Por Lilian Cid Escalona

El DrC. Justo Navarro Despaigne ha dedicado su vida al deporte. Se consagró al atletismo desde su rol de preparador, y encontró en la impulsión de la bala una prueba apasionante. A esta disciplina llegó allá por 1970 y el enseñarla lo llevó a crecer como profesional y como persona. Bajo su tutela se esculpieron los principales logros de esta modalidad atlética en Cuba. Y es que por sus manos pasaron Yumileidy Cumba y Misleidys González, las flamantes medallistas de oro y plata olímpica, respectivamente. También María Elena Sarria y Belsy Laza, esta última, la recordista nacional de esta especialidad.

Sus inicios

Al deporte llegue en 1966 cuando comienzo a estudiar en la ESEF Educación Física. Antes en mi Santiago (de Cuba) había practicado de forma irregular varios deportes como lucha olímpica, voleibol y algo de atletismo. Pero como te decía, ingresar en la ESEF es lo que considero como el paso que marca mis inicios en el deporte.

Para no extenderme, en aquellos tiempos el sistema de formación era excelente, primero debías hacer el atletismo como atleta, al final de la carrera tenías que hacerlo como entrenador y entonces era que te graduabas. Era un sistema basado en objetivos pedagógicos. No estaba diseñado para formar atletas, aunque salieron muchos.

Yo me gradúo en 1970 y ese mismo año (no se hizo más nunca) escogen a los mejores expedientes de cada área para trabajar en la antigua ESPA Nacional, fui seleccionado para pruebas combinadas, pues era en lo que me había especializado durante la carrera y al año siguiente me pasan para lanzamientos, en impulsión de la bala. Desde entonces, hasta la fecha me he dedicado a ello.

Conocemos que ha estado trabajando en Brasil, ¿Cuál es su labor actual?

Bueno, continúo ayudando a la impulsión de la bala acá en Brasil. Estuve 6 años trabajando directamente y ahora lo hago como asesor de mis alumnos de forma intermitente.

¿Qué ha encontrado en esta nueva experiencia por el gigante sudamericano?

Para todo profesional del deporte trabajar en otro país supone un reto. Hay que enfrentarse a nuevas costumbres, hábitos, formas de organización del deporte a las cuales uno tiene que adaptarse, sin dejar de mantener aquello por lo cual fuiste contratado, que es la forma cubana de ver el deporte. Fuera de eso, aquí he encontrado muy buen apoyo y también atletas de muchas condiciones.

Usted ha tenido la oportunidad de cosechar los mejores resultados del lanzamiento de la bala o peso de Cuba. De su mano han salido dos medallas olímpicas y el récord nacional (20.96 m) de la especialidad ¿Qué recuerdos le vienen a la memoria?

Tengo muchos recuerdos, sobre todo de superación profesional porque no había muchos especialistas de lanzamientos en Cuba cuando comencé mi vida laboral y mucho menos de impulsión de la bala. Ahora, mentiría sí de dijera que en aquellos tiempos soñaba con todos esos éxitos, lograr una medalla en juegos centroamericanos era toda una quimera.

Entre finales de 1980 y principios de la década de 1990 sobresalió Belsy Laza: recordista nacional y campeona de la VI Copa del Mundo de Atletismo. ¿Es ella su primer gran logro como entrenador?

Para mí los resultados de María Elena Sarria (trabajó conmigo desde 1972 hasta 1987) fueron muy importantes porque fue la primera atleta de éste hemisferio en sobrepasar los 20 metros. Fue medallista de la Copa del Mundo de Roma 1981 y obtuvo medallas en cuatro Juegos Panamericanos (3 oro y 1 plata), cuando ésta competencia significaba mucho para el atletismo cubano.

Cuba conquista la primera medalla olímpica en esta especialidad en la cuna del olimpismo, cuando exactamente 108 años después de los primeros Juegos Olímpicos, Yumileidi Cumbá se tituló en Atenas 2004. ¿Cómo recuerda la jornada del 18 de agosto de 2004?

De ese día no puedo decirte mucho porque no estuve allí, yo estaba en Cuba, aunque sentí una alegría inmensa. Muchos me han preguntado sí esperaba la medalla, y siempre he respondido que esas cosas no se pueden vaticinar. El entrenador en atletismo trabaja para un resultado, las medallas pueden venir o no, pero dependen de muchos otros factores.

