Por: Reinaldo Cedeño Pineda / Exclusivo

Durante mucho tiempo he pensado este artículo. Creo que será un acto de justicia, es el propósito. Está dedicado a la impulsora de bala cubana, María Elena Sarría Díaz (Cienfuegos, 14 de septiembre de 1954). Era una atleta excelente, estable, de larga vida deportiva y que siempre compitió bien. Fue triple campeona de América, dos veces finalista olímpica y una de Campeonato del Mundo ―lo que muchos ni sueñan―; pero mereció escalar el podio de las grandes citas del orbe. Descontamos la Copa del Mundo de Atletismo de Roma en 1981, donde se adjudicó una cotizada medalla de bronce.

Parece una paradoja, ¿verdad?, mas el tiempo ―empecinado― siempre se encarga de situar las cosas en su justo lugar. Ya sé que algunas comparaciones podrán ser incómodas, pero resultan inevitables. Este trabajo intenta sumergirse en el tiempo, incluso busca lo imposible: removerlo. Hay temas que no emergen fácilmente a simple vista. Cuando hayamos despejado todo, espero podamos revalorar la estatura ya formidable de la fornida morena cubana.

Si en una modalidad atlética han cambiado las cosas DRÁSTICAMENTE es en la impulsión de la bala para féminas. Pareciera que hablamos de una especialidad diferente dentro del concierto atlético, si observamos las marcas de finales de los setenta, de toda la década de los ochenta… y las de los noventa hacia acá. Como si las chicas hubiesen lanzado un peso diferente al de hoy, aunque los cuatro kilogramos de la esférica de metal no han cambiado nada.

María Elena Sarría tuvo 20,61 metros como mejor envío de por vida. Su registro la sitúa en el tercer puesto de todos los tiempos en el continente americano y el 43. del mundo, pese a que han pasado la friolera de casi cuarenta años. Pues bien, esa plusmarca la convertiría ahora mismo… en medallista o campeona en muchos torneos del más alto nivel. ¡Así, como usted escucha! Incluso no le haría falta llegar a tanto, está claro que no siempre se puede lograr la mejor marca.

Si tomamos la estabilidad que le acompañó en el primer lustro de los ochenta y cinco certámenes fundamentales, con la menor de esas impulsiones, también podría escalar ahora mismo los podios planetarios o quedar pegadita a ellos. ¿Cuáles son? Olimpiada de Moscú 1980 (novena, 19,37), Copa del Mundo de Roma 1981 (tercera, 19,21), Juegos Centroamericanos y del Caribe La Habana 1982 (primera, 19,36), Juegos Panamericanos Caracas 1983 (oro, 19,34) y Campeonato del Mundo Helsinki 1983 (octava 19,47).

¿UNA BALA MÁS LIGERA?

Los números son más que ilustrativos. Hagamos un poco de memoria de los rankings universales, siempre según lo publicado en World Athletics.

En 1980, por ejemplo, doce atletas sobrepasaban los 20 metros ―la cifra mágica de la bala―, encabezadas por la germana Ilona Slupianek con 22,45. En 1981, Ilona 21,61, Sarría, séptima (19,21) y seis sobre los 20; 1982, Ilona 21,80, Sarría octava (20,61) y once chicas sobre la marca; 1983, Ilona (22.40), Sarría 12. (20,36) y trece en la vanguardia.

En 1984, la rusa Natalia Lissoskaya (22,53) de líder, una explosión de dieciocho balistas sobre esa barrera y otra vez la Sarría incluida en esa lista de privilegio. De ese grupo, nueve atletas fueron más allá… de los 21 metros. Por su parte, en 1987, el año del registro mundial aun vigente de la propia Lissoskaya (22,63), hubo ¡diecinueve! chicas por encima de 20 metros y similar cantidad en el olímpico 1988. En todos los casos nos referimos a registros al aire libre.

En Estados Unidos, 1982 Foto Internet

¿UNA BALA MÁS PESADA?

Poco después de la sacudida al doping que significó Seúl para el atletismo, empezó la sequía de marcas en los lanzamientos para mujeres y la bala se “modificó”. Hubo un parteaguas. Los 22 metros quedaron atrás, los 21 fueron la excepción y los 20, una aspiración lograda por unas pocas.

En 1990 hubo seis balistas sobre los viente metros. En 1991 (5), 1992 (3, incluido el 20,96 de Belsis Laza en el segundo puesto, registro vigente de Cuba y de América), 1993 (4), 1994 (3), 1995 (3), en el olímpico 1996 (2), 1997 (4) y 1998 (3). Doce meses después, solo la rusa Svetlana Krivelyova (20,26) pasó sobre esa cifra. Para que se tenga una idea de los “dos mundos” que vivió el implemento, esa misma marca de la Krivelyova hubiera sido…. tan solo décima en 1980.

