Este 8 de junio se están cumpliendo 56 años de una de las proezas más grandes del movimiento deportivo cubano, que fue capaz de superar disímiles obstáculos por un solo objetivo, representar al país en los X Juegos Centroamericanos y del Caribe de 1966 con sede en San Juan, capital de Puerto Rico.

Ante la negativa del gobierno de los Estados Unidos de que nuestros atletas participaran, los mismos mantuvieron todo el tiempo la posición de que intervendrían en los juegos cueste lo que cueste. Así, el 8 de junio partiría del puerto de Santiago de Cuba un buque mercante llamado Cerro Pelado, a bordo, deportistas cubanos dispuestos a competir sí o sí en la capital boricua.

Cerro Pelado, Buque en que partieron los protagonistas de la proeza. Foto EcuRed.

Reseña Histórica del Cerro Pelado.

A pocos días del inicio de los juegos el gobierno norteamericano niega las visas de los atletas cubanos, los cuáles partirían en avión de Cubana de Aviación a Camagüey, en lugar de San Juan. En esta provincia los esperaba Olegario Moreno, director de deportes en Oriente con varias guaguas para trasladarlos hasta Santiago de Cuba, de donde zarparían a las 10:45pm los más de 100 deportistas que tenían el objetivo de entrar a Puerto Rico a como diera lugar. En el transcurso de la travesía continuó la preparación y una vez llegado a la sede de los juegos estaban varias lanchas de guarda costas que tenían la orden de no permitir la entrada del buque cubano. Ante este nuevo obstáculo, los atletas cubanos hacen una declaración “entrarán a Puerto Rico así tengan que hacerlo nadando”.

“Los atletas cubanos sabemos como actuar, no solamente para defender un derecho nuestro, sino por el derecho de todos los pueblos y por el prestigio del deporte que debe existir como vínculo entre los pueblos”. Decía en una de sus partes la Declaración del Cerro Pelado, nombre con el que pasaría a la posteridad este documento histórico.

Eduardo Llanura lee la Declaración del Cerro Pelado. Foto: Periódico Trabajadores

Uno de los miembros del equipo de béisbol, el estelar torpedero de los Industriales Tony González, quien fuera campeón cuatro años consecutivos en las nacientes series nacionales bajo la dirección del mítico Ramón Carneado relató sus vivencias en aquel momento.

I “La travesía fue con mucha tensión, porque nos estaban constantemente cruzando los aviones por arriba amenazándonos con que nos iban a bombardear, para que no llegáramos a San Juan, a Puerto Rico. Llegado a Puerto Rico no nos dejaron entrar, en ese momento estábamos dispuestos a tirarnos a nado, una locura, la consigna era a ver cuantos llegábamos. Seguro iba a ser yo uno de los primeros en lanzarme, en esos tiempos, sin pensarlo mucho.

Finalmente, los organizadores llegan a un acuerdo: el barco no entrará en San Juan, pero los atletas podrán participar en los juegos. 

II Ganamos en los juegos, pero competimos con una moral muy alta y una dignidad tremenda, por las fuerzas que te dan esas cosas, te vuelves un gigante, le ganas a un león, si te metes en la jaula del león te lo comes.

Delegación Cubana participante en San Juan 1966. La Delegación de la Dignidad. Foto: Periódico Trabajadores.

Cuba alcanzó el segundo puesto en el medallero con 35 medallas de oro, 19 de plata y 24 de bronce, solo superada por México. Actuación que evidenciaba el loable crecimiento del movimiento deportivo cubano. Nombres como los del martillista holguinero Enrique Samuell Ricardo, que mejoró su récord de hace cuatro años en Kingston Jamaica con 68,11m, Javier Francisco Franco, oro en los 97kg de lucha libre y la baloncestista Margarita Skeet, la cuál comenzaba su gran trayectoria, entre otros, escribieron páginas doradas que serán recordadas al paso de la historia. El equipo femenino cubano de voleibol arrasó en la competencia pese a constantes provocaciones desde el debut, así como la pelota.

El 29 de junio regresaba a Cuba la Delegación de la Dignidad, título que tuvo el libro escrito por el Licenciado Fabio Luis Vinageras y el Doctor en Ciencias José Antonio Díaz Rey, que relata todo lo acontecido antes, durante y después de los X Juegos Centroamericanos y del Caribe San Juan 1966, una historia llena de arrojo y entrega que tuvo una connotación que fue más allá del deporte.

Sobre la misma el destacado director de cine ya fallecido, Daniel Díaz Torres expresó:

Eso del Cerro Pelado todo el mundo lo recuerda como una hazaña, era afrontar al más grande enemigo, al que ya habíamos afrontado con la invasión mercenaria a Girón, y que seguía, y quería incluso frenar en el terreno del deporte.

Se tomó de referencia el documental de Santiago Álvarez La Epopeya del Cerro Pelado y El Juego de Cuba.