El miércoles 8 de agosto Cuba tembló al constatar que Yorgelis Rodríguez perdía todas las opciones de revalidar su título del heptalón al irse del salto de altura sin marcas válidas. Era, pese a su ausencia de la alta competición, la favorita al oro.
Su salida del concurso dio paso al protagonismo de un pelotón de atletas con similares opciones de coronarse y Adriana Rodríguez, estaba en el grupo.
Para este momento ya venía de correr unas buenas vallas que le dieron 1069 puntos gracias a los 13.37 segundos que registró. Seguidamente sumó 941 en el salto de altura (1.77m), 741 en la impulsión de la bala (13.21 metros) y 979 en la prueba de 200 metros (24.02 segundos) para finalizar segunda con acumulado parcial de 3730 puntos.
La fecha decisiva comenzó con dos faltas en su mejor prueba, el salto de longitud. Estaba contra la pared y aun así arriesgó, llegando justa a la tabla para estirarse hasta los 6.46 metros. Una marca que le dio 994 unidades. Lanzó entonces 33.59 metros con la jabalina, solo 545 puntos dejando la escena lista para unos 800 metros donde podría consumar la proeza. Corrió 2:18.49 minutos, lo mejor de su carrera y llegó a 6113 unidades, siendo inalcanzable para todas. Convirtiéndose, espectacularmente, en la campeona panamericana para mantener el título en casa.
«Ayer cuando vi que mi compañera Yorgelis no pudo seguir en competencia pensé yo tengo que ganar ese oro se tiene que quedar en Cuba» – declaró a Jit-
Su actuación es memorable y habría que ponderarla, incluso, si no hubiera ganado el oro. Porque Adriana ha hecho el heptatlón de su vida, superándose (oficialmente poseía 6094 puntos) y eso es siempre lo más importante. Además, a sus 20 años se convierte en la tercera heptatleta cubana en subir a lo más alto del podio panamericano. Antes solo lo habían conseguido Magalys García (6290) en Winnipeg 1999 y Yorgelis (6332) en Toronto 2015.
Gabino Arzola, el hombre que va detrás de las mejores escaladas de las pruebas múltiples cubanas va a dormir tranquilo. Adriana se portó como una grande – me dijo- y dio créditos en esta actuación a la decisión de último minuto de emplantillarla en la final de salto de longitud donde fue sexta. Necesitaba quitarle presión y este ha sido el resultado.
La estadounidense Annie Kunz (5990) y la colombiana Martha Valeria Araujo (5925) competaron el podio.
Mis felciitaciones para esta muchacha, no pensé que tuviera la concentración para hacer tan buenas marcas en sus disciplinas más fuertes. Hay que tener en cuenta que el frío le hizo daño a casi todos los atletas. Es que no acabo de entender a quién se le ocurre decidir por esas sedes, por mucha solidaridad, pero en una temporada de mundial, con la olimpiada al siguiente, no se debería hacer eventos en países con malas condiciones climáticas y el atletismo y los deportes en general al aire libre, son deportes de verano con temepraturas por encima de los 20° C. Para los deportes en sala no es nada raro, competir con frío afuera. Ojalá esta competencia no le pase factura a nadie de los nuestros para que no les robe la posibilidad de unos Juegos Olímpicos.
Pues bien, si Adriana pudiera mejorar 4-5 m en la jabalina, por lo menos llegar a los 40m, y pudiese estabilzar sus saltos de longitud por encima de los 6,70m, saldrían otras marcas. Es que además de Yorgelis en Amércica hay otras atletas que pueden hacer más de 6600 puntos y a esas les añadimos las europeas que son muchas, entonces con una puntuación como la de Adriana en Lima no pasa del puesto 12 en un evento global y sería una lástima.
Otros años, hace mucho tiempo, los atletas cubanos en las competencias internacionales, sorprendían con derrotas no esperadas, pero siempre aparecían otros que llenaban el espacio y vencían a los favoritos, y eran medallas de oro sorpresa. Como por ejemplo Ioamnet en el mundial de Stuttgart, Yoelvis en el mundial de Atenas. Porque los nuestros ganaron la medalla de oro de su concurso a pesar de que había contrarios con mejores marcas precompetencia.
Últimamente solo teníamos la situación de los nuestros con marcas buenas, pero en el concurso no las confimaban. Por esa razón pienso que cuando los atletas, del segundo tipo, sorprenden, con o sin medalla, sobre todo si regresan a casa con una mejor marca personal que la de inscripción, eso hay que celebrarlo y honrarlo.