Por Hernán Bosch

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Hace ya más de dos años, cuando comenzaba la edición 49 de la Serie Nacional de Béisbol en Cuba, publiqué en esta y otros medios digitales del país un comentario titulado ¿ Por qué no los ocho mejores a los “paly off” ?, relacionado con la estructura de este torneo, reconocido como el mayor pasatiempo de los cubanos.


Utilicé en aquel artículo una introducción y argumentos que voy a reiterar ahora, en plena serie número 51, porque considero que, incluso, se ajustan mucho más al actual panorama del campeonato que al que presentaba el torneo en aquella ocasión.

Decía entonces: “Sólo un milagro – y nadie lo espere – podría determinar que estuvieran en los “play off” los ocho mejores equipos del país en la Serie Nacional de Béisbol”.

Y es que, cuando ha transcurrido ya más de la mitad del calendario regular del campeonato, un vistazo a la tabla de posiciones en ambas regiones arroja resultados que podrían calificarse de alarmantes.
Baste decir que, si la etapa clasificatoria finalizara con las actuales ubicaciones, se quedarían fuera de los “play off” en la zona oriental dos equipos que tienen mejores resultados que el ocupante del cuarto lugar en la llave de occidente (Pinar del Río).

Se trata de Granma (28 triunfos y 26 derrotas) y Guantánamo (27-27), ambos por encima de los pinareños, que registran balance negativo (27-28), a pesar de lo cual los granmenses y guantanameros se se ubican en los lugares quinto y sexto en el oriente.

Por supuesto, no pensamos que la clasificatoria finalice con una situación exactamente igual a la actual, pero es necesario que meditemos al respecto, porque es muy posible que ocurran casos similares cuando se hayan efectuado los 96 encuentros fijados en esta campaña para cada conjunto.

El argumento principal históricamente esgrimido para mantener las dos “zonas” es que ello garantiza que, en la final, se enfrenten un equipo del occidente y uno del oriente.

Habría que preguntarse si, en aras de la “rivalidad” entre una y otra parte de la nación, (o el “regionalismo”), resulta válida, y sobre todo justa, esa argumentación.

Si se juega por el sistema “todos contra todos”, en el cual cada equipo se enfrenta en seis ocasiones a sus ahora 16 rivales; si se lucha en los mismos terrenos, con las mismas pelotas y bates, con el mismo reglamento, ¿no sería lo más justo que clasificaran para la fase final los ocho mejor ubicados, representen al territorio que representen? El más elemental sentido común así lo indica.

Por demás, la socorrida “rivalidad” pierde cada vez más fuerza, pues desde que se instauró la actual estructura, en la serie de 1977-78, los conjuntos orientales archivan más victorias que los occidentales, lo que se ha acentuado en los últimos campeonatos y en particular en el actual, en el que los del oeste, pese a contar en esta edición con un equipo más (nueve), han ganado en conjunto cinco juegos menos que los orientales, que siguen siendo ocho, (224 occidentales y 229 los orientales).

Pero, independientemente de ese desbalance, lo real es que resulta injusto que si juegan todos contra todos una cantidad igual de partidos, la clasificación para la fase final se determine por zonas y no por el mayor número de juegos ganados por cada conjunto.

Cuba es una sola, desde el Cabo de San Antonio hasta la Punta de Maisí. Entonces, ¿resulta razonable que se niegue la posibilidad de que, por ejemplo, en alguna ocasión discutan el título nacional del béisbol Pinar del Río y Artemisa, o Matanzas-Cienfuegos, o Santiago de Cuba-Guantánamo, por el solo hecho de que “pertenecen a una misma zona”.

Lo único realmente justo es que a los “play off” acudan los ocho equipos que mejores resultados obtengan en la fase clasificatoria, y el campeonato sea disputado, en cada Serie Nacional, por los dos equipos que salgan triunfadores de esos “play off”, independientemente de que sean de una u otra parte del país.

Disponible en: http://www.tiempo21.cu/index.php/deportes/1658-beisbol-cubano-si-juegan-todos-contra-todos-ipor-que-tienen-que-existir-dos-zonas-