Yago Lamela plata en Sevilla 99 Por Ángel Cruz @AngelCruzJ

“Hay saltadores de longitud que son buenos, los hay que tienen talento y los hay que son genios, y Yago Lamela era un genio”. Me sumo a las palabras de Ramón Cid, director técnico de la Federación Española, pronunciadas tras conocer la muerte del hombre que fue tres veces subcampeón mundial, que poseyó durante diez años el récord europeo en pista cubierta y que aún es plusmarquista español.

 

Este jueves, a media tarde, nos conmocionó la noticia. Yago había sido hallado muerto por un amigo en la casa de sus padres, en Avilés. Charlé por teléfono con los entrenadores de toda su vida, con Juanjo Fernández (Oviedo), con Juan Carlos Álvarez (Madrid) y con Rafael Blanquer (Valencia), y todos estaban, lógicamente, destrozados, descorazonados, abatidos. Como el mundo del atletismo en general, que ayer recibió un golpe feroz.

Y en el torbellino de recuerdos y sensaciones que pasaron por mi cabeza en la redacción de AS, me vino a la mente, sobre todas las cosas y quizá sorprendentemente, la tarde del 8 de marzo de 1999, en el aeropuerto de Barajas. El saltador llegaba desde Maebashi (Japón), donde había conseguido la medalla de plata en salto de longitud, poniendo sobre las cuerdas nada menos que al cubano Iván Pedroso, prácticamente invencible en aquella época. El caribeño sólo pudo batirle en el último ensayo, mejorando el récord de los Campeonatos.

En Barajas le esperábamos decenas de periodistas y cientos de aficionados, muchos de ellos llegados de Asturias. Yo nunca había visto nada parecido en nuestro mundillo, el del atletismo. Y nunca lo he vuelto a ver. Guardias civiles y policías nacionales le escoltaron a la sala de prensa, donde concedió una amplia rueda informativa. Habitualmente, cuando se recibe a atletas victoriosos, las entrevistas a su arribada al aeropuerto se hacen en la zona de llegadas, o por los pasillos. Es la única vez que, en cuanto a nuestro deporte se refiere, se utilizó la sala de prensa oficial.

Al día siguiente Yago visitó la redacción de AS y estuvo con nosotros casi dos horas. Charlamos con él, le hicimos fotos encima de una mesa que más o menos medía de larga los 8,56 metros que había conseguido en Maebashi, plata mundialista y récord de Europa, en una competición apasionante, como apasionante fue la del Mundial de Sevilla, meses después, también en lucha enconada con Iván Pedroso, rival, compañero y amigo. Una gozada, unos recuerdos maravillosos que hacen aún más duro este momento.

Yago tenía una técnica exquisita, era muy rápido, altísimamente competitivo… Lo tenía todo y alcanzó mucho, pero quizá no llegó a su tope ideal. Las lesiones y otros problemas le impidieron desarrollar una carrera atlética aún más brillante de lo que fue. Y lo fue mucho.

Algunos datos para demostrar, si hace falta, la gran calidad de Yago Lamela.

Marca personal: 8,56 tanto en pista cubierta (7 de marzo de 1999, en Maebashi) como al aire libre (24 de junio de ese mismo año, en Turín).

Récord de Europa: 8,56 metros en sala. Duró hasta el 9 de marzo de 2009, cuando el alemán Sebastian Bayer saltó 8,71 en Turín.

Concursos por encima de 8,50: tres (dos al aire libre y uno en pista cubierta)

Por encima de 8,40:  siete (cinco y dos)

Por encima de 8,30:  diez (ocho y dos)

Por encima de 8,20:  21 (trece y ocho)

Por encima de 8,10:  39 (28 y once)

Por encima de 8,00:  76 (58 y 18)

Promedio de los diez mejores concursos: 8,40 al aire libre y 8,28 en pista cubierta

Juegos Olímpicos: 19º en Sydney 2000 y undécimo en Atenas 2004

Mundiales: Plata en Sevilla 1999 y bronce en París 2003

Europeos: Octavo en Budapest 1998 y bronce en Múnich 2002

Mundiales en pista cubierta: Plata en Maebashi 1999 y noveno en Budapest 2004

Europeos en sala: Quinto en Valencia 1998 y  plata en Viena 2002

Mundiales júniors: 14º en Lisboa 1994 (triple) y cuarto en Sydney 1996

Europeos júniors: 12º en Nyiregyhaza 1995  (triple)

Títulos españoles: Cuatro al aire libre (1998, 1999, 2000 y 2003), tres en pista cubierta (1999, 2003 y 2004)

Sus diez mejores marcas

8,56 pc. Maebashi, 7 de marzo de 1999

8,56. Turín, 24 de junio de 1999

8,53. Castellón, 18 de agosto de 2003

8,49. Guadalajara, 16 de junio de 1999

8,44. Bad Langensalza, 15 de junio de 2003

8,43 pc. Sevilla, 22 de febrero de 2003

8,40. Sevilla, 28 de agosto de 1999

8,36. Gotemburgo, 1 de agosto de 1999

8,36. Castellón, 12 de agosto de 2003

8,33. Córdoba, 6 de septiembre de 2003

Progresión

1991: 5,98

1992: 6,69 pc

1993: 7,16 pc

1994: 7,27

1995: 7,75 pc

1996: 7,80

1997: 7,87

1998: 8,14

1999: 8,56

2000: 8,22

2001: 8,07

2002: 8,21

2003: 8,53

2004: 8,16 

Admiraba mucho a Carl Lewis, que para él era el mejor de la historia «aunque no haya batido el récord». Y al final de este post me viene a la memoria, tristemente, aquella vez que me contó que a los catorce años no retiraba la mirada de la pantalla de la televisión para ver la final de los Mundiales de Tokio, esa en la que Lewis llegó a 8,91 con viento excesivo, pero que perdió ante Mike Powell, a causa de un salto prodigioso de este, que borró de las listas a Bob Beamon, el Saltador Cósmico: 8,95 por 8,90. «He visto la competición muchísimas veces y creo que podría repetir hasta las palabras de los comentaristas».

Yago contó que tenía un póster de Carl Lewis pinchado en una de las paredes de la habitación de la casa de sus padres, donde ahora ha muerto. Se nos ha ido una estrella del salto de longitud, pero, sobre todo, una persona entrañable. 

Tomado del Blog Carros de Fuego