Bruselas fue nuevamente el escenario escogido. El duelo que tanto había anhelado la croata Perkovic para tomar desquite del imprevisto de la pasada temporada. Aunque el escenario no era el mismo la croata ha tenido que remolcar en una temporada muy incierta donde no ha podido encontrar la estabilidad deseada.

Desde el primer disparo la santiaguera se vistió de largo con un 65.95 metros. La estrategia para derrotar a una fuera de serie como Sandra radica ahí, en sacarla de su zona de confort, aunque es una atleta acostumbrada a sobreponerse a estas situaciones y de ella se debe esperar hasta el ultimo disparo.

Su respuesta llegó en el segundo intento al quedar muy cerca del disparo de la cubana con un 65.48 metros. Un buen arranque para la europea en la temporada más inestables de su carrera deportiva. En las primeras rondas no hubo otros disparos relevantes y Denia Caballero mostraba muy poco hasta ese momento, donde nuevamente sus faltas en el círculo de lanzamiento eran visibles.

El comienzo ratificaba que había una disputa seria por el trofeo. Perkovic no asimila aun lo sucedido en la final de 2018. En virtud de Yaimé queda que ha aprendido a controlarse y ser más ecuánime ante la presión que arropa competir al lado de Sandra. La santiaguera ha estado estable en los últimos dos años con disparos superiores a los 65 metros que obliga a las rivales a ir en busca de un resultado mayor, en cada una de sus posibilidades.

En el performance de Yaimé el disco sobrevoló también sobre los 65.10 metros y luego en la tercera tentativa hasta los 64. 64 metros. Marcas que aun no le garantizaban su reinado pero que marcaban el camino a la retención del trofeo.

En la cuarta ronda transitó con un 63.57 de Denia para ubicarse cuarta y el 64.73 metros de Perkovic. Pero la discípula de Hilda Elisa Ramos lo guardó todo y sacó a pasear todo su arsenal para enviar el disco hasta los 67.24 metros. Un verdadero cubo de agua fría para sus rivales. En la quinta fue una ronda de faltas donde Yaimé volvió a lanzar sobre los 65 metros y Sandra no reaccionaba ante la propuesta de la cubana.

En la sexta ronda había reservado muchas emociones. Denia quedó por debajo de sus lanzamientos del año solo pudo cerrar con un 63.06 metros para ubicarse cuarta. Sandra cerró con todo, lo dejó reservado para su ultima oportunidad con 66 metros exactos. Yaimé ya había prevenido esa situación y no le tomó por sorpresa esa reacción de una atleta de competencia. Pero la santiaguera dejó sin palabras a sus rivales y puso toda la carne en el asador y envió el disco hasta los 68.27 metros para un cierre de lujo que será recordado en la historia de las Ligas del Diamante.

Si en Lima el fantasma de la desesperación arropó a la cubana en Bruselas ratificó que es la discóloba mas estable del momento y su reinado no solo puede quedarse en Bruselas sino llegar en unas semanas en Doha.