Por: Lilian Cid Escalona
Andy se entrena con intensidad. El sol, fuerte, se refleja en su rostro, pero no eclipsa el ímpetu con que ataca las vallas dispuestas en su camino. Y es que ganar la Copa Cuba es solo el inicio; el primer paso para un muchacho que siempre imaginó su vida ligada a las pruebas de saltos.
Andy Díaz, el campeón de la Copa Cuba 2017 en el triple salto, dice haber sentido desde siempre una inclinación por el deporte, en especial por este mundo de los saltos que le apasionó desde chico. También reconoce a su madre como principal artífice de su conversión en atleta.
“Ella sabía que tenía condiciones para dedicarme al deporte e hizo todo lo que pudo por iniciarme en este mundo”, manifiesta.
Frisando los 12 años comenzó a acudir a la Ciudad Deportiva, donde su mamá lo llevaba a entrenar con un profesor especializado en pruebas de fondo. Cierto es que aquella actividad no estaba acorde con los anhelos del muchacho, pero fue la génesis de su acercamiento al atletismo.
“Yo siempre me identifiqué con los saltos; quería ser saltador. Es mi sueño estar aquí, y quiero llegar a ser alguien importante en la historia del salto triple cubano”, sentencia el espigado bisoño, cuando está a punto de concluir su jornada de entrenamientos en el capitalino Estadio Panamericano.
Hace alrededor de cinco años que el habanero frecuenta la mítica instalación del Este de la ciudad. Sus esfuerzos, en aquel entonces, apenas superaban los 15 metros y era un muchacho más entre los tantos que buscan descifrar las claves del enconado sendero de la práctica deportiva al más alto nivel.
“Con Yoelbi Quesada empecé a tener el primer acercamiento al triple salto. Un par de años después obtuve resultados que me dieron la posibilidad de asistir al Campeonato Mundial Juvenil de 2014. Luego de esta participación es que me integro, oficialmente, al Equipo Nacional”.
En efecto, Andy tuvo un 2014 en el que se superó y ello le permitió tomar parte en el Campeonato Mundial para menores de 20 años de 2014. La cita que acogió el Hayward Field de la ciudad de Eugene, Estados Unidos. Allí se estiró hasta los 16.43 (+2.1) metros, concluyendo en la cuarta posición de una final dominada por su compatriota Lázaro Martínez con 17.13 metros; récord para la competición.
Desde entonces, ha llovido un poco y Andy ya no vive a la sombra de Lázaro, tampoco de Cristian Nápoles o de Julio César Carbonell. Andy ha trabajado duro y ahora es un eslabón importante en este grupo de jóvenes triplistas. Pugna, de tú a tú, con ellos y desafía sus límites en tanto gana metros para ir tras objetivos, cada día, más altos. Una mentalidad que está acorde con el reto que supone ser parte de la llamada escuela cubana de triple salto.
“Llegar hasta aquí no ha sido fácil. Tuve que enfrentarme, prácticamente solo, a esta nueva etapa como atleta de alto rendimiento porque casi nadie confiaba en mí. Sin embargo, yo nunca perdí la fe y creo que la vida me está premiando por mi esfuerzo”, rememora.
“Ser atleta de triple es un gran desafío. Es muy difícil hacerse notar en esta prueba porque ha tenido buenos representantes a través de los años. El reto, por tanto, es mayor, porque hay que mantenerse en un nivel muy alto para no defraudar al pueblo que te sigue y aportarle gloria al país”.
Desde su incorporación a la selección nacional, Andy ha progresado, aunque su paso por el alto rendimiento se puede describir como tranquilo. Tuvo resultados de 16.81 y 16.80 metros, que son signos de un desempeño loable, pero que no hizo saltar demasiadas alarmas en torno a sus condiciones.
Al 2017, sin embargo, ha llegado pisando fuerte: inició con 16.58, posteriormente progresó con 16.84 y 17.19 (w) hasta dar su mejor golpe en la Copa Cuba, donde se coronó amparado por salto de 17.40 metros; el mejor de su tierna carrera deportiva.
Protagonista de una Copa Cuba que tuvo un triple salto electrizante en su fase final…
Fue muy emocionante porque oficialmente fue esa la primera vez que salté sobre los 17 metros. Yo venía de hacer 17.19 m en la confrontación previa a la Copa, pero la marca fue hecha con excesivo aire a favor. Me mantuve enfocado en mi trabajo y competí con la serenidad que me pidió mi entrenador. Estaba listo para mejorar, solo tenía que concentrarme para que saliera el resultado y así fue.
Actualmente, otros tres cubanos saltan sobre los 17 metros. ¿Cómo influye esta rivalidad?
Pienso que el hecho de que haya varios saltadores de nivel nos impulsa a superarnos diariamente y a esforzarnos más para llegar a representar a Cuba en los eventos internacionales. Personalmente, creo que podemos hacer un buen papel en el Mundial y tener buenos resultados en el futuro.
A propósito, ¿cuáles son las metas para esta temporada?
Quiero tener buenos resultados. Voy a trabajar para estar en el Mundial y tener un buen rendimiento allí.
Cuba atesora una historia pródiga en esta prueba, siendo, año tras año, una nación omnipresente en los listados de los mejores exponentes de la modalidad en las categorías inferiores. Los cubanos y cubanas han sido también medallistas en múltiples campeonatos mundiales, sin embargo, los Juegos Olímpicos se han convertido en un obstáculo insorteable para las generaciones de triplistas cubanos. El resultado más importante en estas lides data de Sídney 2000, cuando Yoel García ganó la presea de plata amparado por registro de 17.47 metros, para escoltar en el podio al fenomenal Jonathan Edwards, autor de 17.71 metros.
Una final en la que otro de los más destacados triplistas de nuestra isla, Yoelbi Quesada, se ubicó cuarto. Precisamente, bajo la mirada Quesada, progresa Andy.
“Yoelbi siempre ha confiado mí. Confrontación tras confrontación ha estado a mi lado para aconsejarme y ayudarme a ganar la seguridad que necesitaba para superarme.
”Él, además de ser mi entrenador, es mi ídolo. Siempre quise ser como él porque considero que ha sido el mejor exponente de esta especialidad en la historia del atletismo cubano”.
Andy se entrena con intensidad y aprovecha cada minuto para cimentar su firme propósito de convertirse en alguien importante para la historia del triple salto cubano. Un proyecto que pasa por el deseo de coexistir entre los mejores del planeta y coronarse bajo los cinco aros.
“Hoy en el mundo hay excelentes competidores. Taylor (Christian Taylor), Will Claye y mis compañeros de selección Pichardo (Pedro Pablo Pichardo) y Lázaro (Lázaro Martínez) son algunos de ellos, pero pienso que tengo condiciones de emularlos, por eso trabajaré fuerte, porque también quiero estar entre los mejores”.
Al ser preguntado sobre sus sueños, responde sin titubeos: “Yo estoy entrenando para ser el primer campeón olímpico de Cuba en el triple salto”.
(Especial Cubahora)
Hola amigos de cuba, me gustaría saber sobre el saltador Pedro Pablo Pinchardo….. Volverá a competir.?, y muy buen trabajo el que viene haciendo Andy Diaz….. Saludos desde Bolivia.