Roberto Skyers

Roberto Skyers

Por: Lilian Cid Escalona/ publicado en Play Off

Roberto Skyers Pérez tuvo titulares durante el 2015, sobre todo cuando logró optimizar el récord cubano para los 200m que, desde 1978, estaba en poder del mítico Silvio Leonard.

El 24 de julio, durante los Juegos Panamericanos en Toronto, Skyers detuvo los relojes en 20.02 segundos para convertirse en el recordista nacional de la distancia. Quedó fuera del podio, pero el dejar atrás el 20.06 de Leonard supuso un paso importante dentro de las proyecciones de este joven atleta.

Es un muchacho tranquilo y de hablar pausado. Dado al diálogo, aunque prefiere que las tecnologías medien la situación, quizás porque ha encontrado en internet un complemento para su vida tanto a nivel personal como profesional. Gracias a las bondades de la tecnología, el cubano se acercó a uno de sus ídolos, el estadounidense Wallace Spearmon, a quien finalmente conoció en Madrid, y también dice nutrirse de los consejos y mensajes de apoyo que recibe a diario de parte de una comunidad de amistades y seguidores que mantiene al tanto de todos sus progresos.

El 2015, también fue testigo de una nueva marca personal para los 100m, su otra prueba de cabecera. En 10.17 segundos fijó su tope este camagüeyano, de Minas, que clasifica entre los mejores exponentes del área de velocidad en el atletismo cubano contemporáneo. Un muchacho que, mientras habla de sus sueños, cautiva por la ilusión que irradia su mirada. Esos que pasan por una meta muy clara: dejar su huella en la historia del deporte rey en Cuba.

Mis inicios fueron en la pelota. Al frente de mi casa hay un terreno de béisbol al que yo solo iba a correr como cualquier muchacho, para jugar. Mi papá (Roberto Skyers Jhonson), como buen cubano tiene mucha inclinación por la pelota y me fue llevando a ese terreno hasta que comencé a practicar en segundo grado. Ahí estuve hasta quinto y me iba bien, me iban a subir a la Escuela de Iniciación Deportiva (EIDE).

Al atletismo, por las casualidades de la vida…

Mientras estaba en la pelota, llegó un profesor de atletismo al que le faltaban algunos muchachos para completar la inscripción del municipio (Minas, Camagüey) en el torneo provincial. Yo fui uno de los que entró en ese grupo, pero cuando competí, gané.

Después del resultado comencé a entrenarlo, pero a espaldas de mi familia porque papá quería que yo fuera pelotero y no quería defraudarlo, aunque a mí lo que me gustaba era correr, y sobre todo saltar.

Cuando apuestas por el atletismo, ¿cómo reaccionó tu papá?

No le gustó pero apoyó mi decisión.

A propósito, ¿qué papel juega la familia en la carrera deportiva de Skyers?

Mis padres lo son todo. Mi mamá con un tanto más de intención porque fue deportista y me ha aconsejado con mayor fundamento para salir y seguir adelante en este camino. Siempre me inculcó que para llegar lejos tenía que proponerme ser el mejor y con esa filosofía me he conducido.

Roberto Skyers, de los mejores velocistas de Cuba en la actualidad y el mejor corredor de 200m en la historia del atletismo cubano es hijo de Zenaida Pérez, una de las primeras Morenas del Caribe, integrante de nuestro equipo nacional en el inicio de la década de 1970. La camagüeyana, de Esmeralda, compartió nómina con Margarita Mayeta, Mercedes Pérez y Mercedes Pomares.

¿Quiénes son los responsables de estos primeros pasos de tu vida deportiva?

Yo me inicié en Minas (mi municipio natal) con el “Chino” Molina en el béisbol, y luego con Ernesto que fue el entrenador que me hace mirar hacia el atletismo.

Legados

Al Chino le debo las primeras lecciones sobre los valores que como deportista uno debe formarse. Me hablaba mucho de la perseverancia y de la disciplina que hay que tener para dedicarse al deporte. Son enseñanzas que se agradecen porque cuando uno es tan pequeño y sabe tan poco de la vida, tiende a no enfocarse.

La velocidad, ¿siempre?

Si, aunque también practiqué el salto largo con resultados satisfactorios. En el año 2001 yo rompí los récords para los Juegos Escolares de 100, 200m y salto largo, una modalidad en la que se competía. A raíz de esta actuación me promueven para acá, para la Escuela Superior de Perfeccionamiento Atlético (ESPA) nacional. Recuerdo que cuando llegué aquí a La Habana pregunté:“¿Vine en salto largo?”El profesor Sergio (Sergio Manuel Rodríguez Ruiz) me dijo “No, viniste en velocidad”. Y en ello me centré, aunque siempre viviré un tanto frustrado por no haber podido ser saltador de longitud.

