La situación de Caster Semenya y esa eterna polémica con la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (IAAF) parece haber tomado un curso definitivo. Este jueves (26), la máxima entidad atlética del orbe ha publicado una nueva regla sobre hiperandrogenismo que prohibe correr distancias de 400, 800, 1.500, una milla y carreras de vallas a mujeres con niveles de testosterona “por encima de lo normal”.
La IAAF considera que tienen una ventaja injusta. La norma afectará directamente a Caster Semenya, la sudafricana tres veces campeona mundial de 800 metros y doble oro olímpico, que suele competir desde 400 a 1.500. Es una regla hecha a medida y que le impedirá competir, salvo que se medique.
Y es que la única posibilidad que deja la Federación Internacional es que las atletas con esos niveles elevados puedan competir si toman una medicación que le devuelvan a la normalidad.
Una atleta debería medicarse de manera continuada durante seis meses con tratamiento de anticonceptivos hormonales si tiene más de 5 nanomoles de testosterona en sangre.
La IAAF ya introdujo una norma similar en 2011, precisamente por la irrupción de Semenya en escena, que en su momento se vio obligada a medicarse y se sometió a pruebas de verificación sexual. Esa regla fue derogada por el TAS en 2015 a raiz de la reclamación de la atleta india Dutee Chand y desde entonces Semenya no ha perdido ni una sola carrera.
La IAAF ya anunció en su pasado Consejo que revisaría la normativa sobre el hiperandrogenismo y estos cambios entrarán en vigor a partir del 1 de noviembre. Sebastian Coe, presidente de la IAAF, defiende las nuevas medidas que se han adoptado. «Como Federación Internacional de nuestro deporte tenemos que garantizar la igualdad de condiciones para los atletas. Como en otros deportes, elegimos tener una clasificación masculina y una femenina para las competiciones. Debemos de ser claros sobre los criterios para competir en cada categoría. Nuestras pruebas y datos muestran que la testosterona, producida de forma natural o insertada artificialmente en el cuerpo proporciona una importante ventaja en el rendimiento de las atletas femeninas. No estamos hablando de que se hagan trampas o no, sino de nivelar las condiciones para que haya una competición justa en el atletismo, donde el éxito se debe al talento, dedicación y trabajo duro en vez de otros factores».
Se estima que los asesores médicos de la IAAF han encontrado evidencias de que la mayor testosterona en mujeres es determinante para las pruebas de mediofondo (produce niveles de hemoglobina más altos y mayor musculatura),pero lo es menos para velocidad y resistencia larga, algo que dejaría la puerta abierta a Semenya para competir en 5.000 y 10.000. «Las últimas investigaciones que hemos llevado a cabo y los datos que hemos compilado demuestran que hay una ventaja de rendimiento en atletas con DSD (Desarrollo Sexual Diferente) en las distancias recorridas por esta regla», decía Stephane Bermon del Departamento de Salud y Medicina de la IAAF, que considera que 7,1 de cada 1.000 atletas tienen este problema.
La IAAF mantiene «que es esencial respetar y preservar la dignidad y privacidad de las atletas con DSD, y por lo tanto todos los casos que surjan bajo estas regulaciones deben ser manejados y resueltos de manera justa, consistente y confidencial, reconociendo la naturaleza sensible de tales asuntos».
En lo que a Semenya respecta, se sabe en el punto de mira y ha reaccionado con mucha personalidad en las redes sociales mientras que la organización que preside Coe ha hecho énfasis en que no obligará a nadie a someterse a procedimientos quirúrjicos aunque ha dejado claro que las atletas deben cumplir con las normas para poder competir y se ha dedicado a contestar todas las inquietudes sobre su nueva política.
IAAF response thread to the key themes reoccurring on twitter surrounding "new eligibility regulations for female classification".
— IAAF (@iaaforg) April 26, 2018
Es otro asunto de nunca acabar. Tanto es así que el Sr. Bermon ha manifestado, a título personal en declaraciones a The Guardian que está de acuerdo con la inclusión de una tercera categoría para los atletas intersexuales. Algo que podría suceder dentro de cinco años, aunque admitió que la opinión pública tendrá que cambiar primero.
