Noelvis Entenza se ha convertido en un nombre recurrente en nuestro béisbol.  Polémico como pocos, ha terminado por ser una figura mediática, también aupado por su paso por varios equipos en la Serie Nacional. Ha lanzado con Cienfuegos, con Industriales y ahora regresa al clásico beisbolero cubano vistiendo la camiseta de los Cocodrilos de Matanzas. Ha llegado al elenco que dirige Armando Ferrer buscando resurgir desde sus “cenizas” luego de que el pasado año causara baja del equipo de la capital por su bajo rendimiento.

En el regreso del emblemático #90 al Estadio Latinoamericano, conversó en exclusiva con Reynier Batista:

Esta nueva etapa en Matanzas

Llevo con este equipo alrededor de tres meses y no he tenido ningún tipo de dificultad para adaptarme a sus dinámicas. Me siento muy contento, todo funciona como una familia. Es tal y como ustedes lo ven, el equipo está muy unido y esa es la clave de los resultados.

Pelotero ya de 15 Series Nacionales que ha jugado con tres equipos de manera oficial (aunque también fue refuerzo de los Alazanes de Granma). Todo no ha sido color de rosas…

Por supuesto, he pasado por situaciones complejas y he tenido que sortear muchísimos obstáculos. Sobre todo, acá en La Habana donde mi experiencia no fue buena, a pesar de que me esforcé mucho. Estuve mucho tiempo alquilado en el Vedado y hasta lancé con Zica.

Son situaciones que al acumularse contribuyen a tu bajo rendimiento.

Son situaciones que pueden llegar a desmotivarte, y entonces las cosas en el terreno no te salen como esperas. Me dieron baja por rendimiento, perdí mi contrato en la Liga CANAM por cuestiones de falta de entendimiento con algunos directivos del INDER en la capital, quienes se negaron a firmar mi contrato en Canadá. Tengo vínculos sentimentales con La Habana, pero ahora me esfuerzo porque Matanzas siga adelante.

Tu salida, la temporada anterior, se produce cuando solamente habías lanzado en siete juegos…

No tenía idea de que iba a suceder. Supongo que haya sido una decisión tomada a partir de sentimientos personales de alguien al que evidentemente no le simpatizo, pero nada, ya está, ya pasó.

Las desavenencias nada tienen que ver con tus antiguos compañeros de equipo…

Para nada, Industriales es un excelente equipo y tengo las mejores relaciones con los peloteros y con la dirección.

¿Qué se siente llegar -nuevamente- como visitador al Latinoamericano?

A La Habana le agradezco muchas cosas, es un público que exige pero que también te apoya incondicionalmente. Hoy voy a hacer lo que siempre hago, salir a lanzar, disfrutar mi partido de béisbol y tratar de aportar lo mejor para mi equipo.

Vives la pelota a tu forma: caminas, pides la bola, te exaltas y hasta te golpeas en el pecho como reafirmación de alguna acción positiva. ¿Te ha traído problemas?

Yo soy así, y claro que me ha creado más de un problema. Pero esa es mi manera de entender el beisbol, juego para mí, y me muestro tal y como lo siento. Fuera de esto no hay ningún conflicto; son cosas del juego de pelota.

Es el renacer de Yoelvis Entenza

Eso quiero, para tener los mejores resultados trabajo. Quiero aprovechar para saludar al pueblo de La Habana, que festejen por todo lo alto sus 500 años y que se esfuercen siempre por hacer de La Habana, lo más grande.

Noelvis Entenza ha lanzado seis juegos esta campaña, con 2 victorias y 2 derrotas. En uno de estos choques caminó la ruta completa y los rivales le batean para .290 (38 jts en 32.2 ining). Su promedio de limpias es elevado, 5.51 y ha regalado 13 boletos.

Históricamente suma 15 temporadas, con 1200 entradas de labor y un récord de 83 victorias, 72 derrotas.

Del Latinoamericano salió derrotado el pasado sábado 7 de septiembre. No hubo sonrisas en su regreso pues Industriales dispuso de Matanzas con marcador de 6 anotaciones por 4 y Entenza saltó del box, permitiendo 5 en 4.2 entradas.

Sin embargo, se le vio como siempre, envuelto en sus propias cumbres borrascosas, esas que lo han llevado a ser un jugador polémico y pintoresco. Que vive el beisbol con la pasión de un principiante y es capaz de dar la cara ante cualquier circunstancia, y hablar de sus virtudes y defectos, sin pelos en la lengua.