Este sábado (9), la cubana Dailenys Alcántara se llevó la victoria en la competición de triple salto del Mitin Internacional de Saint Martin.
San Martin (del francés, Saint Martin) es una isla de 88 km2 ubicada en el mar Caribe, aproximadamente a 240 km al Este de Puerto Rico. Es mitad francesa y mitad neerlandesa.
Alcántara fijó en 14.02m (+1.2) el registro que le dio el primer lugar en franco duelo de cubanas pues el triple salto en su modalidad internacional contó, únicamente, con la participación las tres atletas de nuestra tierra inscritas. Liadagmis Povea, de 19 años, se ubicó segunda salto de 13.83 (+3.7) mientras que Yarianna Martínez completaba la tabla con 13.76 (+1.4).
En otros resultados, la representante de Italia Libania Grenot se adjudicó los 200m con crono de 23.10 segundos y con 52.95 escoltó a la estadounidense Dehashia Trotter (52.92) en la vuelta al óvalo.
La barbadense Kiere Beckles (13.45) ganó los 100 metros con vallas y el trinitario Lalonde Gordon dominó las finales de 200m y 400m con 20.53 y 45.50 respectivamente.
Desgraciadamente Alcántara es una de los muchos juveniles y cadetes cubanos que no cesaron nunca de ser una promesa.
Algo no funciona en el sistema deportivo cubano y no es tan nuevo, ni nada tiene que ver con el bloqueo ni con la escasez de recursos.
Claro que no todo cadete llega a juvenil como estrella y mucho menos a la categoría de mayores, pero la lista de los últimos tiempos es casi infinita.
En los muiltieventos, García en el masculino y Mendieta en el femenino, brillaron como cadetes, bueno García por lo menos de vez en cuando hace 8300 puntos, pero un estancamiento sin igual si se tiene en cuenta su nivel con solo 19 años. Mendieta se alegra cuando pasa de 6000 puntos. A ver si Yorgelis es la próxima.
En el triple femenino, Alcántara, así como la atleta que la secundó en el mundial juvenil, Ribalta. También Zaldívar, medallista de bronce del juvenil de Barcelona. ¿Cuánto están saltando?
En el salto largo Herrera campeona mundial juvenil no con marca superbuena, pero parecía guerrera y con posibiliades de desarrollarse. ¿Cuánto salta ahora?
En el salto alto, Mayor, la saltadora que fue tercera del mundial juvenil con 1,86 y de esa altura no subió más, supuestamente sí, pero a mi juicio solo en las listas, no en competencias.
Yaimé del disco, campeona juvenil con un físico envidiable, supuestamente 66 m en Cuba, mientras que en el extranjero se queda siempre en los 63 metros como máximo. Vazquez la campeona de cadetes desde hace como 5 años viene mejorando 30 0 40 cm por año, y ahora con 20 años sigue lanzando 55-56 metros.
Creo que se ha hecho común una ley de acomodamiento empezando por los dirigentes y que llega hasta los atletas que claro ni son tan brutos como quizás se piensan algunos y mucho menos ciegos. Cada cual intenta vivir lo mejor posible con el mínimo de esfuerzo, y como es normal en la educación los padres o adultos dan el (mal) ejemplo a seguir.
Supongo que sin apoyo de los dirigentes no es posible eso, y al final han caído en su propia trampa y no pueden salir de ella, a mi parecer inventar marcas para «salir» se ha convertido en el deporte nacional más masivo y entonces para qué entrenar ni esforzarse, y como que parece ser que la mayoría le ha cogido la vuelta al truco, pues los atletas y entrenadores mediocres también pueden «salir», por lo menos a los Centroamericanos, y a los Panamericanos, a donde se lleva a montones de atletas para ocupar los lugares históricos y com que allí con malas malísimas se pueden ganar medallas, que es lo importante para el INDER.
Cuando se acercan los Juegos Olímpicos también se inventan marcas mínimas para premiar a los atletas que regresan de las giras y/o ganan medallas en los Panamericanos o Centroamericanos, es obvio que con la calidad que tienen, qué club extranjero los va a querer contratar.
Con una reducción del control o total liberación de los contratos ya vería cada cual que el precio a su esfuerzo se vería en el propio bolsillo, los que saldrían perdiendo son los dirigentes, pero si al final resultase todo, se lo podrían anotar como su propio éxito, además podrían justificar los viajecitos con visitas a los clubes para controlar si tratan a los atletas como personas y no como mercancía, como tanto les gusta sugerir.