Por Eddy Luis Nápoles Cardoso

La Asociación Panamericana de Atletismo (APA), rectora general de este deporte en América, ha establecido el sistema de clasificación para los Juegos Panamericanos a celebrarse en Lima, Perú, el próximo año, el que establece con bastante antelación, las pautas a seguir por las Federaciones Nacionales, con vista a lograr los cupos disponibles en cada prueba.

Estas marcas deben cumplimentarse, en el caso de las pruebas individuales, entre, el 1° de enero del año en curso y el 26 de junio de 2019, mientras que los relevos se invitarán a los 12 primeros ubicados en el ranking. Es necesario explicar, que el hecho de realizar la marca exigida, no otorga la clasificación directa a la cita de Lima, sino que los atletas que la hayan logrado, serían elegibles para cumplimentar las cuotas otorgadas a cada prueba. Por ejemplo: 100 metros planos; 56 cupos, 28 para cada sexo.

Las marcas se hacen necesarias a la hora de controlar la asistencia a los eventos multideportivos, toda vez, que estos han tomado un
crecimiento desmedido y se hace imposible para el país organizador asimilar una alta cifra de atletas. Estas cuotas deben ir evolucionando en la misma medida que lo hagan las especialidades. Por ejemplo, sí observamos la de los 400 metros (hombres), para la cita de Guadalajara 2011, era 46.53; para Toronto 2015, fue de 46.07 y ahora para Lima 2019, es de 45.50 segundos.

Entrando en detalles sobre las marcas establecidas para Lima, estas tienen una mayor exigencia, respecto a las de Toronto 2015, algo
lógico, pero también para evitar que se repita la clasificación excesiva de atletas, teniendo a última hora que realizar lamentables
cortes a las cifras de clasificados por países. Esto, aunque limita la asistencia de atletas de naciones con menos calidad, aumentará el
nivel competitivo del evento.

Observando con detenimiento las marcas establecidas, hay pruebas en las que se ha sido demasiado exigente, siendo las más rígidas, el lanzamiento del disco para hombres y el salto de longitud, entre las mujeres; en la primera de ellas, se solicitan 67.00 metros y en la
segunda, 6.70 metros. Será que el “Observatorio Técnico” de la APA, prevé una “explosión” de lanzamientos y saltos para la próxima
temporada en la región.

Si hoy fuéramos a seleccionar los atletas en estas pruebas, por lo acontecido en este 2018; en el disco, solo estarían asistiendo a Lima
cuatro discóbolos, los jamaicanos Fedrick Dacres (69.67), Traves Smikles (67.72) y los estadounidenses Reggie Jagers (68.61) y Mason
Finley (67.06); mientras que el salto de longitud, lo harían seis mujeres, la colombiana Caterine Ibargüen (6.93), la canadiense Christabel Nettey (6.92), dos atletas estadounidenses, Brittney Reese (6.87) y Taliyat Brooks (6.78), cerrando con la jamaicana Chanice
Porter (6.75) y la bahamesa Bianca Stuart (6.74).

Continuando con los argumentos que ridiculizan las marcas asignadas a estas pruebas, tenemos, que en la historia de los Juegos
Panamericanos, en el disco, solo el cubano Luis Mariano Delís, logró superar esta cuota, con 67.32, en Caracas 1983 y 67.14, en
Indianapolis 1987; mientras, que en el salto de longitud (F), unas nueve atletas han superado o igualado los 6.70 exigidos ahora para
Lima 2019.

Otras pruebas poco beneficiadas por las marcas, es la jabalina en ambos sexos, con seis atletas, el salto triple (F); el decathlon, con
nueve, mientras que varias, como la pértiga; la altura; la bala y el martillo (M-F), presentarían abultadas cifras de clasificados, pero,
con mayoría de atletas de un mismo país (Estados Unidos), de los cuales, solo dos pueden ser convocados.

Es de suponer, que al igual que sucede durante las rondas clasificatorias en las pruebas de campo, exista la posibilidad de
repesca, hasta completar las cuotas asignadas a cada prueba, con los atletas que no hayan cumplido con las marcas de clasificación y se ubican a continuación en los listados anuales. El país sede, como ha ocurrido antes, debe clasificar automáticamente a dos atletas por pruebas.

Creo que sería oportuno realizar una revaluación de las marcas, sobre todo, las más cuestionadas (lanzamiento del disco, para hombres y salto de longitud, para mujeres), pues, aunque hay que mantener la exigencia, tampoco se puede ir a los extremos.

En el caso de los atletas cubanos, ya en este 2018 han logrado 30 de ellos, realizar las cuotas exigidas por la Asociación Panamericana de Atletismo, con destaque para Reynier Mena y Yorgelis Rodríguez, los únicos que han cumplimentado marcas en dos especialidades; Mena, en 100 y 200 metros y Yorgelis, en heptathlon y salto de altura.

Las particularidades de las clasificaciones cubanas, tiene sus ventajas, pues hay cuatro triplistas hombres que pudieran estar
presentes en Lima; Jordan Díaz (17.41), Cristian Nápoles (17.34), Lázaro Martínez (17.28) y Henry Rosique (17.02), a los que se pudieran
sumar otros (Andy Díaz, Edislay Hodelín y Arturo Rodríguez), también tres saltadores de longitud; Juan Miguel Echevarría (8.68); Maikel
Vidal (8.12) y Lester Lescay (8.07), debiéndose incorporar Maykel Massó. Esto desde el punto de vista de selección, es excelente, porque a la hora de conformar los duetos por pruebas, hay bastante tela por donde cortar.

Analizando las marcas establecidas, existen otras posibles incorporaciones al listado, teniendo como argumento, que los
siguientes atletas, en algún momento han sobrepasado las cuotas que exige la APA, como es el caso de la triplista Davisleydi Velazco,
(14.08-2016); el velocista Roberto Skyers (20.02-2015); el saltador de altura Luis E. Zayas (2.27-2016); las corredoras Gilda Casanova
(52.28-2014 y 2:02.50-2015) y Arletis Thaureaux (4:19.60-2015); el vallista José Luis Gaspar (49.17-2016) y el pertiguista Lázaro Borges
(5.40-2018).

Mientras que otros pudieran crecer en sus rendimientos, como el pertiguista Eduardo Nápoles (5.35-2018); el velocista Harlyn Pérez
(10.25-2018); el martillista Yasmani Fernández (71.34-2018); la discóbola Melany P. Matheus (56.79-2018) y el discóbolo Jorge
Fernández (66.50-2014), entre otros.

En próximos trabajos, abordaré con más detalles sobre las opciones del atletismo cubano en Lima 2019.