Roberto Garcia_DT Voleibol Femenino Cubano_GranmaPor: Alfonso Nacianceno/ Granma

Escabroso se presenta el camino para las vo­leibolistas cubanas en este 2015, con los Juegos Panamericanos de Toronto como evento primordial, cuya competencia será del 16 al 26 de julio.

Si las alumnas de Roberto García avanzan a la finalísima del Grand Prix, en Australia del 10 al 12 de julio, de ahí viajarían directamente a To­ron­to, evento comparable en calidad con la del Campeonato Mundial, a tenor de los atributos reunidos por cuatro de los ocho equipos clasificados: Brasil, Estados Unidos, República Do­mi­nicana y Canadá. Incluso, Puerto Rico hoy está por encima de las nuestras, en tanto Ar­gentina y Perú tal vez pudieran verse como me­nos preocu­pantes.

Varios elementos se han conjugado en el descenso de la calidad de las cubanas, quienes en esta temporada bajarán al tercer y último nivel del Grand Prix (GP), donde se desempeñarán hasta días antes de la cita continental.

Las deserciones de voleibolistas que ocuparon posiciones claves dentro de la formación del patio, unidas a la inexperiencia del grupo (de 15 a 22 años) que desde hace más de dos años integra la preselección nacional, han da­do al traste con las aspiraciones de revertir el descenso que la ha alejado del máximo nivel cualitativo, cuando lo observado es una involución, como lo muestra su pobre desempeño en las dos últimas ediciones del GP.

Roberto García, mentor de selecciones va­roniles ahora al frente del colectivo femenino, sa­be que si junto a su cuadro de dirección no varían la dinámica del grupo, si no se incrementan el compromiso, la responsabilidad y la en­trega ante las tareas asignadas a cada jugadora, difícilmente reducirán la brecha que las sepa­ra de las punteras en el ranking mundial. Ese cambio ha de operarse desde el mismo mo­mento del entrenamiento diario.
MELISSA SOLA NO PUEDE
Una de las deficiencias más notables del plantel ha sido su total dependencia de la ac­tuación de Melissa Vargas, a quien en el GP del 2013 la vimos agotarse en el último de los nue­ve desafíos eliminatorios (todos perdidos), cu­an­do debió abandonar el partido, pues el exceso de trabajo en la cancha le causó molestias en una rodilla.

Desde su aparición como líder ofensiva, el sexteto ha dependido en grado sumo de su ataque, lo que ha limitado su aprendizaje y dominio del recibo y la defensa del campo, cuando ya rebasa los dos años de ser la bujía alentadora de la escuadra. Quizá si pasara de opuesta a la posición de auxiliar, tendría más oportunidades de perfeccionar su labor.

“Para obtener una victoria es imposible que de alrededor de 120 pases, 60 sean para Me­lissa, porque cuando esa acción es repetida el bloqueo va sobre ella para anularla. Ahora he­mos distribuido la responsabilidad entre todas las jóvenes en las líneas de ataque, pues las auxiliares deben aportar de 20-25 puntos por partido y, sumados a los 8-11 de las centrales, deben crear las condiciones para buscar un avance”, señaló el técnico García.

RECEPCIóN Y SERVICIO
Otros problemas persistentes a lo largo de los años han sido el deficiente recibo y la baja utilización del servicio con calidad técnico-táctica. La concentración, tanto para la recepción del balón, como en el momento de ir a la línea de saque con una idea certera de qué hacer, son deficiencias en las cuales nuestras jugadoras incurren  frecuentemente.

García explicó que trabajan en estos dos as­pectos, además de rectificar las combinacio­nes cuando la pasadora se halla en las zonas dos o tres del terreno, cambios que deben dar frutos, aunque todavía es preciso insistir mu­cho con estas voleibolistas, algunas pertenecientes a la categoría de cadetes, como las atacadoras Heidy Casanova y la propia Me­lissa, junto a la pasadora Gretel Moreno. “Otra parte de la preselección la componen juveniles, por ello opinar sobre una posible actuación de este conjunto en los Panamericanos de Toronto se­ría apresurada sin antes conocer en qué grupo eliminatorio nos ubicarán”, asevera el prepa­rador.
UNA INVITACIÓN A CHINA
China cursó una invitación a las nuestras para efectuar allá en mayo varios desafíos de preparación, por lo que la dirección del plantel local, conociendo en detalles el nivel actual de sus atletas, decidió realizar este tope frente a la segunda escuadra asiática y no con la primera. Esta visita y la Copa Panamericana, clasificatoria para el GP 2016, se cuentan entre los mo­mentos para buscar el ajuste de las preseleccionadas.

Una oportunidad que les proporcione ma­yor cantidad de partidos en un determinado nivel cualitativo (aunque por ahora no sea en el más alto del mundo) se abre ante el voleibol cubano con la posible contratación de jóvenes para jugar en equipos foráneos.

Varios países han mostrado interés por ob­tener los servicios de jóvenes del patio. Sin embargo, si bien esta práctica ha de contribuir al desarrollo técnico y es una oportunidad para el mejoramiento económico de voleibolistas de uno y otro sexo, asumir esa responsabilidad también entraña tener conciencia de cómo conducirse en lo personal dentro y fuera del terreno, significa mantener una actitud ante la vida que, bien aprovechada, se espera contribuya al crecimiento de cada uno de los escogidos.

Ahora mismo estamos fuera de la temporada para la contratación en ligas foráneas, plazo que ha de abrirse entre mayo-junio de este año, periodo en el cual representantes legales de distintos clubes y federaciones llegarían a La Habana para intercambiar criterios con el grupo negociador del Inder y la Federación Cu­bana de Voleibol.