1118037-thumbx300 En otro duelo cerrado, Japón sonrió nuevamente ante Cuba con marcador de 3 x 1. Todas las carreras se fabricaron en las postrimerías del choque: los nipones marcaron dos abriendo el octavo y agregaron otra en el noveno, mientras que Cuba fabricaba la suya a base de un cuadrangular de Yulieski Gourriel, en la conclusión de la octava entrada. La conexión, que abandonó los límites del Sapporo Dome por el jardín izquierdo,  puso fin a una racha adversa de que se extendía a 34 inings consecutivos sin lograr pisar el home ante conjuntos nipones.

 

Entre lo que pudiéramos llamar los “higlights” del partido clasifica -una vez más- la productividad de los anfitriones que con 7 hits fabricaron tres carreras, en detrimento de Cuba que conectó 9 y solo consiguió una por el mencionado vuelacercas. El pitcheo japonés volvió a trabajar de acuerdo a su filosofía; mucho control y el constante movimiento de los lanzamientos, colocando la bola en esas zonas que saben, nos causan mayores estragos.

Tampoco toca lanzar a la hoguera eterna al equipo cubano. Hoy lo hizo mejor que ayer; ¡faltara más!. Los golpes, como se dice, enseñan pero tampoco en un abrir y cerrar de ojos se puede hacer magia. Se conectó más, es cierto, pero la improductividad sigue siendo una lamentable palabra de orden para cualquiera de los line-ups utilizados en las últimas fechas, tendencia que ha caracterizado el bateo del “Team Cuba”  en los últimos tiempos. Y es que no hemos quedado atrás, el béisbol actual va más allá de tener el poder para conectar un batazo descomunal, lanzar una bola en la zona correcta o correr de una base a la otra con rapidez. Hay muchas variables que determinan resultados y ahí es donde el béisbol cubano ha cedido en relación con el panorama internacional. Las distancias entre Cuba y el mundo son -aun- salvables, pero hay que trabajar ya en potenciar, por ejemplo, los estudios de contrarios, el pensamiento y la disciplina técnico-táctica, el saber conectar –no home run- sino conectar para producir ante cualquier tipo lanzamiento y sobre todo la inteligencia. El baseball es una guerra de estrategias, quien logre ser más hábil, es el ganador.

Japón, sin tapujos, es un equipo mucho mejor que el nuestro. Provienen de un beisbol superior al que hoy tenemos, uno que marcha a la vanguardia del universo. Quizás debamos, de una buena vez y por todas, apostar por la inserción organizada en otros contextos. Solo así avanzaremos hacia la excelencia, queda claro que en Cuba, por mucho que haga, siempre vamos a seguir en desventaja. El talento existe, pero hay que desarrollarlo, concientizarlo y enfocarlo de acuerdo con la mentalidad  y la astucia del béisbol que se juega en estos tiempos.

Otra cosa que es cierta es que estos Samurais no son los definitivos y nuestro “Team si es una versión bastante parecida, casi final, diría yo, a la que vamos a confirmar dentro de ornadas para alinear en el evento. Con ello se ratifica que la tarea es ardua, y que tendremos un clásico cuesta arriba en el que habrá que enfrentar a toda esa artimaña de ojos rasgados que se nos viene volviendo indescifrable.

Los topes, eso sí, han sido sumamente útiles. Le vimos la cara y nos codeamos con mucho de lo mejor. Se sacaron varias lecciones que espero, sirvan para comprender y por ende trabajar, en base a todo lo que hay que variar y mentalizar  para pelear con argumentos por estar entre los ingredientes principales del suculento plato que será el III Clásico Mundial.

Ahora, habrá que esperar.

 

Box score

  1 2 3 4 5 6 7 8 9   C H E
Japón 0 0 0 0 0 0 0 2 1   3 7 0
Cuba 0 0 0 0 0 0 0 1 0   1 9 1

Ganó: Kan Otake

Perdió: Ismel Jiménez

HR: Yuliesky Gourriel

 

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