Por: Sandy Mederos
La “Aplanadora Santiaguera” es, inobjetablemente, uno de los equipos más memorables en toda la historia del béisbol cubano. Temido por todos y cada uno de sus rivales, y adorados por sus parciales hasta niveles casi enfermizos, desde finales del siglo pasado hasta principios del actual, los rojos del Oriente marcaron una época en las Series Nacionales (SS. NN.), gracias al talento y la chispa sobre el terreno de hombres como Orestes Kindelán, Rolando Meriño, Gabriel Pierre, Norge Luis Vera, Antonio Pacheco, entre otros.
Uno de los nombres fundamentales de aquel conjunto fue también Fausto Álvarez, poderoso bateador que complementaba maravillosamente un line up en el que, desde el primero hasta el noveno, podía decidir el partido de pelota.
Este jardinero, zurdo al bate y usualmente defensor de la pradera derecha, jugó durante 17 campañas en los torneos cubanos, siempre defendiendo los colores de elencos oriundos del este del país. Lo mismo con las Avispas de Santiago de Cuba, que con Serranos u Orientales en las Selectivas, Fausto llegó a convertirse en una de las figuras más recordadas durante ese época en que la Mayor de las Antillas era el rey (casi) absoluto sobre el diamante.
El debut de Álvarez —nacido el 28 de noviembre de 1960— en la máxima categoría del béisbol en la Isla llegó en 1984, luego de haber explotado en los Juegos Nacionales Universitarios. Pronto se hizo con un hueco en la alineación, y ya para inicios de los 90, con más de 700 partidos disputados, era un jugador establecido en la escuadra indómita.
Durante su recorrido por las SS. NN., su promedio ofensivo fue de .295, como resultado de los 1676 indiscutibles conectados en 5691 turnos oficiales. En materia de carreras, trajo 1096 para el plato y anotó otras 871, para un acumulado productivo de 1967.
Bateó 210 cuadrangulares, 327 dobles y 26 triples, extrabases que le sirvieron para cerrar su carrera local con un buen slugging de .472. Por si fuera poco, su paciencia en el cajón le permitió sacar 764 boletos de libre tránsito, los cuales combinados con sus imparables dan para un promedio de embasado de .370.
Casi siempre ubicado como quinto o sexto en el orden al bate por sus managers, Fausto Álvarez tuvo dos etapas en la Isla, pues después de varios años, en 1996 se marchó a Japón, en donde disputó dos temporadas con clubes amateur. Luego, en 1998 regresó a su tierra, y se mantuvo con la “Aplanadora” hasta 2003.
Sin embargo, y aunque la mayoría asume que justo ese último año terminaron las aventuras del espigado outfielder, la realidad indica que aún tuvo oportunidad de irse hasta el otro lado del Atlántico a demostrar de qué estaba hecho.
En 2006, años después de su retiro, Fausto cesó su período de inactividad y firmó, a la edad de 46 años, por los Piratas de Amsterdam, equipo de las Grandes Ligas (Honkbal Hoofdklasse) de los Países Bajos.
En esa temporada inicial con la franquicia “filibustera”, el de la Ciudad Héroe estuvo como coach de tercera y bateador designado, pero no fue hasta su segundo año que se “encendió” bien con el madero. Durante 2007 consiguió que los suyos avanzaran a la postemporada por primera vez desde 1992, y gracias a su average de .365, 12 jonrones y 35 impulsadas (en 38 juegos disputados), al cierre de la campaña regular fue galardonado como el Jugador Más Valioso de la liga.
Durante el siguiente curso, correspondiente a 2008, superó sus resultados a nivel colectivo, pues ayudó a sus compañeros a coronarse en el torneo neerlandés, y también obtuvo excelentes números. En lo adelante, también tuvo el honor de representar a los de Ámsterdam en la Copa Europea de Clubes de 2009, evento en donde lideró a los bateadores en la fase de grupos, con promedio de .363 (4 en 11 turnos) y ocho empujadas.
Más allá de que en los Países Bajos Fausto no haya jugado su torneo de mayor exigencia (teniendo en cuenta que la Serie Nacional poseía una mejor calidad), sí hay que decir que el suyo es un ejemplo de longevidad deportiva de los más envidiables, además de una demostración perfecta de cómo las ganas de jugar al béisbol no podrán cortarse nunca.
Tomado de Cubalite
Comentarios recientes