Por: Yirsandy Rodríguez/Basseball de Cuba

Separándonos un poco de cualquier métrica, simplemente hagamos un sencillo cálculo matemático que no tiene complicación alguna. ¿Qué necesitamos demostrar? Queremos responder esa misma pregunta recurrente cuando el team Cuba está a punto de enfrentarse a otra cita internacional: ¿Podrán realizar ajustes a tiempo en un torneo corto? ¿Lograrán los bateadores cubanos fabricar carreras?

Aunque no te parezca a primera vista, cuando analices el número que te mostraré, ahí estará la respuesta: ¡3.5!

¿Qué significa? Algo tan simple como la cantidad de carreras por juego que ha promediado el team Cuba en sus últimos 10 eventos internacionales entre 2015-2019. Elemental: Si no logran pisar el home de cualquier manera, ni siquiera más de cuatro veces por match, ¿cómo un equipo puede aspirar a obtener victorias con frecuencia contra rivales que no enfrenta durante todo el año? ¡Es una situación difícil de resolver!

Sin embargo, ese mismo pitcheo cubano frecuentemente cuestionado, ha sido capaz de lanzar para marca de (27-26), con 3.79 de efectividad, .251 promedio de bateo permitido en el mismo lapso entre 2015 y 2019. Además de esos resultados mucho menos criticables que los alcanzados por la ofensiva cubana, los pitchers contaron con eficiente apoyo defensa (promediaron una media de .981).

Esa contribución defensiva fue vital para el staff de pitcheo, pero también vale señalar el dominio de los lanzadores en varios de los torneos: Parte de ese rendimiento está evidenciado con sus 11 juegos completos e igual número de salvamentos en 54 aperturas.

A diferencia de varias actuaciones destacadas del staff de pitcheo, la ofensiva ha podido promediar apenas dos veces un mínimo de cinco carreras por desafío —el mayor registro fue de 6.6 del team que participó en los Panamericanos de Toronto, Canadá’2015—. Así pues, cuando no pocos pensaron que la fortaleza del team Cuba no estaba en su rotación de lanzadores, el historial reciente nos dice que: Rebajaron su efectividad en (cinco) la mitad de los torneos entre 2015 y 2019.

  • Serie Del Caribe/San Juan/Puerto Rico, 2015: 3.40 ERA
  • Serie Del Caribe/México, 2017: 1.67 ERA
  • Juegos Centroamericanos/Colombia, 2018: 2.07 ERA
  • Serie Del Caribe/Panamá, 2019: 1.40 ERA

Esas tres efectividades bien calificadas en Series del Caribe, ganan un interesante peso por el tradicional nivel del evento. Así que hay suficientes muestras para ofrecerle, desde este preciso instante, total seguimiento al posible lineup y la rotación de pitcheo que utilizará el manager Miguel Borroto.

En cada torneo, se plantean diversas soluciones o “supuestos” proyectos a largo plazo, pero la ineludible realidad es que, en el presente, por muchas razones ha sido casi imposible mantener un equipo con figuras estables. La salida de varios peloteros de alto nivel han evitado lo que hace un par de décadas fue la primera gran arma de Cuba para enfrentar cada evento internacional de béisbol: El “Team-Work”, la cohesión, una estructura que les permitiera tanto a atletas como entrenadores trabajar sistemáticamente y ajustarse.

Pero ahora, en esta década, ese concepto debió cambiar y ajustarse a estos tiempos, donde una buena cantidad de peloteros cubanos sueñan con jugar en las Grandes Ligas estadounidenses.

Al final, lo cierto es que cada team Cuba de esta última década no ha podido imponerse, quedando como mejor recuerdo el éxito de los Vegueros de Pinar del Río en la Serie del Caribe de San Juan, 2015. De solo mirar los averages colectivos, podemos comparar la diferencia del impacto de los cubanos en la Serie Nacional y luego en eventos internacionales.

Tanto bateadores como lanzadores a nivel internacional, han incorporado la utilización de la tecnología y, durante las últimas dos décadas, los equipos cubanos han enfrentado teams con jugadores profesionales en cada evento foráneo. Varios de los pitchers que conforman los staff de pitcheo, lanzan y ganan experiencias en diferentes ligas profesionales en el Caribe. Es cierto que la calidad general de la Serie Nacional de béisbol en Cuba ha sufrido una visible caída de nivel, pero también ha faltado ofrecerle un voto de confianza a jóvenes talentos en la selección nacional.

Y entonces, cuando vemos los resultados finales una y otra vez, en no pocas ocasiones lo que analizamos a simple vista podemos corroborarlo de manera aún más alarmante a través de las estadísticas:

Esos fueron los averages ofensivos de Cuba en el último decenio. Siete promedios colectivos estuvieron por debajo de .270 y cuatro fueron inferiores a .252. No vas a encontrar un average de “.300s” y, lo peor, ¡en todos los torneos se fueron con más ponches que bases por bolas!

Aquí está el registro completo entre 2015 y 2019:

Estresantes esos números de ponches sobre boletos que se tragaron los bateadores entre 2015-2019, demostrando una pobre disciplina en el plato contra sus rivales a nivel internacional. Y ahí, al menos ofensivamente, la parte preocupante donde nos enfocamos en esta edición de “Retos del Team Cuba”, estará la mayor incógnita antes del Preolímpico en Arizona.

Más strikeouts, menos jonrones por cada hit y apenas 3.5 carreras por juego: Si no existe el talento combinado con la experiencia suficiente, será bastante difícil revertir los resultados de los últimos eventos.