Concluidos los Juegos Panamericanos de Lima, la actuación del atletismo cubano, dentro del retroceso del deporte criollo, califica de aceptable, teniendo en cuenta que, cualitativamente no se pudo superar lo realizado hace cuatro años en Toronto (5-3-1) por (5-2-2) ahora, pero veamos en otros detalles, más específicos, como compitieron los atletas cubanos en Lima.
En la capital peruana el atletismo cubano tuvo 46 participaciones, logrando en 11, de ellas, los mejores rendimientos anuales (hasta el momento), para un 23.91% (24) de efectividad, en cuanto a este parámetro. Desempeño superior a las ediciones de Río de Janeiro (55-13=23.64%) y Guadalajara (62-14=22.58%), pero inferior a Toronto (53-16=30.19%).
Despreciando medallas y ubicaciones, quienes lograron sus mejores rendimientos en Lima; el saltador de altura Luis Enrique Zayas, con marca previa de 2.25, saltó 2.30 (+0.05); la corredora de 400 metros Roxana Gómez, de 51.97 a 51.65 (-0.32); Rose Mary Almanza, en 1500 metros, de 4:17.98 a 4:14.81 (-3.17), la vallista larga Zurian Hechavarría, de 55.40 a 55.00 (-0.40) (en semifinal); la pertiguista Yarisley Silva, de 4.70 a 4.75 (+0.05); la jabalinista Melissa Hernández, de 55.09 a 56.20 (+1.11); la heptalonista Adriana Rodríguez, de 6004 a 6113 (+109) y con menores exigencias debido a los resultados previos que traían; la corredora de 10 mil metros Dailín Belmonte, de 35:28.46 a 35:01.01 (-27.45); los relevos, el 4×100 (M), de 40.02 a 39.19 (-0.83), el 4×400 (M), de 3.08.07 a 3:05.87 (-1.20) y el 4×400 (F), de 3:34.97 a 3:30.89 (-4.08).
Entre los que menos decrecieron están; el saltador de longitud Juan Miguel Echevarría, de 8.34 a 8.27 (-0.07); el triplista Jordan Díaz, de 17.49 a 17.38 (-0.11), el discóbolo Jorge Fernández, de 64.82 a 64.24 (-0.58); la corredora Yunisleidy García (200m), de 23.82 a 23.92 (+0.10), la maratonista Dailín Belmonte, de 2:44:00 a 2:45:08 (+1.08) y la triplista Liadagmis Povea, de 14.77 a 14.60 (-0.17).
Los mayores decrecimientos en relación a la marca previa, los experimentó la discóbola Denia Caballero, la titular de Toronto y Beijing, llegó a Lima, con registro de 69.20 (Huelva, 20 de junio), pero volvió a tener otra tarde aciaga, como en Río 2016 y apenas logró 60.46, mermando 8.74 metros. El martillero Reinier Mejías, le escoltó en alejarse de su mejor envío previo, con 7.82 metros, producto de la combinación, 75.32 y 67.50, mientras que la jabalinista Mailén Brooks (55.62 y 49.52), ocupa el tercer puesto con 6.10 metros de merma.
Significativos decrecimientos presentaron, el saltador de longitud Maykel Massó (8.22 y 7.21), con 1.01 metros; los velocistas Reynier Mena (10.02 y 10.43), con 0.39 segundos y Roberto Skyers (20.29 y 20.67), con 0.38 segundos; los pertiguistas Andy Hernández (5.42 y 5.16) y Lázaro Borges (5.40 y 5.16), con 0.26 y 0.24 metros, respectivamente.
Otras marcadas mermas en sus rendimientos en la Competencia Fundamental, tuvieron; el decalonista Briander Rivero (7708 y 7239), cediendo 469 puntos; la corredora Rose Mary Almanza (800m, 1:59.04 y 2:01.64), dejando 2.60 segundos; la triplista Davisleydi Velazco (14.04 y 13.32), con 0.72 metros; la jovencita martillera Amanda Almendariz (64.23 y 60.98), con 3.25 metros
Ahora, entremos en otro apartado y veamos si estos rendimientos siguieron la rutina normal de desempeño, es decir, si los incrementos y decrecimientos, estuvieron dentro de los rangos en los que se manifiesta cada atleta criollo. Comencemos por los que consiguieron su mejor resultado anual en Lima, con Luis Enrique Zayas, quien creció un centímetro por encima de su promedio histórico (0.04); le sigue Roxana Gómez, quien ahora dobló su promedio de crecimiento, con 0.32 (0.16s); la vallista Zurian Hechavarría (creció ahora 0.40 y crece como promedio 0.79), mientras que Yarisley Silva se comportó así (0.05 y 0.09). Cierra la jovencita Adriana Rodríguez con solo cuatro temporadas evaluadas, creció 109 puntos y promedia un incremento de 243.50 unidades.
