Artemisa se proclama campeón en el sub-23 de béisbol
Hace unos días, justamente el pasado jueves en horas de la mañana cuando procedíamos a la grabación del espacio deportivo semanal que se trasmite por Cubavisión Internacional, uno de los amigos participantes en dicho programa me preguntaba sobre el favorito para llevarse el banderín en el nacional de béisbol sub-23. Sin duda alguna – afirmé – Artemisa va camino al máximo sitial. Aunque no es mi fuerte, seguí con atención todo lo sucedido en la etapa preliminar y las semifinales; de menos a más fue la selección de mejor balance y la de mayor cohesión en cada salida al terreno.
Muchas veces he conversado acerca de población actual de cada provincia del país contra resultados deportivos y resulta que esas grandes de uno o dos millones de habitantes quedan por detrás de las llamadas medianas o las pequeñas. La Habana, Santiago de Cuba y Holguín encabezan dicho listado.
Miren, me satisface el triunfo artemiseño y me uno en este momento a esa feliz circunstancia que se llama obtener el máximo galardón en una competencia que nació en este año 2014. Ese éxito quedará para la historia y puede marcar un giro muy positivo en todo el quehacer del deporte en el territorio. A sus atletas, cuerpo de dirección – a toda la gente que confió en los Cazadores y a las autoridades que respaldaron la preparación y dieron continuidad a la labor de sus peloteros – mis más sinceras felicitaciones por este significativo triunfo. Vendrá ahora la Serie Nacional número 54, y Artemisa, por supuesto, ambiciona algo mejor que clasificar entre los mejores.
Hay objetivos superiores que apuntan hacia un lugar en el podio de premiaciones y esa tarea parece posible si todo funciona como es debido. Conozco la voluntad y deseos de sus directivos: hacer de Artemisa una provincia digna y merecedora de los mayores reconocimientos de la nación.
Pero el éxito en el sub-23 de béisbol puede constituir igualmente un punto de partida para que otras actividades del deporte se conviertan también en verdaderos ejemplos para el país. Los once municipios de la tierra artemiseña pueden aportar mucho más a esa cadena del alto rendimiento. A sus tradicionales disciplinas y buenos resultados se pueden incorporar otras que están llamadas a enaltecer toda la labor que se realiza en la provincia.
La Artemisa que es toda historia debe ser cada día un lugar que suene en nuestros medios de comunicación por su constante empeño y deseos de sus mejores hijos.
Felicidades, muchas felicidades a los campeones de este primer béisbol nacional sub-23.
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