Continuando con las valoraciones sobre lo expresado a lo largo de los años por los atletas cubanos, lo haremos con el lanzamiento del martillo, prueba que ha conquistado alguno éxitos en la arena internacional, desde que el matancero Troadio Hernández, ganará el título en los primeros Juegos Centroamericanos y del Caribe, en Ciudad de México 1926.
El primer récord nacional aparece registrado, como los 30.34, de Ángel Acosta, logrado el 19 de mayo de 1922, en La Habana, las diferentes barreras fueron vencidas como sigue, los 40.00 metros, por el matancero Troadio Hernández, con 40.06, el 25 de marzo de 1930, en La Habana; los 50.00 metros, por el holguinero Enrique Samuells, con 51.29, el 27 de mayo de 1962 (La Habana); Samuells también fue el primero en vencer los 60.00 metros, con 60.43, el 28 de julio de 1963 (Hradec Kralovec, CZE) y los 70.00 metros, por el habanero Armando Orozco, con 70.02, el 25 de junio de 1978 (La Habana). El actual récord nacional es 78.02 metros, en poder del santiaguero Roberto Janet, impuesto, el 28 de mayo de 2015, en La Habana.
Las mejores ubicaciones anuales en el listado mundial han estado a cargo de holguinero Enrique Samuells, séptimo en 1966, con 68.11 y los santiagueros Alberto Sánchez, vigesimosegundo en 1995, con 77.74 y Roberto Janet, vigesimosexto en 2014, con 75.99; vigesimoctavo en 2010, con 76.50 y vigesimonoveno en 2013, con 76.75 metros.
Un análisis del rendimiento mostrado por décadas, por los atletas cubanos en esta prueba, nos expresa que, en los años 70, solo Armando Orozco logró lanzar sobre los 70.00 metros; mientras que cuatro lo hicieron en los años 80 y 90; el mayor número de martillistas sobre los 70.00 metros aconteció en la primera década del actual siglo XXI, con seis, pero disminuyó a cuatro, entre 2011 y 2020.
El mapa cubano del lanzamiento del martillo, atendiendo a los 30 primeros atletas del ranking nacional, hasta 62.68, estaría concentrado en La Habana (13), luego aparece Santiago de Cuba (5), seguida de Pinar del Río y Camagüey (2), mientras que con uno aparecen, Mayabeque, Matanzas, Cienfuegos, Villa Clara, Sancti Spíritus, Las Tunas, Holguín y Granma.
Ahora para valorar los rendimientos de los martilleros cubanos, tomamos como muestra, lo realizado por los 20 mejores exponentes de esta prueba, comparándolo a su vez, con sus similares del mundo. Entre los aspectos a juzgar están; la edad de inicio en la prueba, edad del logro del mejor resultado, rango de edades para el logro de los rendimientos estables, los índices de crecimiento y decrecimiento anual, así como el crecimiento y decrecimiento total. También se puede apreciar, la talla y el peso ideal para esta especialidad.
En la muestra nacional analizada, emerge como edad inicial en la prueba, los 15 años (martillo de 5 kg), algo lógico y natural, debido al sistema de participación deportiva cubano, mientras que el promedio de edad en la muestra del mundo, es un año mayor (16 años). En otros detalles propios de esta prueba, donde los menores de 18 años, lo hacen con el martillo de 5 kilogramos y los menores de 20 años, con el de 6 kilogramos, tenemos que, entre los que compitieron con el martillo de 5 kg, el villaclareño Ramón Drake y el granmense Yosbanis Bárzaga, lanzaron, 56.32, ambos a los 15 años.
Entrando en detalles poco conocidos sobre los martilleros cubanos, en esta prueba, tenemos que, generalmente logran sus mejores rendimientos a los 25 años (72.89), mientras que sus homólogos del mundo, lo hacen a los 28 años (82.19). El rango de edades donde se manifiestan los mejores rendimientos, en Cuba está enmarcado entre los 21 y los 26 años; los mejores del mundo, lo hacen durante un período más prolongado, de los 24 a los 35 años.
Los atletas criollos en esta prueba generan un índice de crecimiento anual promedio de 3.23 metros (incremento que pueden lograr de una temporada a otra), la muestra de los mejores del mundo, incrementan 1.87 metros. Los criollos alcanzan un crecimiento total (incluyendo los cambios de implementos), desde el inicio de su carrera deportiva, hasta el logro del mejor resultado, de 21.29 metros; por 25.23 metros, los foráneos. Entre los atletas cubanos, el mayor crecimiento se produce, entre los 16 y 17 años, con 4.49 metros, mientras que, el mayor decrecimiento está ubicado, al final de la carrera deportiva, entre los 30 y 31 años, con 3.57 metros.
El decrecimiento total para los cubanos, es decir, la pérdida de rendimiento partiendo de la mejor marca (72.89), hasta el final de la carrera deportiva (63.69), es de 9.20 metros, mientras que los mejores del mundo, con un rendimiento óptimo hasta los 35 años (80.24), ceden 6.26 metros. El índice de decrecimiento anual, entre los 20 mejores martilleros cubanos, es de 1.72 metros, mientras sus homólogos del mundo, ceden 0.66 centímetros.
Analizando los 30 primeros martilleros cubanos, tenemos que lograron como promedio, su mejor resultado histórico en el mes de abril. Esta es una prueba que no ha tenido numerosa participación internacional, solo el 10%, tres atletas, hicieron su mejor marca compitiendo en el extranjero.
En los parámetros de talla-peso, el atleta cubano de lanzamiento del disco, ha presentado una talla promedio de 1.83 metros, con un peso promedio de 102 kilogramos, cediendo en, ambos parámetros a los mejores del mundo (1.90 y 110). El tunero Eladio Hernández (1.88 y 107) es el martillista criollo que más se ha acercado a los estándares de talla y peso, presentados por los mejores del mundo.
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