de La Habana 1982. Silvia también logro destaque en el Santiago Nakazawa (1980), en los meetings de Caorle (1981) y Rhede (1982), en salto de altura y en Tlaxcala (1980), Karlovacs (1981) y Sköde (1983), en 100 con vallas.

El santiaguero Juan Morales (1948), agregar al récord mundial, medallas de plata y bronce en los Panamericanos de Winnipeg 1967 (4×100 y 110 con vallas); dos títulos regionales en Jalapa 1967 (110 con vallas y 4×100) y medallas de bronce en los Centrocaribes de San Juan 1966 (110 con vallas y 4×100).

El pinareño Ramón González (1966), récord mundial juvenil en 1983, al año siguiente lideró nuevamente el listado mundial juvenil, ahora con 86.82; en 1985 se ubicó cuarto en el Día Olímpico de Berlín (82.34); ganó medalla de plata Panamericana en Caracas 1983 y plata regional en Nassau 1985 (jabalina).

El habanero Alejandro Casañas (1954), récord mundial juvenil, conquistó primeros lugares en el Memorial Kusocinski (Varzovia) y el Memorial Rosicky (Praga), ambos en la temporada 1972. Casañas cosechó otras actuaciones sobresalientes, en Bucarest (1971) y Budapest 1972 (100 metros).

La mayabequense Ivonne de la Caridad Leal (1985), logró la segunda mejor marca del mundo, entre juveniles, con 71.82, solo superada por la búlgara Antoaneta Todorova (71.88), conquistó el título en la Universiada de Kobe 1985.

La santiaguera Marcia Garbey (1949), oro Panamericano en Winnipeg 1967 (4×100), dos títulos y una plata regional en Jalapa 1967 (altura, 4×100 y longitud) y bronce en San Juan 1966 (longitud).

La villaclareña Mayra Vila (1960), medalla de bronce en la Universiada de México 1979, plata en la cita regional de Guadalajara 1979 y el título en el Centrocaribe juvenil de Jalapa 1978.

El santiaguero Francisco Gómez (1957), asistente a los Juegos Olímpicos de Montreal 1976, finalista en 4×100, avanzó hasta cuartos de final en 100 metros (10.49). En 1973, con 16 años, se había ubicado cuarto (7.82) en el Día Olímpico de Berlín; 1974 fue segundo en Sofía (Italia vs Bulgaria), en salto de longitud.

El habanero Juan Francisco Centelles, asistió a los Juegos Olímpicos de Moscú 1980 (eliminado), ese año ganó el Meeting Pravda en Moscú.

Otros juveniles destacados, pero de antaño, fueron, José Sanjurjo (1908), pértiga; Porfilio Franca (1911), 400 con vallas; Rafael Pérez (1911), altura; Manuel J. Suárez (1912), triple y Evelio Espínola (1920), 400 con vallas y relevo 4×100; todos titulares en Juegos Centroamericanos y del Caribe.

Por último, resaltar la hoja de servicios durante la etapa juvenil de dos atletas que asistieron a los mundiales juveniles, pero no lograron el título, Roberto Hernández y Liliana Allen. El matancero Hernández debutó internacionalmente en 1984 (17 años), en el Santiago Nakazawa, con medalla de oro en 4×400 y plata en 400 metros; en 1985, conquistó el título (4×400) y la presea de plata (400 metros), en la Universiada de Kobe, ese año ganó la cita regional de Nassau (400 metros y 4×400) y fue sexto (4×400) en la Copa del Mundo de Canberra; en 1986 logró preseas de plata (400 y 4×400) en el Iberoamericano de La Habana; en 1986, compitiendo entre los juveniles conquistó seis títulos, tres en el Panamericano de Winter Park y tres en el Centrocaribe de México (200, 400 y 4×400), cerrando con dos preseas de plata en el mundial de Atenas (400 y 4×400). En 1986, Roberto Hernández (400 metros) logró con 45.05, la quinta mejor marca de todos los tiempos (en ese momento), entre los juveniles.

Por su parte, Liliana Allen (1970) debutaba a los 15 años, con éxito en Pitesti (Rumania); en 1987, era medallista de plata (4×100) y cuarta en 100 metros, en los Panamericanos de Indianapolis, mientras que se ubicó séptima (4×100) y avanzaba a cuartos de final, en el mundial de Roma; en 1989 conquistó el título en la Universiada de Duisburgo (100 metros), logrando presea de plata en 200 metros y tres preseas, una de cada color, en la cita regional de San Juan 1989; en el ámbito juvenil, en 1988 conquistó tres preseas en el mundial de Sudbury 1988, dos títulos en el Panamericano junior de Santa Fé 1989 y un título en el Centrocaribe de Nassau 1988.