Con este resultado Cumbá se convirtió en la primera campeona olímpica de esta especialidad que no procedía de un país desarrollado. ¿Cómo valora la actuación de su pupila y qué potencialidades encontró en la espigada guantanamera?

¡Qué decirte!!!, su actuación fue magnífica, estuvo sola, aconsejada técnicamente por el médico de la delegación, y se supo imponer a todas las dificultados que tuvimos durante la preparación para esa competencia. Cumba comenzó conmigo desde los 14 años y siempre mostró condiciones físicas excepcionales, lo que es necesario, pero no suficiente para el éxito, tuve que trabajar mucho en su técnica pues venía del lanzamiento del disco, además en su preparación psicológica.

Hace unos meses se conoció que Misleydis González se convertía en subtitular olímpica tras comprobarse el dopaje de las atletas bielorrusas Natalia Mikhnevich y Nadieza Ostapchuck. El resultado lo convierte -a usted- en medallista de dos Juegos Olímpicos ¿Cómo recibió esta noticia?

Debo decirte que, aunque había pasado mucho tiempo desde los Juegos Olímpicos me dio mucha alegría la noticia. Si en la pregunta anterior te comentaba sobre las excelentes condiciones físicas de Cumba, éste no era el caso. Misleydis, al igual que un grupo de atletas como Mailin Vargas o Yaniuvis López fueron fruto de concepciones metodológicas diferentes y Misleydis representa el colofón de esa forma de trabajo. Que lograra su mejor marca en los Juegos ya fue un triunfo y la medalla llega para coronarla con el reconocimiento social, aunque te digo, para mí siempre representó – aun sin medalla- uno de mis mayores logros.

A propósito del dopaje. ¿Qué cree de esta práctica que tanto ha empañado el universo?

Doparse es hacer trampa; jugar sucio. Pero más que criticarlo hay que analizar su génesis y tratar de cortar el mal de raíz. Aunque creo que nunca se va a acabar, es como el juego del ratón y el gato, motivado por intereses económicos. Las mismas grandes compañías farmacéuticas que crean las “súper sustancias”, después son las que venden los reactivos para detectarlas. Los atletas son los menos culpables y son los más sancionados, los entrenadores tenemos mucho que ver, detectar “cambios” significativos es fácil cuando hay un control real del entrenamiento, no existen milagros, pero la comercialización y el deseo que ganar dinero ha convertido a algunos profesionales en ciegos voluntarios.

Como ha trascendido, la Asociación Europea de Atletismo propuso una serie de cuestiones para limpiar el atletismo, entre ellas la medida de anular los récords mundiales realizados antes de 2005. ¿Lo ve como una solución?

Claro que no, como te decía, el doping es un problema mayor. Borrar los récords es como “botar el sofá y seguir con la mujer”, pero detrás de todo eso hay un trasfondo político. Si te fijas, la mayoría de los registros a eliminar son de los antiguos países socialistas del Este de Europa, entonces quieren eliminar esa parte de la historia de un deporte como el atletismo. Además, sin pruebas nadie es culpable. Tampoco estoy de acuerdo en guardar durante 10 años las pruebas, ¿te imaginas?, no se puede estar seguro de nadie hasta que no pasen ese tiempo. ¿Quién garantiza que las “estrellas” de hoy no serán los villanos mañana?

Los records siempre se van a romper, eso es dialéctico. Unos van a durar más que otros, pero se van a romper. Nuevos sistemas de entrenamientos y atletas más talentosos se encargarán de ello.

¿Confía en la pulcritud de la carrera deportiva que ha construido la neozelandesa Valerie Adams?

Mira, para mi  Valerie es una atleta excepcional. Sus condiciones físicas, la relación peso – estatura – rapidez fueron únicas en su momento. No tengo información interna de su trabajo, sin embargo, por su físico el haber lanzado 21.24 metros (su marca personal) era perfectamente posible sin necesidad de «ayuda» externa. En el ámbito actual no hay otra atleta con sus condiciones. Mas, en este mundo tan cambiante  nada se puede asegurar.