Veamos cómo se manifestaron los atletas que decrecieron, con relación a la marca previa presentada en Lima; el comportamiento fue así; Juan Miguel Echevarría, decrece como promedio 0.23 metros y lo hizo ahora con 0.07 metros; le sigue el triplista Jordan Díaz, con 0.17 y 0.11 metros; el discóbolo Jorge Fernández (2.74 y 0.58) y la triplista Liadagmis Povea (0.48 y 0.17 metros).
La discóbola Yaimé Pérez, a pesar de su épica remontada, decreció 2.81 metros, quedando a 32 centímetros de su promedio histórico (3.13), por su parte, la saltadora de altura Isis Kaila Guerra, se manifestó acorde a su merma normal, 0.08 metros, mientras que la martillera Yaritza Martínez, estuvo un centímetro mejor a su pérdida normal (1.46 de 1.47m). Otros atletas que no llegaron a decrecer lo habitual fueron, Roberto Janet (con 2.24 de 3.28m); Yaniuvis López (0.39 de 0.84m); Leandro Zamora (0.44 de 0.75s) y Mailén Brooks (6.10 de 7.36m).
Ahora, quienes mermaron por encima de su decrecimiento promedio, Denia Caballero, con 8.74 de 3.25m; le continúan Reinier Mejías (7.82 de 4.37m); Rose Mary Almanza, en 800 metros (2.60 de 1.94s); Maykel Massó (1.01 de 0.36m); Roberto Skyers (0.38 de 0.18s); Reynier Mena (0.27 de 0.12s); Andy Díaz (0.39 de 0.21m); Roger Iribarne (0.39 de 0.16s); Briander Rivero (469 de 109p); Amanda Almendariz (3.25 de 3.05m) y Davisleydi Velazco (0.72 de 0.44m).
Para cualquier país, es imposible que todos sus representantes logren plasmar los mejores desempeños anuales en las competencias fundamentales o similares, es difícil hacer coincidir los momentos de forma deportiva, la perfección no existe, pero en el caso del atletismo cubano solía incidir negativamente, en uno y otro evento al que asisten. Se pudiera objetar a su favor, que muchos de estos no tienen la posibilidad de realizar una adecuada serie de competencias preparatorias fuera de Cuba, pero, esto es un bumerán, porque están los que asisten a esas competencias previas y, tampoco logran realizar el mejor rendimiento en el momento “planificado” y, están los que salen directo del Estadio Panamericano en La Habana y, sí la ponen, los ejemplos, para cada caso, sobraron ahora en Lima.
Entonces, ya no sería solo un problema de competencias previas, en este sentido, entran a jugar otros factores, como pueden ser, las habilidades del entrenador para ir guiando la preparación del atleta hacia el logro de rendimientos óptimos en el momento deseado. También hay que mencionar los aspectos psicológicos y volitivos, que van a sustentar o no la capacidad del atleta para adaptarse a las cambiantes condiciones ambientales y al ritmo o secuencia que pueda tomar la competencia. Por el momento esta es la huella que marcó Lima 2019
Ese es precisamente el problema, que el INDER o la FCA trabajan y apoyan bajo el sistema de regadera, en lugar de hacer una mayor diferenciación. Hay atletas que no participan en giras preparatorias y por ello toman la competencia como la única oportunidad de demostrar su valía, leáse Zayas, otros saben que tienen su gira asegurada pase lo que pase, y por ello nunca han tenido rendimientos de valor excepto en competencias sin mucha presión.
A mi juicio se debería analizar caso por caso y apoyar de acuerdo a sus rendimientos. si alguien solo gana en los Centroamericanos o en un mitin en México, no hace falta invertir tanto dinero en giras antes de eventos globales o continentales. sería mejor darle la oportunidad a otros y observar cómo son los rendimientos. No se trata de actuar con extremismos, como sería en el caso de Denia, que aunque tuvo un día malo, pero tiene en su vitrina una medalla de oro mundial y una de bronce olímpica y un mal día lo tiene cualquiera, pero a quien repetidamente no cumple los pronósticos, pienso que a la hora de ahorrar deberían empezar por esos, porque obvio es que solo hace marcas para poder participar en giras durante semanas por el extranjero.