La 60 edición de las series nacionales ya genera sus primeros titulares. Si, como lo lee, sin dar el primer play ball, ya es noticia y sus primeras informaciones se vinculan a los timoneles de los equipos.

La renuncia a finales de esta temporada de Rey Vicente Anglada dejó vacante el banquillo de los Azules de la Capital. Muchas fueron las opciones analizadas en este espacio hace unos días atrás y en verdad las variantes no eran muchas para designar al nuevo manager de los Leones.

Muy poca carretera en el caso de Rudy Reyes, aunque con resultados visibles en el campeonato doméstico capitalino y mucha experiencia en el caso de Guillermo Carmona que a los efectos su pasado azul y en los Metropolitanos pesaban por encima del propio Rudy y los otros aspirantes en convocatoria de la dirección de los Industriales.

En 2017 Carmona figuraba como la primera elección para asumir el banquillo azul debido a la forzada salida de Javier Méndez, pero la petición de Víctor Mesa pesó más para los directivos del béisbol habanero en busca de alcanzar la deseada corona numero 13 en Series Nacionales.

“Ese punto es lo que me indigna de lo sucedido”, enfatiza. “Ahora dicen que yo era uno entre varios aspirantes, y eso es falso. Yo era el único candidato, porque habían hablado conmigo desde el cinco de diciembre de 2016, casi mes y medio antes de que Matanzas terminara el play off contra Granma y su manager renunciara a proseguir allá”.

A Carmona le acompaña una amplia hoja de servicios con los equipos de la capital durante siete Series Nacionales consecutivas donde obtuvo un balance de 320 victorias con 234 derrotas. Estuvo al frente de los desaparecidos Metropolitanos durante cuatro temporadas a partir de 1994. En 1998 es designado como director de Industriales, equipo con el que logra el subcampeonato tras perder la final ante La Aplanadora de Santiago de Cuba, dirigida en aquellos años por Higinio Vélez. En series de play off acumuló 20 ganados y 19 perdidos.

Los Leones ya tienen su estratega para el venidero clásico nacional y en Carmona se cifran todas las esperanzas de devolverle un titulo nacional a los aficionados de la capital.