En fechas más cercanas, bajo el imperio de la neozelandeza Valerie Adams (Vili) el panorama ha sido igual de exiguo. Veamos: la cima del mundo en 2007 fue de la gigante oceánica con 20,54, pero aparte de ella solo la germana Petra Lammert rompió la barrera de los 20 metros in extremis. El panorama ha sido este: en 2011, Adams lideró con un excepcional 21, 24 y tres atletas pudieron sobrepasar la barrera citada. Esa ha sido la mejor marca en la última década, pero apenas ocupa el lugar 22 en los registros de todos los tiempos.

Sobre los 20 metros, el mundo se comportó así: 2012 (3), 2013(4), 2014 (2), 2015 (3), 2016 (4), 2017 (1), 2018 (1), 2019 (1) y en el atípico 2020, ya en medio de esta terrible pandemia, las mejores impulsiones correspondieron a la ahora portuguesa Auriol Dongmo (19,53) lo mismo que hizo la china Lijao Gong, la mejor de temporadas precedentes. ¿Quién lo iba a decir?

María Elena Sarría en el libro de memoria de los Juegos Olímpicos de Moscú 1980

LA SARRÍA: UNA MIRADA EXHAUSTIVA

María Elena Sarría sacó del anonimato universal la especialidad en el continente americano. Fue la rompe barreras hasta llevar la bala de este hemisferio a caer más allá de 20 metros. La puso a hablar en español, demostró que sí se podía, pintó del color del Caribe en aquel coto cerrado de Europa.

A sus tres títulos continentales (México 1975 -18,03, San Juan 1979-18,81 y Caracas 1983-19,34, en cada ocasión con tope para esas citas) unió una plata en Indianápolis 1987 (18,12). Era su ocaso y había tenido dos años inactiva. En un alarde de longevidad deportiva, se hizo de esa presea por detrás de la norteamericana Ramona Pagel (18,56) y delante de su entonces joven compatriota Belsy Laza (18,06).

Sarría es la balista cubana con más registros sobre los 20 metros, varios de ellos conseguidos en 1984 en un robusta gira por el antiguo campo socialista. Basilio Fuentes apunta un 20,25 en Bucarest. El ranking de World Athletics registra entre las marcas de la Sarría un 20,10 en Sofía, en Ostrava (20,06), Bratislava (20,04), La Habana (19,96) y Praga (19,93). Los Ángeles hubiera sido su tercera cita olímpica para la cual, en mi opinión, estaba mejor preparada que nunca.

Hay toda una curiosidad. Las medallistas cubanas en las citas estivales, nunca sobrepasaron los veinte metros. Es un hecho, sin que ello implique monoscabo alguno, que la casualidad no pare preseas olímpicas. La campeonísima Yumileidi Cumbá en Atenas 2004 hizo 19.59, y Misleydis González, plata en Beijing 2008, tuvo en la capital china la jornada de su vida con 19,50. Ambas, atletas sin manchas, fueron propulsadas por la descalificación de otras rivales que consumieron sustancias prohibidas. Yumi de la plata al oro en aquel fabuloso escenario clásico, y Misleydis del cuarto al segundo puesto.

Ella llevó el registro de Cuba de 16,99 a 20,61, una progresión de ensueño que implicó 15 récords nacionales y son suyas una decena de las quince mejores marcas cubanas de siempre. Sus registros regionales son una referencia. Aun está vigente el tope de los Juegos Centroamericanos de 1982 (19,36). El de los Juegos Panamericanos (19,34 en 1983) resistió 36 años hasta la llegada de Danniel Thomas-Dodd (Jamaica) quien en Lima 2019 agregó unos centímetros (19,55). La jamaicana logró ese mismo año ser la subtitular del orbe. Esas alturas se requerían para poder superar la cota de la criolla.

LOS NÚMEROS NO MIENTEN

Seamos gráficos. Tomemos primero un lapso de tiempo bien notable. Cuatro Juegos Olímpicos (1976, 1980 / 2012, 2016) y cuatro Campeonatos del Mundo, el primero y el segundo (1983, 1987) y los dos últimos (2017 y 2019).

Impulsión de la bala / Juegos Olímpicos / Montreal 1976 / O. Ivanka Khristova (Bulgaria) 21,16 metros / P. Nadezhda Chizova (Unión Soviética) 20,96 / B. Helena Fibengerova (Checoslovaquia) 20,67 / 11. María Elena Sarría 16,31.

Moscú 1980 ( 1-12 ) O. Ilona Schoknecht-Slupianek (RDA) 22,41 Récord olímpico (vigente). Es junto al 1.53.43 de la rusa Nadezhda Olizarenko en 800 metros, también en Moscú 80, el más añejo de los Juegos Olímpicos en todas las especialidades atléticas. / P. Svetlana Krachévskaya (Unión Soviética) 21,42 / B. Margitta Droese-Pufe (RDA) 21,20 // 4-8: Nunu Abashidze (URS) 21.15 m / Verzhinia Veselinova (BUL) 20.72 / Elena Stoyanova (BUL) 20.22 m / Natalya Akhrimenko (URS) 19,74 / Ines Reichenbach (GDR)19.66 m / 9. María Elena Sarría (CUB) 19.37 / Zdena Bartoňová (TCH) 18.40 /Ivanka Petrova (BUL) 18.34 / Gael Mulhall (AUS) 17.45

Londres 2012 / O. Valerie Adams (Nueva Zelanda) 20,70 / P. Gong Lijiao (China) 20,22 / B. Li Ling, China 19,63.

