P9250406 Especial para Cubahora

“Es mi segunda olimpiada y ello representa el reto de cambiar el color de la medalla que obtuve antes, y luchar por cumplir mi sueño que es ser campeón olímpico”, (15 de julio de 2012).

Así pensaba el pinareño Roniel Iglesias a pocos días de escalar, en Londres, al segundo ring olímpico de su carrera. Jornadas después, el 11 de agosto, con alto grado de sacrificio y esfuerzo de por medio se apeaba del cuadrilátero victorioso, sonriente, con esa expresión de alegría que solo el sentir un sueño cumplido es capaz de dibujar en el rostro. Una expresión que hoy coexiste en su mirada y que fue cómplice de nuestro diálogo con el muchacho, justo campeón, bajo los cinco aros, de la división de los llamados ligeros welters (64 kg).

-¿Sueño cumplido?

Seguro, ser campeón olímpico era mi sueño y cumplí con los objetivos que se me habían trazado. Estoy muy contento por eso y por la actuación que tuve en el torneo. Sobre todo la pelea final, que fue un combate que le gustó a todo el pueblo de Cuba, yo subí al ring a dar lo mejor de mí para la gente que lo esperaba. Me sentía muy seguro por la preparación que había hecho y ahí está el resultado.

-Berinchyk era un duro escollo, ¿cuál fue la estrategia?

Berinchyk fue quien me eliminó en el mundial de 2011. Con boxeadores como él, que tiene alta frecuencia de golpeo y además es incansable, la táctica era tratar de marcar y evitar sus golpes; siempre buscando llegar más. Así lo hice y logré dominar los primeros asaltos y en el tercero me solté un poco y también le conecté más. Pero te digo, ni dos Berinchyk le habrían ganado al Roniel Iglesias que llegó a Londres.

-¿La preparación fue la clave?

Sí, todo el equipo se preparó muy bien para la competencia. Cumplimos varias bases de entrenamiento y nos preparamos muy fuerte para llegar en la mejor forma. En lo personal también me ayudó mucho la experiencia que tenía de Beijing, eso me hizo ganar en confianza y llegar allí con el objetivo de avanzar y buscar el título.

-¿Qué piensas de la actuación del equipo?

Pienso que lo hicimos bien, aunque pudo ser mejor. Estoy seguro de que habríamos alcanzado más títulos si hubiésemos navegado con más suerte, pero bueno, así es la vida y las cosas no siempre salen como uno quiere. Debo resaltar la actuación y la medalla de Robeisy, porque es un boxeador muy joven y su título es algo que nadie se esperaba; le dio un gran alegrón al país.

-¿No hay retiro por ahora?

No, no, yo pienso cumplir este ciclo olímpico completo. Al menos es lo que hay hasta ahora, mantenerme hasta Río 2016.

-¿Metas?

El próximo año tengo el Campeonato Mundial que va a realizarse en Kazajstán. También tengo en mente conseguir el título centroamericano, no soy campeón de esos juegos y quiero lograrlo para tener todos los títulos de la FIBA. Y nada, seguir entrenando fuerte para que cada competencia que se avecine no sea un obstáculo y poder obtener la victoria.

-Se avecinan cambios para el boxeo olímpico…

Sí, estamos al tanto de eso y nos estamos preparando psicológicamente para enfrentarlo. Nuestra tarea es demostrar la calidad del boxeo cubano. No hay problemas con lo que han cambiado, nosotros estamos adaptados a entrenar sin la cabecera, solo nos queda hacerlo público y, claro, cuidarse un poco más de los golpes, porque ahora cualquiera puede “caer”.

-¿Fuente de inspiración?

En la gente, en el pueblo, en recibir el reconocimiento. A veces te paran en la calle para felicitarte o decirte que le gustó la forma como peleaste, y eso me llena de orgullo y también me impulsa a seguir adelante.

 

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