¿Y exactamente por qué no pudo ser?

Porque soy mejor corredor que saltador, (ríe) pero nunca he dejado de intentarlo. Aquí salto a cada rato, y me pongo a bromear con los muchachos de la especialidad, les digo que me cambiaré y les ganaré…en otra vida.

¿Cómo te sientes con respecto a la velocidad?

Me siento bien y agradecido porque he podido ir superando metas. Soy una persona que necesita saber que está avanzando. Por eso me pongo pautas cada año. Tengo que decir que he logrado dar pasos importantes como correr por debajo de los 10.20 segundos, que era una meta que desde muy pequeño me fijé, ya que en Camagüey se hablaba de lo complejo que podría ser y yo, aun sin tener plena conciencia de lo que significaba me impuse el objetivo de rebajarla. También quería romper el récord de 200m de Silvio Leonard y en los Juegos Panamericanos lo logré, pero quiero seguir adelante.

¿Podríamos hablar de 2015 como un año consagratorio para ti?

El año pasado es el resultado de los años anteriores, donde se lograron cosas que espero sean la base para llegar a otras conquistas. Tengo que agradecer a muchas personas, pero sobre todo a la dirección actual del atletismo que encabeza el Comisionado Jorge Luis Sánchez.

Tengo que empezar por ahí, por agradecer su confianza, porque si hoy estoy aquí es en buena medida por sus acciones.

Yo estuve a punto de dejar el deporte porque me sentía frustrado entre tantas lesiones que no me dejaban trabajar. Y sin trabajar no puedes salir adelante en este mundo tan competitivo. Me senté con la dirección del atletismo y plantee que me quería ir, Jorge Luis inmediatamente me dijo que si yo entendía que esa era la solución, lo dejábamos así, pero que su propuesta era parar e investigar a fondo qué era lo que estaba causando que me lesionara constantemente. Evidentemente había algo detrás porque siempre que cambiaba de intensidad en la preparación, ahí estaba otra vez la lesión (ruptura del bíceps femoral).

Entonces eso fue lo que hicimos, estuve todo el 2013 parado, casi en contra de mi voluntad porque yo quería seguir trabajando pero estaba demostrado que así no se podía.

Finalmente, el diagnóstico detectó la presencia de dos hernias discales y a partir de ahí comenzamos a valorar opciones. La intervención quirúrgica estaba en los planes pero solo si yo lo decidía, porque podía entrenarme y rehabilitarme utilizando unos ejercicios especiales que se usan para estos casos de lesión en la columna lumbar (llamados Ejercicios de Williams) y es lo que hemos estado haciendo.

Los Juegos Panamericanos y ese registro de 20.02 segundos.

A mí, en lo personal me sorprendió un poco. Mi entrenador sí estaba seguro de lo que iba a pasar, pero yo aún no me lo creía porque venía de un par de temporadas muy accidentadas, de no haber entrenado con la máxima intensidad y de haber enfrentado tantos obstáculos que no me dejaban estar seguro de mí al 100%.

Cuando vi que había roto mi record personal en la primera carrera, que por tradición es la que peor hago en cada competencia, entonces fui creyéndome un poco que podía salir. Tuve que correr todas las veces al máximo porque en cada salida me enfrenté a rivales fuertes. Hice 20.09, que no valió por aire a favor en semifinales, y los 20.02 que terminaron por validar lo que mi profesor me había planificado.

En esa carrera final no terminé con la sensación de haber hecho una marca tan relevante porque a nivel técnico sabía que era mejorable, sin embargo, salió el resultado como una prueba más de la forma deportiva que había alcanzado.

Poco más de un mes después, quedas en semifinales del Campeonato Mundial de Beijing. ¿Algo que decir al respecto?

(Se lamenta de antemano) En el Mundial las cosas no salieron como quería, porque la manera en que llegué allí no daba para hacer una mejor actuación que esa.

