ACN FOTO/ Roberto MOREJÓN RODRÍGUEZ/

Por: Andy Bermellòn Campos

Para nadie es un secreto que Yoandys Lescay fue unas de las notas más relevantes del atletismo cubano en la pasada temporada. Hazaña que lo condujo a disputarle la distinción de atleta del año al estelar Leonel Suarez.

Natural de la oriental provincia de Las Tunas, el joven de tan solo 24 años, lució como un consagrado en la Ciudad Maravillosa. Justamente en los Juegos Olímpicos vivió el mejor momento de su corta carrera deportiva.

Primeramente estampó una marca personal en la semifinal olímpica, al detener los relojes en 45 segundos exactos. Luego con soberbias actuaciones como hombre cierre en la posta olímpica, al marcar 43.60 segundos que lo ubica como unos de los mejores volantes de la especialidad.

Antes el velocista tunero había asumido importantes participaciones tanto en la vuelta al ovalo, o como parte del relevo 4x400m en eventos de primer nivel como los Campeonatos Mundiales de Moscú 2013 y Beijing 2015, los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Veracruz, el Campeonato Iberoamericano y el Mundial de Relevos.
Precisamente en Bahamas será el objetivo más inmediato de los pupilos de Eloina Kerr y Amarilis Hernández. Un terreno anteriormente conocido, para Lescay y compañía, que llegan a cita mundialista con la aspiración de mantenerse entre los mejores combinados del atletismo mundial.

Antes de partir a tierras caribeñas Yoandys Lescay brindó sus impresiones a DeporCuba sobre los resultados alcanzados y los nuevos compromisos para este 2017.

Primeramente. ¿Cómo valoras la temporada 2016?

La temporada pasada ha sido la mejor de mi carrera deportiva. Se lograron algunas metas que se habían pensado por el colectivo de trabajo, y lo más importante es que pude hacer mis mejores marcas en el momento y lugar indicado. Me siento muy orgulloso por estos resultados alcanzados y de representar a mi país en cada competencia que asumo.

Hablemos de la marca personal ¿Cómo asumiste la semifinal olímpica?

Salí hacer mi trabajo. Planificar bien la carrera y asumir con responsabilidad el reto que tenía por delante. Ya estar en una semifinal olímpica era una gran hazaña, pero tenía que salir a buscar más y eso fue lo que hice. El nivel en la especialidad es bastante alto, tanto que se rompió el record en la misma final olímpica y muchos de los finalistas mejoraron sus marcas personales. Los 45 flat que logré en Rio de Janeiro me dan muchas opciones de pensar en un resultado superior y eso lo tenemos en mente para esta temporada.

Desde el punto individual y colectivo (relevo 4×400) en la temporada pasada no existieron muchas oportunidades de competir internacionalmente. ¿Consideras que este factor influyó en los resultados?

Competir fuera de Cuba siempre es importante porque el nivel es mucho mayor. Es cierto que no existieron muchas oportunidades de competir internacionalmente pero enfocamos siempre la preparación en los objetivos que teníamos para la temporada. La incursión en el Iberoamericano de Brasil me dio la oportunidad de saber mi estado para asumir la temporada y de conocer el escenario de los Juegos Olímpicos. Ese fue unos de los momentos importantes de la temporada y lo aprovechamos al máximo. En la final logré un 45.36 y esto me dio confianza porque nunca había podido lograr esa marca en ese momento de la preparación.

Luego de Ibero no encontré exigencias en el Memorial Barrientos y las estancias de entrenamientos en México y ese pudo ser un factor para no lograr un mejor resultado. A mí me gusta correr bajo presión, es decir, tener un reto que alcanzar y siempre que corro bajo esa condición entrego lo mejor de mí.

La inclusión del relevo 4×400 en la final olímpica devolvió un espacio cedido por las postas cubanas en los últimos años ¿Qué valoración tienes sobre la final y de ese momento importante para el atletismo cubano?

Las finales de los relevos siempre son muy esperadas. Esta no fue la excepción. En Rio llegaron los mejores relevos del planeta y la calidad de cada una de las series que nos tocó correr tuvieron muchas exigencias. A los muchachos les dije que yo iba ponerle todo en cada unos de mis tramos y ellos hicieron su trabajo. Yo disfruto mucho los relevos, me siento en un nivel superior cada vez que tengo que asumir el cierre de la posta cubana. Primero porque tengo el compromiso de asegurar un resultado y segundo para premiar el esfuerzo del equipo. En la semifinal y la final olímpica corrí con todo y fue cuando salieron los 43.60, unas de las mejores marcas entre los cerradores a nivel internacional. La final se corrió muy fuerte y Estados Unidos mostró la hegemonía acostumbrada.

En los últimos tiempos los 400 metros y los relevos se han convertido en unas especialidades más difíciles y atractivas del atletismo ¿Qué opinión tienes sobre el estado actual de estas especialidades?

En los 400 metros el nivel ha subido muchísimo. Antes con 45 segundos podías aspirar a estar en la final. En Río de Janeiro el último clasificado entró en la final con menos de 44.50, es decir, que algunos atletas se quedaron fuera de la final con marcas inferiores a los 45 segundos. En cuanto a los relevos antes eran muy pocos lo que podían bajar de los que rompen esa barrera. Un ejemplo visible es la plata olímpica alcanzada por el relevo cubano en Barcelona 92. En aquel entonces el relevo cubano cronometró 2:59.51, mientras que nosotros con 2:59.53 en Río nos ubicamos en sexto lugar. Un tiempo casi similar al de hace veinticinco años y que nos hubiese permitido repetir la hazaña de aquella plata olímpica. Eso dice mucho del panorama actual de los relevos. Ahora existe una gran tradición e interés de muchos países en esta prueba.

¿Retos y sueños?

Lo primero es romper la barrera de los 45 segundos. Bajar a los 44 segundos me dará muchas posibilidades de codearme con la elite de la especialidad y de llegar a la final de Londres 2017. También tenemos un sueño colectivo y es lograr un resultado importante con el relevo. Llevamos varios años trabajando en este objetivo y consideramos que ya estamos más cerca de lograrlo. Esperamos poder regalarle ese alegrón al pueblo cubano.

Los objetivos más importantes del atletismo cubano en la presente temporada son el Campeonato Mundial de Londres y el Mundial de Relevos a celebrarse en este mes de abril en Bahamas. ¿Qué objetivo tienes con estos compromisos?

Una nueva temporada siempre demanda nuevos esfuerzos. La preparación ha marchado hasta el momento muy bien y nos hemos preparado para el primer objetivo del año que es el Mundial de Relevos en Bahamas a finales del mes de abril.
En el mes de marzo cumplimos una estancia de entrenamiento en Repùblica Dominicana junto a los integrantes del relevo 4×100, con vista a perfeccionar la última etapa de preparación para el mundial. En Bahamas iremos por más. El equipo está muy emocionado con lo que hicimos en los Juegos Olímpicos y queremos luchar por una medalla.

¿Y para Londres?

Llegar a la final de los 400 metros. Es una meta difícil pero no imposible de alcanzar.