Por Boris Luis Cabrera.

A Fernando González Cruz nadie le regaló nada en el transcurso de su vida. Solo un hombre que a los 18 años de edad era analfabeto, a los 29 ganó el premio al empresario más joven de España y hoy es un experto en artes marciales y exhibe más de 40 títulos deportivos y tres académicos, puede hablar con autoridad de constancia y sacrificio.
Corría el ya lejano año de 1986 cuando siendo un adolescente de 16 primaveras matriculó en el Gimnasio Judo Club de su Telde natal, para darle rienda suelta a su pasión por los deportes de combate, sin saber que con el paso del tiempo llegaría a dominar 39 disciplinas artísticas y deportivas.
Nadie pudo predecir que aquel joven nacido entre montañas en un suburbio de Canarias, que tuvo que batallar por la subsistencia junto a sus nueve hermanos cargando mazos de hierbas, piedras o sacos de papas, llegaría un día a conquistar el mundo.
Fue después de cumplir con el servicio militar, donde aprendió a leer y escribir, que logró graduarse con un título técnico de formación profesional de electricidad y electrónica, y un año después, sin abandonar el deporte, fundó su primera empresa.
Un día Fernando decidió que sus sueños desbordaban las frontera de su barrio de La Gavia, y con la bendición de sus padres se fue a la península ibérica en busca de su futuro.
Después de un largo periplo que lo llevó por toda Europa, Asia, África y Estados Unidos, aquel muchacho que había forjado su carácter bebiendo de distintas culturas, regresó a casa con múltiples títulos y trofeos ganados en el arte de la defensa personal.
El hoy hijo ilustre de Telder y fuerte candidato a la Medalla al Mérito Deportivo, también es dueño de varias exitosas empresas de servicios diseminadas por toda España, entre las que sobresale una cuadra de caballos de carreras, competitiva a nivel nacional e internacional.
“Mi experiencia en el deporte me había aportado mucho para desarrollar la capacidad de concentración, la habilidad y la destreza, características que se necesitan también para triunfar en ese campo”, le aseguró Fernando a este periodista.
Esta historia, perfecta para un guion de esas películas de superación personal que tanto nos conmueven, fue llevada al papel y presentada esta semana en su tierra natal, un premio a los que nunca se rinden y se superan en medio de complejos escenarios.
Su autora, la licenciada en Geografía e Historia, Luz Marina Delgado, a propuesta del cronista oficial de la ciudad de Telde, Antonio María González y ante una multitud ávida de conocer todos los detalles de su carrera al éxito, presentó el libro el pasado jueves, una biografía autorizada con el nombre de «Una vida al límite»,
A partir de ahora las nuevas generaciones tendrán una especie de mapa que les permitirá seguir la ruta que los llevará a su plena realización como seres humanos y deportistas.
En una conversación con Fernando González via redes sociales, dijo que «se necesita luchar y tener constancia y no dejarse vencer por las carencias, que son las que nos hacen crecer y fortalecer»
El laureado deportista y empresario agregó que todos los seres humanos necesitan ser aguerridos para lograr sus metas y no ponerse excusas para poder superar los obstáculos de la vida.
«Lo primero que debe tener un deportista para triunfar es humildad, sencillez y transparencia. Debe ser leal y muy serio en su entrenamiento, para poder crear una estructura de respeto a sus entrenadores y oponentes. Ahí es donde nace la concentración, la disciplina y el enriquecimiento personal de cada cual», concluyó.