Yo pagué por la novatada de irme a correr un relevo en el Campeonato NACAC que tuvo lugar en Costa Rica unos días antes. A esta competencia, la mayoría de los que fueron no estaban clasificados al Mundial y fueron en busca de sus marcas. Allí yo lo perdí todo porque estuve dos o tres días sin entrenar, no pude mantener el ritmo de mi preparación y entonces me desesperé un poco, y cometí errores como bañarme en una piscina, cosa que no podía hacer. Regresamos, y tres días después volamos a Beijing. No me dio tiempo a recuperarme. Mi entrenador me calmó un poco porque los objetivos del año los habíamos cumplido en el Panamericano y fui a China a ver qué pasaba porque me quedaba la ilusión, pero a nivel físico sabía que no podía hacer mucho más.

¿Te lo reprochas?

Por supuesto, y me duele especialmente por mis padres que siempre esperan lo mejor de mí, pero son cosas que pasan. Errores de los que se aprende.

Es inevitable hablar de la velocidad y no reparar en Usain Bolt. Tú has tenido la suerte, por decirlo así, de correr a su lado en varias oportunidades. ¿Qué se siente?

Correr con Bolt supone una presión extra. El público es su aliado y acompaña con exclamaciones cada movimiento suyo. Bolt siempre se muestra relajado, pero en el fondo esa es su manera de concentrarse porque sabe que cada cosa que hace, contribuye a sacar de paso a sus rivales.

2016

Nosotros creemos que se puede estar cerca de la marca que tengo o incluso mejorarla, pero en lo personal mi meta es rozar los 19.85 segundos. Me he trazado este propósito a partir de esa carrera de Toronto que me demostró que si soy capaz de corregir todos los detalles técnicos puedo mejorar mucho mis resultados. En cuanto a eventos, estamos trabajando por un único objetivo, los Juegos Olímpicos, donde hay que hacer el mejor papel.

¿Competir bajo techo está en los planes?

Para 2017 pienso incursionar en este escenario, sobre todo porque me ayudará con la aceleración. Este año solo estamos centrados en los Juegos Olímpicos, y hemos enfocado la preparación en ello.

Camagüey en tu día a día

Veo a Camagüey como el fundamento de mi carrera deportiva. Allí me inicié, y tengo la suerte de poder regresar cada año para participar en el Campeonato Nacional de Velocidad. Yo me esfuerzo mucho para regalarle las mejores actuaciones a mi pueblo, y a la provincia que me hizo lo que soy.

Tus entrenadores

Han sido decisivos. Creo que la vida me ha premiado con la formación que he recibido. He tenido solo dos entrenadores durante toda la pirámide deportiva: Osmani (no recuerda el apellido), en los cuatro años que estuve en la EIDE en Camagüey, y Sergio Rodríguez que me acogió desde que fui promovido a la ESPA Nacional. He tenido la suerte también de que sus características son muy similares, son profesores de carácter pausado y muy ecuánimes, lo cual ha sido determinante porque me lo han sabido transmitir, dándome seguridad para seguir adelante cuando se han presentado obstáculos.

Los sueños…

Quiero ser finalista olímpico, bajar de 20 segundos en 200m y de 10 en los 100 metros.

Los números son claros. Eres mejor corredor de 200m. ¿Cuál es la clave?

Creo que la resistencia sobre la velocidad. Suelo venir de menos a más.

Silvio Leonard clasifica entre tus ídolos. ¿Alguien fuera de nuestras fronteras que suponga un referente para ti?

El estadounidense Wallace Spearmon, me identifico mucho con su forma de correr y con la manera en que realiza los 200m. Tuve la oportunidad de conocerlo a partir de un comentario que le puse en su perfil, y me respondió que quería conocerme. Me ha sorprendido lo cercano que es, y hasta tengo una gorra que me regaló.

¿Tener a Silvio cerca?

Silvio ha sido de mucha ayuda para mí. Creo que ni él mismo lo sabe, porque siempre que se acerca a mí, me muestro un poco distraído. Pero tomo muy en serio cada consejo que me ha dado, y tenerlo cerca es otra motivación para trabajar cada día. Quiero romperle sus records y que esté orgulloso de mí.

¿Qué resaltarías de tu personalidad?

Lo perseverante que soy. Me trazo una meta y lucho por concretarla.

Si volvieras a nacer, ¿qué harías con tu vida?

Sin dudas, sería saltador de longitud.

Pasiones extradeportivas

Me gusta jugar en la computadora, en Play Station, navegar en Internet… Cosas así, relacionadas con la tecnología.

¿Qué cualidades destacarías como necesarias para convertirse en un atleta de alto rendimiento?

Disciplina y esfuerzo, eso es lo principal que uno tiene que estar dispuesto a tener cuando decide tomar el camino del deporte de alto rendimiento.