Por: José Raúl Díaz Barrios

Ambrosio Zaldívar Mesa nació el 7 de diciembre de 1960 en San José de las Lajas. Cuando niño nunca se interesó por el deporte porque pensó que nunca podía llegar a ser un buen deportista por su discapacidad de ser débil visual. Luego la hazaña de Alberto Juantorena lo motivó y lo impulsó a la práctica del deporte.

Después de terminar su carrera en el deporte activo se desempeña actualmente como Presidente de la Comisión Provincial y Municipal de Atención al Atleta discapacitado. Además trabaja en la Dirección de Deportes de San José de las Lajas.

Comencé como todo muchacho, apasionado por correr en todas las carreras de la escuela primaria y secundaria. Me gustaba hacer las disciplinas más largas en las pruebas de eficiencia física. En la primaria siempre me destacaba, nunca perdía, y en la secundaria, estando matriculado en la Isla de la juventud, de los 500 estudiantes que había en la escuela, yo era el mejor corredor. Esto lo digo con toda la humildad del mundo, solo para que sepan cómo era desde niño. Me querían captar para la EIDE, pero para ese año, existía el mito de que los muchachos pequeños no podían ser buenos atletas.

Con el paso de los años, Ibrahím Guzmán, que era un atleta de Felipe Chaviano, me dice que por qué no entrenaba atletismo, que su entrenador podía ayudarme, y me lo presentó. Comencé a entrenar con él (Felipe Chaviano), y me ayudó mucho, pero él atendía a los atletas militares y entrenarme le resultó complicado, porque tenía muchos pupilos. Además de que no coincidíamos nunca porque tenían otro sistema y horario de entrenamiento, que no iba ligado al mío. Muchas veces llegaba a la pista y ya no había nadie allí esperándome.

Para dicha mía, un entrenador llamado Juvenal Pérez me vio haciendo entrenamientos en la pista que no tenían nada que ver con el atletismo, y me sugiere entrenar con él. Así es como me integro a un grupo de atletas juveniles y mayores que comienzan a ser mi equipo de entrenamiento. Ya hacía sesiones planificadas que iban en progresión, comenzando con kilómetros suaves, estiramientos y fuerza, hasta que fui haciendo entrenamientos más fuertes.

Los mismos constaban de hacer tramos de velocidad y de resistencia a la velocidad, cuatro veces a la semana, y dos días hacía kilómetros, sumaba así seis días de entrenamiento y descansaba los domingos. Así inicié mi formación como atleta de alto rendimiento y aumenté considerablemente mi nivel. Destacar que yo entrenaba en la pista de arcilla del municipio San José de las Lajas para este tiempo.

Cuando mi nivel comenzó a aumentar, Juvenal habló conmigo para hacer sesiones dobles de entrenamiento, lo que aumentó considerablemente mi sacrificio. Tenía que estar temprano en la pista para entrenar e irme a trabajar en la construcción, un trabajo de gran esfuerzo. Después regresar en la tarde a hacer otra sesión.

Eran sesiones bien fuertes, mañana y tarde, solo tenía algunas horas en la noche para descansar, pues a las seis ya estaba en la pista. Juvenal me decía el día antes el entrenamiento, por si él no llegaba a tiempo que comenzara solo, y lo hacía. Con ese esfuerzo me hice atleta.

Mi ilusión estaba marcada por ser un gran atleta y mejorar la calidad de vida de mis padres. Tenía por paradigmas a Ana Fidelia Quirot y a Alberto Juantorena. Siempre, en cada sesión de entrenamiento pensaba en ellos y esto me inspiraba. Para este tiempo aún competía como atleta convencional, pero en el año 1983 hacen una competencia nacional en San José de las Lajas de la ANCI. Los directivos de dicha asociación se enteran que acá había muchos atletas que teníamos problemas visuales, tales como Maribel Durruty , Ibrahím Guzmán y yo. Por lo que nos preguntaron si queríamos participar, nos llevaron a hacer las pruebas médicas y estábamos dentro de los parámetros pedidos, fue así como participamos en los Terceros Juegos Nacionales para personas Ciegas y de Baja Visión. Ahí comienzan mis resultados a nivel nacional como atleta no convencional. Ya para esta fecha formaba parte de la academia provincial de Provincia Habana y competía también como atleta convencional en 400, 800 y 1500 metros, formando parte del relevo 4×400.

Participaba como convencional en todas las competencias nacionales, tales como Copa Cuba, Rafael Fortún, Brunet, etc. Algo que elevó considerablemente mi nivel. Al cabo de un tiempo, a Juvenal Pérez lo llaman para ser entrenador en la ESPA Nacional y comencé a entrenar con Aramís Lorenzo, un entrenador que tuvo muchos resultados desde la velocidad hasta la maratón, incluyendo el área de lanzamientos. En el año 1986 es mi primera participación a nivel internacional, en el primer Campeonato Mundial para personas con discapacidad, en Suecia. Donde obtuve medalla de bronce en los 1500 metros.

