trio-68Por: Eddy Luis Nápoles Cardoso

Muchos recordaran la hornada de corredores norteamericanos que deslumbraron en  los Juegos Olímpicos de México’68. Hoy no hablaré de las hazañas que todos conocemos, pues marcaron toda una época en el atletismo mundial, me refiero, y no voy a establecer un orden de jerarquía por sus marcas, a Jim Hines, Lee Evans y Bob Beamon.

James Ray «Jim» Hines, nacido el 10 de septiembre de 1946 en Dumas, Arkansas, Estados Unidos, irrumpió como el primer humano que con cronometraje electrónico, descendía de los 10 segundos en la prueba reina del atletismo, los 100 metros planos, con crono de 9.95 segundos, acontecimiento acaecido el 14 de octubre de 1968 durante la cita estival mexicana.

Pues les cuento que Hines, apenas cuatro días después de su regreso triunfal, fue drafiado en la sexta ronda de la NFL por los Miami Dolphins, firmando un contrato para jugar fútbol profesional americano, con este club jugó una temporada, para pasar otro ciclo similar con los Kansas City Chiefs.

En esa etapa con los Dolphins, a pesar de su rapidez, no mostró habilidades para este deporte y se limitó a militar en el equipo de reserva, lo que le valió el apodo de “Oops” (Manos torpes). En 1969 tuvo participación en 10 juegos, con dos pases para 23 yardas, una corrida de siete yardas y una patada inicial de 22 yardas.

En 1970 tuvo participación en un juego con los Kansas City Chiefs, siendo clasificado posteriormente como el décimo peor jugador de la NFL de toda la historia, por el columnista del sitio web Deadspin, Jeff Pearlman.

En otro momento de su vida laboral, Hines trabajó con jóvenes talentos en la ciudad de Houston y más tarde se vinculó al trabajo en plataformas petroleras hasta su jubilación, pero lo que sí está claro, es que nunca más se acercó a una pista atlética para intentar acercarse a aquel mítico 9.95 de 1968.

El siguiente portento de México’68, fue el corredor de 400 metros, Lee Evans, recordado por el impresionante, 43.86 que estampó, el 18 de octubre, siendo el primero en descender de los 44 segundos. Evans también formo parte del Black Power (Poder Negro), presente durante la ceremonia de entregas de medallas de los 200 metros, mediante la acción que hicieron sus paisanos Tommie Smith y John Carlos, quienes levantaron uno de sus puños envuelto en un guante negro, en señal de protesta por la discriminación que sufrían los afronorteamericanos en  Estados Unidos. Lee Evans, mostró su apoyo a sus compañeros que fueron  expulsados por ese acto de rebeldía de la villa olímpica, llevando durante la ceremonia de entrega de medallas, una boina negra.

Posterior a los Juegos Olímpicos, Evans lo mejor que registró fue un 45.06, en Knoxville en 1969, así como 44.5, ese propio año en South Lake Tahoe. En 1972, resultó cuarto lugar en los Trails de Eugene para los Juegos de Münich, siendo aventajado por Wayne Collett (44.1), John Smith (44.3) y Vince Matthews (44.9), mientras él hacía 45.1 segundos, integrando aquel fatídico relevo 4×400, que nunca llegó a correr en la cita alemana, pues Matthews y Collett escenificaron en Múnich, La Protesta Olvidada (The Forgotten Protest), que consistió en hablar entre ellos y gastarse bromas durante la ceremonia de premiación, por lo que fueron expulsados de los Juegos, esto unido a la lesión de John Smith durante la final de 400 metros, dejó a Lee Evans, como único integrante de la posta 4×400 metros.

En 1972 volvió a ganar el Campeonato de la Unión Atlética Amateur (AAU), que había logrado en 1969. En lo adelante solo realizó tres esporádicas apariciones más, con 46.2 en 1975, 46.2 en 1976 y a los 33 años en 1980, logró 46.5 segundos.

Graduado de la Universidad Estatal de San Jose, trabajó como coach de atletismo durante dos años en ese centro universitario. También ha trabajado como director de los programas nacionales de atletismo de Nigeria, Camerún, Qatar y Arabia Saudita. En 1977 fue coach del equipo de África a la primera Copa del Mundo de Atletismo celebrada en Dusseldorf.

En 1983 fue exaltado al Salón de la Fama del atletismo estadounidense y seis años más tarde, al Salón de la Fama Olímpico de Estados Unidos.

Más tarde, Evans regresó a los Estados Unidos para aceptar cargos de  entrenador en la Universidad del Sur de Alabama y la Universidad de Washington. Se le diagnosticó un tumor cerebral en diciembre de 2012, pero se recuperó completamente después de someterse a una cirugía.

Ahora le corresponde al atleta que logró el resultado más fabuloso del pasado siglo en el atletismo, Robert “Bob” Beamon, con su fenomenal brinco de 8.90 metros, se constituyó en la principal proeza de la cita olímpica mexicana, nombrado por la revista especializada en deportes, Sports Illustrated como uno de los cinco momentos deportivos del siglo XX.

Pues les cuento, que Beamon no se mostró diferente a su dos paisanos anteriores. En 1969 ganó el Campeonato de la Unión Atlética Amateur (AAU) con apenas 8.20 metros, y poco después fue drafiado en la decimoquinta ronda de la NBA por los Suns de Phoenix, una costumbre de  esa época, pero nunca llegó a jugar baloncesto profesional.

En 1972 trató de lograr un retorno con vista a asistir a los Juegos Olímpicos de Münich, pero solo logró 7.77 metros, no logrando incluirse en los Trails de Estados Unidos. En sus temporadas siguientes, lo mejor que logró fue un 8.06 en 1973 en Los Ángeles, para concluir en 1974, con 7.79 bajo techo en Uniondale, New York.

En 1977 es elegido al Salón de la Fama del atletismo estadounidense y en 1983 al Salón de la Fama Olímpico de Estados Unidos. Con su esposa, Milana Walter Beamon, es coautor de su autobiografía, The Man Who Could Fly.

Entre otras tantas labores que ha desempeñado Beamon, está la de colaborar con el Comité Organizador de los Juegos Olímpicos de Los Ángeles de 1984; ha trabajado para promover el atletismo juvenil, incluyendo colaboraciones con el ex gobernador de California Arnold Schwarzenegger, así como el trabajo en los programas atléticos de varias universidades. Es un artista gráfico con trabajos exhibidos en el Museo de Arte Olímpico (AOTO), siendo unos de los miembros fundadores de este museo en Fort Myers, Florida. Se licenció en Sociología en Universidad Adelphy y en la actualidad es el director de Atletismo de la Universidad Estatal de Chicago, en Illinois.

Bueno como han podido leer, aquí está parte del post-triunfo de estos tres atletas, que en el momento cumbre de sus carreras, lograron revolucionar el mundo del atletismo con sus resultados, pero que nunca más fueron noticias por nuevas conquistas atléticas.