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El triplista francés Teddy Tamgho se entrena en la playa de Bacuranao, al este de La Habana, Cuba AFP / ADALBERTO ROQUE


Con Información y fotos de AFP
Sobre la playa de Bacuranao, cerca de La Habana, el triplista Teddy Tamgho suda la gota gorda bajo la atenta mirada de su entrenador, Iván Pedroso. Y es que el atleta francés lleva cinco semanas preparándose en esta tierra que ha visto nacer a tantos grandes deportistas.
El galo se ejercita bajo un sol de justicia. Pierna izquierda primero, pierna derecha después, el refuerzo muscular forma parte de esta sesión, que se interrumpe en varias ocasiones para que pueda hidratarse.
«Hay más de 30 grados desde las nueve de la mañana, es muy duro, pero necesito un poco de calor para sentirme bien. Prefiero esto que ir a entrenarme bajo la lluvia, con 10 grados», reconoce a la AFP el atleta de 25 años tras 45 minutos de intenso esfuerzo.
El campeón del mundo de triple salto en 2013, suspendido un año por la Federación Francesa de Atletismo (FFA) por no presentarse a varios controles antidopaje, asegura que se marchó a Cuba para tomar un poco de distancia pero también para empaparse de una cultura deportiva que siempre le ha atraído.
«Cuba es una tierra de atletismo, en todas sus disciplinas. He venido para impregnarme un poco de esta atmósfera. Es una escuela que me ha parecido siempre fascinante», explica bajo una palmera, que le da aliento con su sombra sobre la arena blanca.
En Cuba, sus guías son nada más y nada menos que el cubano Iván Pedroso, leyenda del salto de longitud (posee nueve títulos mundiales y un título olímpico), y su amigo Dayron Robles, campeón olímpico en Pekín en los 110 m vallas (2008). Ambos lo cuidan, lo miman y le enseñan con sus valiosos consejos.
«Me muestran que aún me queda mucho trabajo antes de ser un deportista excepcional. Aún tengo mucho que hacer, empezando por conquistar un título olímpico», explica humildemente el tercer saltador de la historia en haber superado la barrera de los 18 metros (18,04 m en 2013).
– Cambio para volver a empezar –
El atleta, preguntado sobre las lógicas dificultades que se encuentra tan lejos de casa, apunta que su círculo más íntimo «sabe» por qué se marchó.
«Debía alejarme, necesitaba estar solo y prepararme bien antes de volver», comenta, a la vez que muestra su frustración por no poder conectarse a internet, cuyo uso está muy controlado y es muy caro en Cuba.
«Pero también es algo bueno porque me permite tomar distancia. Es una buena desconexión. ¡Ahora se me ve mucho menos en Twitter», bromea.
El tiempo libre que tiene Tamgho es mínimo. «Me quedo en casa y me recupero. Con el sol que te golpea y el volumen de entrenamiento que tengo necesito una recuperación óptima», se justifica el atleta, tan explosivo en sus saltos como tranquilo en la entrevista.
– Pekín-2015, en la mira –
Tamgho, cuya suspensión finalizará el 17 de marzo de 2015, podrá gozar así de un semestre completo de entrenamiento.
«Hemos hecho un poco de musculación de refuerzo. Corremos y saltamos, tanto en la pista como en la playa. No hemos hecho aún nada específico sino algo más bien general para preparar el cuerpo para lo que viene», subraya, dejando claro que es «el primer entrenamiento de verdad que sigue desde 2011», temporada que fue el comienzo de una serie de lesiones.
«Estaré listo en cuanto empiece la competición si no tengo problemas físicas o extradeportivos por el camino».
El francés tiene claro cuál es su objetivo: conservar su título mundial en Pekín-2015. Pero la competencia será muy dura, con el cubano Pedro Pablo Pichardo (2º en Moscú), el estadounidense Christian Taylor (campeón olímpico en 2012 y mundial en 2011) y los franceses Benjamin Compaoré (campeón de Europa en 2014) y Yohann Rapinier (campeón de Francia en 2014).
«Es algo muy bueno para el triple salto francés. Tendremos una bonita batalla el año que viene», promete Tamgho.
Pedroso ve en su compatriota Pichardo a un atleta que podría aportar «esa gran rivalidad que falta en la disciplina y a Teddy».
En todo caso, el cubano deja claro que «si somos capaces de combinar fuerza, velocidad y técnica, Teddy no tendrá límites