Para este punto comienzo a sentirme un gran atleta, siendo ya miembro del equipo nacional y podio para campeonatos del mundo. Así comienzan a llegar los compromisos internacionales. En el año 1988 fui a República Dominicana a un campeonato Latinoamericano. En el propio año fui a España a un campeonato Iberoamericano. En estos años, viajé a muchas competencias internacionales y en todas con buenos resultados.

En cuanto a los entrenamientos en la academia tengo que decir que eran fuertes, con un plan tan riguroso como el del equipo nacional. Además de tener todas las condiciones para hacerlo: médico, masajista, medicamento, buena alimentación, todo lo necesario para desarrollarse. Hacíamos hasta diez tramos de mil para menos de 3:50 min/km, con solo 200 metros de trote en la pausa. Tres tramos de 3000 para 9.02, 9:05, con la misma pausa, en pista de arcilla. Los días de kilómetros se corrían a 3.30-3:45 min/km, de 15 a 25km hacíamos. Cuando el entrenador veía que algún atleta corría a más de 4:00 min/km, lo requería, y si seguía así lo mandaba a parar. Todas las tardes hacíamos de 6 a 8 kilómetros de relajación pero siempre terminábamos corriendo rápido igual. Entrenamientos bien rigurosos, todos de un altísimo nivel.

En el año 1984 sucede algo que para mí marcaría una pauta, y es que en ese año fue la última carrera de Alberto Juantorena en Cuba, en un Memorial Barrientos. Ese día yo competí también, aunque no en el mismo heat. Logré la hazaña de poder correr con el atleta que más admiraba, e incluso viajé junto con él en la misma delegación.

La competencia más disfrutada por mí, pudiera pensarse que fue la carrera de Atlanta, donde me convertí en Campeón Olímpico; sin embargo, en el año 1988, en el Iberoamericano de España, sucedería algo que lo recordaría para siempre. Le gané al campeón olímpico de ese mismo año en Seúl, en la prueba de los 1500. Recordemos que Cuba no asistió a Seúl, por lo que esta fue la forma de hacer conocer que las cosas no hubiesen sido tan fáciles para los demás si hubiésemos asistido. Era un atleta español llamado Antonio Ruiz, y era el claro favorito, su imagen se mostraba en afiches y pantallas por todas partes. El atleta no recogió su medalla, tampoco me felicitó, todo quedaría como de malos amigos, pero solo por su parte, eso a mí no me importó en lo absoluto.

Después de Sídney, ya cerca de los cuarenta años, hablan conmigo para decirme que ya era necesario retirarme. Yo no hice fuerza, aunque por dentro sentía un gran dolor. Pensé que era hora de dejar a las nuevas generaciones que siguieran, y darles paso. Así me conformé con la idea, pero sentía que algo estaba muriendo, y la tristeza me inundaba.

En el 2005 me hacen el retiro oficial en el teatro Heredia de Santiago de Cuba, con motivo de unos Juegos Paralímpicos Nacionales que se estuvieron desarrollando allí en esa fecha. Junto a mí se retiraron cuatro atletas más: Guillermo Pérez, Omar Turro Moya, Enrique Cepeda Caballero y Oscar Pupo Cortina, todos campeones paralímpicos.

Después de retirado me incorporé a trabajar en el INDER municipal de San José de Las Lajas, Nelson Fernández Estévez. En este lugar, donde precisamente hoy me haces la entrevista, ya llevo muchos años sirviendo.

Ambrosio Zaldívar junto a José Raúl Díaz / cortesía del autor

Mensaje de Ambrosio Zaldívar Mesa a las nuevas generaciones:

“Lo principal es que tiene que gustarles lo que hacen, porque lleva mucho sacrificio. Tienen que saber qué es lo que quieren alcanzar y ponerse en función de lograrlo en el día a día.

Principales Resutados Obtenidos:

  • Medalla de bronce: Mundial, Suecia, 1986.
  • 3 Medallas de oro: Centroamericanos, República Dominicana.
  • 1 Medalla de oro y 2 de plata: España, 1981.
  • 2 Medallas de oro: Centroamericanos, Brasil, 1994.
  • 1 Medalla de oro, 1 de plata y 1 de bronce: Parapanamericanos, Argentina, 1995.
  • 1 Medalla de oro: Paralímpicos, Atlanta, Estados Unidos 1996.
  • 1 Medalla de oro: Mundial, España, 1998.
  • 2 Medallas de oro: Parapanamericanos, México, 1999.
  • Quinto y sexto lugar: Paralímpicos, Sidney, Australia 2000. (Fuente EcuRed)