Cada época ha tenido a sus heroínas, junto a Valerie pienso que Astrid Kumbernuss ha sido una de las mejores. Su técnica estableció patrones solo realizados hasta ese momento por los hombres. También admiro mucho el desarrollo logrado por China, en su momento demostró que independiente de la estatura eran necesarios otros aspectos para alcanzar niveles mundiales y eso para Cuba, donde no abundan mujeres  de más de 1.85 metros  de estatura, fue un aliciente.

Aunque advierto, los elogios en estos tiempos deben ser cautelosos; estamos en un mundo muy convulso.  

¿Considera efectiva la campaña o estrategia que desarrolla la Federación Internacional de Atletismo (IAAF) para controlar el dopaje?

La campaña es buena, su efectividad se verá con el tiempo. Por ahora sirve.

Ha tenido la oportunidad de ver y trabajar con varias generaciones de balistas. Desde su punto de vista, ¿cuál ha sido la más completa?

Es muy difícil responder eso. No obstante, creo que Cumbá supera al resto.

Y qué potencialidades le gustaría destacar de sus mejores pupilas

  • Fuerza: María Elena Sarría
  • Voluntad: Belsy Laza
  • Técnica e inteligencia: Misleydis González
  • Integral: Yumileidi Cumba

¿Qué nos puede decir del estado actual de la impulsión de la bala?

Considero que es un buen momento, aunque ha bajado un poco el nivel. Pero eso sucede con frecuencia en el atletismo, cuando en una generación coinciden varios talentos el nivel se despega, cosa que no acontece actualmente, todas están más parejas.
En nuestro país la situación es otra. Tras la salida de Misleydis y Cumbá se ha visto un retroceso en el desarrollo de esta especialidad

¿Cuáles son- a su juicio y de acuerdo con su experiencia como preparador de nuestros equipos nacionales- los factores que marcan esta involución?

Creo principalmente que no se trabajó con perspectivas futuras, para sustituir a Misleydis. En el 2009 teníamos dos atletas más jóvenes y con resultados entre 18.80 y 19.00 metros que eran las encargadas de tener su mejor rendimiento en el cuatrienio de 2012 a 2016, sin embargo, su desarrollo se detuvo. Las causas son desconocidas para mí. Deje de trabajar para Cuba en el 2010 y con mucha alegría como profesional ví como en el 2012 una brasileña fue finalista olímpica por vez primera, aunque a la vez sentí tristeza como cubano, al ver que mi país no tuviera a una atleta entre las 8 mejores. Confío en que ésta situación se pueda revertir, hay talentos en Cuba y conocimientos suficientes para lograrlo.

¿Y por qué deja de trabajar acá?

En realidad yo no dejé, ni deseaba dejar la Selección Nacional. Vine (a Brasil) por un contrato entre Cubadeportes y la Confederación Brasilera de Atletismo (CBA). En 2010 salimos cuatro entrenadores de lanzamientos, uno para cada disciplina por dos años. Después de Londres 2012 y por los resultados que iba teniendo nuestro trabajo se hizo una prórroga hasta 2015.

En aquel momento la dirección del atletismo vigente me había dicho que no podía volver, que tenía solo dos  caminos: jubilarme o pasarme a trabajar a un nivel más bajo. Propuestas, ambas, que consideré ofensivas. Valoré jubilarme, no por creer que trabajar en la base fuera algo de menor cuantía, sino porque estaba seguro de que aun tenía fuerzas para seguir en el alto rendimiento. Me dolió que en mi país no se considerara así y que en otras latitudes si creyeron en lo que podía aportar al desarrollo de atletas de alto rendimiento. Aclaro, soy partidario de que nadie debe estar  en un puesto o cargo de manera vitalicia, renovar es necesario, y en mi caso personal entendía que existían otras opciones de trabajo que, de habérmelas  planteado, de seguro las hubiera aceptado.

A pocos días del Campeonato del Mundo de Atletismo que acogerá Londres del 4 -13 de agosto, ¿se aventura a dar su pronóstico mundialista?

Muy difícil pues, aunque los resultados previos pudieran predecir algo, no todos llegan en óptima forma al día “d”. En este caso no sería pronosticar, sino adivinar…

Fotos: Cortesía del entrevistado