Río de Janeiro 2016 (1-12) O. Michelle Carter (Estados Unidos) 20,63 / P. Valerie Adams (Nueva Zelanda) 20,42 / B. Anita Márton (Hungría) 19,87 // Gong Lijiao, China, 19.39 / Raven Saunder, USA, 19.35 / Christina Schwanitz, Alemania, 19,03 / Cleopatra Borel, Trinidad y Tobago, 18.37 / Aliona Dubitskaya, Belarus, 18.23/ 9. Geisa Arcanjo, Brasil 18,16 / Natalia Duco, Chile, 18.07 / Alena Abramchuk, Belarus, 17.37 / Auriol Dongmo, Camerún, 16,99.

● Impulsión de la bala / I Campeonato del Mundo / Helsinki 1983: O. Helena Fibingerová (Checoslovaquia) 21,05 / P. Helma Knorscheidt (RDA) 20,70/ B. Ilona Slupianek (RDA) 20,56

Roma 1987 / O. Natalia Lisovskaya (Unión Soviética) 21,24 / P. Kathrin Neimke (RDA) 21,21/ B. Ines Müller (RDA) 20,76
Londres 2017 / O. Gong Lijiao (China) 19,94 / P. Anita Márton (Hungría) 19,49 / B. Michelle Carter (Estados Unidos) 19,14
Doha 2019 / O. Gong Lijiao (China) 19,55 / P. Danniel Thomas-Dodd (Jamaica) 19.47 / B. Christina Schwanitz (Alemania) 19,17

● RANKING MUNDIAL / 2019 / TOP TEN (Según codificación World Athletics)

20.31 Lijiao GONG, CHN, Letzigrund, Zürich (SUI) 29 AUG 2019
19.68 Chase EALEY USA, Letzigrund, Zürich (SUI) 29 AUG 2019
19.55 Danniel THOMAS-DODD, JAM, Lima (PER) 09 AUG 2019
19.47 Maggie EWEN, USA, Minsk (BLR) 10 SEP 2019
19.37 Christina SCHWANITZ, GER, Letzigrund, Zürich (SUI) 29 AUG 2019
19.28 Brittany CREW, CAN, Olympiastadion, Berlin (GER) 01 SEP 2019
19.21 Aliona DUBITSKAYA BLR, Letzigrund, Zürich (SUI) 29 AUG 2019
19.06 Fanny ROOS, SWE, Minsk 10 SEP 2019
19.01 Jessica RAMSEY, USA, Lima (PER) 09 AUG 2019
18.95 Anita MÁRTON, HUN, Minsk (BLR) 10 SEP 2019
(24) 18,38 Yaniuvis López (Cuba) La Habana, 01 marzo 2019

SI PUDIERA…

La historia es como es, no podemos borrarla; pero en todo caso nos toca analizarla. El hecho de que alrededor de las marcas que solía conseguir la Sarría habitualmente en los grandes eventos, ahora se pueda aspirar a una medalla, no puede soslayarse. Conversando de estos temas con la carismática Yumileidi Cumbá, ella usó el término “complicado” para referirse a la época que le tocó competir a María Elena Sarría. Sí. Y entonces sobrevienen muchas preguntas.

¿Compitió la Sarría, acaso, con atletas que consumieron a sabiendas o sin saber sustancias prohibidas, las de aquellos “festivales” de 20, 21 y 22 metros que hacían parecer pobres los 19 metros, hoy ganadores? ¿Eran aquellas chicas de Europa del Este, unas superdotadas que no han podido ser alcanzadas ni en sus propios países? ¿Qué “fórmulas” usaron los entrenadores de entonces que se le han “perdido” a los contemporáneos? ¿Era simplemente un desborde, un desmadre a la callada? ¿Ya no hay remedio más que aceptar esos registros?

En ese difícil contexto, en una competencia a todas luces desleal, esta cubana tuvo que batallar e impulsó la esférica de cuatro kilogramos con toda limpieza, con toda elegancia. María Elena Sarría abrió el gran camino a Belsy, Cumbá, Misleydis, Yaniuvis… y con ellas siguió lanzando. Hemos manejado muchos números, pero ya se sabe que detrás de cada uno hay una historia de silenciosa entrega, de maestría en los entrenamientos, de artífices como el maestro Justo Navarro Despaigne ―una estrella detrás de las estrellas―, de persistencia y autosuperación.

Y sé que es utopía, que es imposible, que a cada quien le tocó su tiempo… mas cada vez que me asomo a una competencia de atletismo, al círculo de impulsión, no puedo evitarlo, la pregunta me martilla: ¡ah!… si la Sarría estuviera aquí… si pudiera competir ahora…