Por: Lilian Cid Escalona/Tomado de CubaxDentro
El PAOK es un equipo de la primera parte de la tabla en la clasificación general que muestra la Liga griega de voleibol. Tras 15 jornadas, el equipo en el que milita el atacador cubano Javier Ernesto Jiménez suma 39 puntos, 14 victorias y 1 derrota y escolta al Olimpiakos virtualmente líder e invicto (tiene una fecha pendiente, suma 39 puntos, 14 victorias en 14 presentaciones).
Jiménez, por cierto, ya ha tenido sus momentos en cancha, y cada segundo le vale para ensalzar la historia. Esa que desde ya lo acoge como el primer –y hasta hoy único- jugador cubano que llega a un club extranjero gracias a un acuerdo oficial de contratación rectorado por la Federación Cubana de Voleibol (FCV). Cuentan que el trámite tardó varios meses, unos cuatro. Y que transcurrieron con el ir y venir de papeles y autorizos pero valió la pena esperar, sobre todo, porque su salida correcta deviene en ese pequeño rayo de luz que podría señalizar el final de un camino repleto de sombras. Así Jiménez llegó cuando los griegos ya habían gastado cerca de media temporada, pero el chico ha sumado minutos y dice sentirse bien y reflexiona sobre las exigencias y novedades de desempeñarse en una liga profesional .
“Es una nueva experiencia para mí y resulta muy interesante la dinámica de desempeñarse como un jugador profesional con todo lo que ello trae consigo. Hay diferencias en relación a lo que solíamos hacer como miembros del equipo nacional, hasta ahora lo que más me ha llamado la atención es la disciplina táctica que hay en el equipo, desde los mismos entrenamientos. En comparación a lo que hacíamos en Cuba, los entrenamientos son más específicos, con mucho énfasis en lo táctico. Eso sí, en la selección el volumen es mucho mayor, por eso nuestra preparación física siempre va a ser un arma ante cualquier equipo”
¿Cómo ha sido el proceso de inserción al equipo?
Desde que llegué aquí empecé a entrenar con el equipo del cual tengo que decir que tiene muy buen ambiente y que me han acogido sin ningún problema.
Lo más complejo para mí es el tema del idioma. De manera general se habla inglés y yo no lo domino del todo, por suerte hay un venezolano (Ernardo Harry Gómez) que me auxilia cada vez que no entiendo.
¿Cómo llevas el cambio de sociedad en la que tienes que insertarte?
La vida aqui es bien diferente, con un clima complicado al igual que el idioma. Me llama mucho la atención el tránsito, es mucho mayor pero a su vez también son más desorganizados, no sé, se vive muy a prisa en las calles.
Es mitad de temporada en Grecia y el PAOK se disputa el primer lugar. ¿Hay presión cuando entras a la cancha?
El equipo es muy competitivo y como está bien ubicado siempre existe un poco de presión antes de cada juego, sin embargo, es cosa de empezar y se va tras los primeros puntos del mismo.
Hay algo que te haya impresionado especialmente
Hasta ahora los fans. Son totalmente diferentes a los nuestros, se vive muy intensamente cada partido. Por ejemplo, cuando jugamos de visitantes, los nuestros no pueden ir porque siempre acaban peleando con los seguidores del otro equipo.
Agradecimiento a Eddy Quiñones Vera por facilitarnos la comunicación
¡Qué bien!
Eso se nota en el rendimiento de los jugadores cubanos que tienen mejor físico cuando van a los partidos cruciales, pero les falta maña. Tengo la sospecha de que juegan siempre igual y por eso para los adversarios es más fácil derrorarlos en los partidos finales, porque ya los han filmado y estudiado paso a paso.
Para mí es un punto muy débil del entrenamiento cubano, a veces pienso que se creen que viven en los 90, Cuando atacar fuerte era algo excepcional y por eso nadie los podía parar. ahora muchos equipos se preparan para evitar esos ataques fuertes.
Experiencias en otras ligas puede ofrecer una constelación indescifrablle para el contrario, porque un Jimenez juega siempre así en el equipo griego, pero en la selección con otros jugadores cubanos con otras características en el equipo juega de otra forma.
No acabo de entender por qué se necesita tanto tiempo para decidir cosas que todos sabemos que dan frutos positivos. Los dirigentes deportivos se comportan como creyentes fanáticos, que esperan a que Dios baje y les preste ayuda.
Con esas excursiones dentro de lo legal, los jugadores se dan cuenta de la realidad de vivir en otra sociedad, no solo por el idioma, sino que la idiosincrasia es totalmente diferente.