— Caster Semenya (@caster800m) April 26, 2018
As world governing body we need to ensure a level playing field for all athletes. The research and evidence clearly shows there is a performance advantage in female athletes with DSD over the track distances covered by this rule.
— IAAF (@iaaforg) April 26, 2018
Pues la medida me parece absolutamente justa. Pienso que en el deporte primero no está el individuo, sino la parte social es más importante, porque es que nadie está obligado a practicar deporte profesionalmente. Lo peor de todo es que con el surgimiento de Semenya de repente había más de una atleta con porte masculino compitiendo y ganando gracias a a su genética que bien pudieran ser nada casuales, sino intencionales de algún preparador o de alguien de las federaciones de atletismo africanas que se las dan de listos aprovechando un hueco en las reglas y normas.
La regla nada tiene que ver con que si la gente las acepta o las rechaza. Esa es la cobarde interpretación de personas fraudulentas en cuanto les ponen reglas para evitarel fraude o la ventaja ilícita. Les encanta hacerse las víctimas para coaccionar a los que les dicen la verdad. Y vamos que en esa foto me cuesta mucho creer que se trata de una atleta del sexo débil. La misma Mutola no estaba a mi juicio exenta de motivo de sospecha, lo que ella para su desgracia tuvo su auge en una época donde las rusas y otras se dopaban y había una tal Ana Fidelia Quirós. Eso impidió el reinado de Mutola a su gusto. Actualmente con los controles, la única que ha podido meterse en la falange de las mujeres con genética atípica de mujer ha sido la norteamericana Ajee Wilson, la misma fue cazada dopada, pero como en el caso de la discóbola croata por algún motivo increíble solo se sancionó suavemente.
Quiero decir con esto que si la IAAF quiere en serio combatir el fraude no puede permitirse a personas que a pesar de poseer en el carné de identidad el dato sexo femenino, muestren un físico de hombre que compitan por la libre contra otras mujeres. El no medicar esa anomalía produce un desconcierto entre las contrarias y en definitiva se podría convertir en una invitación a doparse y con un buen médico se recetaría la próxima atleta con anomalía hormonal y basta.
Y si para otras cosas Semenya se siente hombre, pues que corra en carreras de hombres. Yo hasta podría imaginarme que encubierta por su producción endocrina de testosterona se suministra desde hace un tiempo algo adicional, porque su desarrollo muscular es extremadamente anormal, por la musculación no parece una mujer con genética masculina, sino todo un hombre.
Sospecho que en el continente africano se aprovechan de la situación de que las mujeres de raza negra, sobre todo las africanas, tienen facciones muy toscas, lo que imposibilita a veces reconocer de inmediato si es una persona del sexo femenino. Según he observado de las culturas que no nos son tan familiäres, nos cuesta más esfuerzo reconocer la fisionomía y describirla, porque hasta cierto punto no encontramos muchas diferencias en las facciones de los representantes de esas culturas. Algo similar ocurre con las personas de Asia o Arabia. Para los europeos, por ser la mayoría de tipo caucásico, es muy difícil activar la competencia de un buen fisionomista necesaria para identificar a las personas de otras razas que cometen actos de violencia. Supongo que fue la causa de la falsa condena a algunos voleibolistas cubanos en Finlandia.
Su reacción me parece descarada, porque en lugar de protestar debería alegrarse de tener dos títulos olímpicos porque el primero se lo retiraron a una atleta rusa dopada intencionalmente y se lo dieron a ella de la que se desconoce qué procentaje de su nivel hormonal es natural. Y el segundo lo ganó en la época donde no estaba obligada a medicarse. A mi juicio el título de Londres debió dejarse vacante, porque las sospechas y las discusiones sobre eso ya eran un tema que se observaba. Y cierto es que Semeya cuando se medicaba era una corredora más del montón, no sé a quién no le pudo llamar la atención ese desarrollo de los rendimientos.