Yulieski Gourriel_Reynier Batista_DeporCuba Texto: Elsa Ramos/Tomado de Periódico Escambray

Fotos: Reynier Batista/DeporCuba

De prueba en prueba, Yulieski Gourriel Castillo ha estado siempre en ascuas en estos inicios de campaña beisbolera. Desde su primer turno al bate en un Guillermón Moncada desbordado en su contra, hasta el reencuentro en la que hasta hace poco fue su valla, ha vivido experiencias únicas.

Sigue siendo el pelotero más polémico de Cuba. Ahora más, integrante como es del equipo más seguido y mediático del país. Todas sus acciones pasan por el visor de la afición, sobre todo por estos días, cuando, de casaca azul, puso sus pies en el “Huelga”.

Un aluvión de expectativas rondó esta, su primera visita como rival a la valla que defendió durante 12 años.

De todas partes llegaron al estadio quienes quisieron ser testigos de lo que harían o dirían, de lo que hacía o dejaba de hacer. Roto el hechizo, Yulieski libera tensiones y entra al cajón de bateo.

Se dijo que tu debut en el Latinoamericano era la prueba de fuego. ¿Y esta, la subserie en el “Huelga”, qué es?

Han sido dos pruebas de fuego. Primero, jugar en el Latino después de tanto tiempo con Sancti Spíritus fue algo significativo. Me sorprendió la forma en que me recibió el público, fue bastante positiva y no lo esperaba así tampoco. Aquí en Sancti Spíritus fue más difícil.

¿Qué esperabas, flores o piedras?

Por el hecho de haber pasado tanto tiempo en el equipo de los Gallos y estar ahora en otro, y no en cualquiera, sino en Industriales, pensé que iba a ser peor el recibimiento. Siempre esperé que estuvieran en mi contra, sabía que algunos se iban a sentir un poco dolidos, pero me sorprendió que el público en parte me apoyara, mucho más cuando me pedieron un jonrón. Fue algo grande. Me puse muy contento con esa expresión. En las afueras del estadio no tuve ningún percance, todos fueron muy amables, los conocidos me llamaban, fue como siempre, pero jugar contra mis compañeros era lo peor que me podía pasar.

¿Qué sentiste al enfrentarte como rival a los jugadores de los que fuiste capitán?

Me sentí muy extraño, muy incómodo, pasaban los inning y no me hallaba. Estar en contra de jugadores que tuve mucho tiempo a mi lado, que son mis amigos en lo personal, fue bastante duro, lo que más trabajo me costó superar esta noche.

Por eso te ponchaste en el primer turno…

(Sonríe) No, aunque te soy sincero, no estaba muy concentrado en ese momento. Creo que mi mente estaba más en otra cosa que en ese turno, por eso me ponché; era algo mucho más espiritual que un turno al bate.

Una parte del público te pidió jonrón y otra se metió contigo.

Era lo que esperaba. Al tercer o cuarto inning el público se empezó a meter casi completo conmigo, eso no me sorprendió.

Porque te sonó familiar…

Sí. Muchos critican al público de Industriales y no porque estoy ahí ahora, pero lo veía desde que estaba aquí. Decía que era el público más difícil pero tenían una cosa buena: que era muy defensor de sus jugadores. A ellos, estén como estén, siempre los apoyan. Aquí falta eso; hay un grupo que siempre está apoyando a los Gallos, sobre todo los que se ponen por encima de tercera, que es como debe ser. Lo contrario desmotiva mucho al jugador.

¿Y tu debut con el traje azul en Santiago?

Muy impresionante ese turno al bate. Creo que nunca había sentido un abucheo tan grande como el que sentí ese día; fue tan impresionante que casi no podía entrar ni al cajón de bateo. No oía nada, no podía concentrarme, tuve que hacer un sobreesfuerzo para poder conectar en ese turno.

¿Cómo ha sido en el resto de los estadios?

Parecido. Una de las características que tiene Industriales es que hala mucho público, y hasta ahora hemos jugado a estadio lleno. Siempre la gente está pendiente de ese primer turno, es como algo nuevo que quieren ver.

¿El corring de primera a home tiene que ver con la transfusión de sangre azul que ya tienes?

Sí, este equipo imprime mucho la velocidad en función de la ofensiva; siempre está corriendo, lo aprovecha todo, y eso te obliga a meterte en el juego y estar al cien por ciento en todas las acciones. Desde pequeño vi los equipos de La Habana, Villa Clara, que eran los que mejor jugaban al béisbol. Dominaban mucho la técnica, la táctica y eran atletas que siempre estaban en juego.

¿Se acabó entonces el Yulieski tranquilo, a veces hasta pasivo en el terreno?

Es que te contagia ese juego de ellos, que es agresivo, pasional, es algo que me gustaba. A veces es verdad que me acomodaba un poco, pero ahora no me da tiempo a acomodarme.

Fuera del partido, ¿cómo fue el encuentro con tus compañeros?

Tuve la oportunidad de entrenar con ellos por la mañana. Me reencontré con ellos, saludé prácticamente a todo el equipo. Como capitán tenía muy buenas relaciones, nunca los voy a olvidar. Ahora me ha tocado defender otra camiseta pero cuando se termina el partido seguimos siendo los mismos amigos de antes. En cada subserie siempre llamo a hablar con ellos. Uno los extraña, no fueron ni uno ni dos años; fueron 12 años de una amistad muy fuerte entre nosotros.

Eso parece entrar en contradicción con cierta entrevista de la familia en el Canal Habana donde eludiste la mención a Sancti Spíritus y que despertó muchas ronchas aquí. ¿Eres un espirituano renegado o un habanero de ocasión?

Para nada, simplemente no me hicieron preguntas sobre Sancti Spíritus, por eso no comenté nada. En otra lo mencioné y parece que no lo publicaron…

¿O querías agradar y conquistar habaneros?

He oído ya a varias personas diciendo eso. Solo quiero decir que toda mi carrera se la debo a Sancti Spíritus, todos mis números, mis logros, los he tenido aquí, le debo mucho a entrenadores  espirituanos, aquí me formé. Soy quien soy por Sancti Spíritus.

Está muy reciente la frase con que cerraste tu última entrevista a Escambray: “Defenderé los colores de donde esté, pero siempre con Sancti Spíritus en mi corazón”. ¿Sufrió acaso un infarto?

No, ¡qué va! Para nadie es un secreto que en este momento estoy defendiendo otra camiseta, que es industrialista, pero Sancti Spíritus siempre va a estar conmigo, siempre voy a estar pendiente de los resultados y, después de Industriales, que a nadie le quepa duda: el equipo que prefiero que gane es Sancti Spíritus.

Vamos a soñar, que nada cuesta: final entre Gallos y Leones, Yulieski a la decisión. ¿Qué pesará más?

(Se ríe) No he pensado en eso. Creo que sería interesante, tendría que cerrar los ojos… Creo que pase lo que pase voy  a estar contento, si no gane Industriales, que gane Sancti Spíritus; estaría muy contento, llevamos muchos años esperando por eso.

Pero disfrutaste la victoria de Industriales…

En parte… Me sentí muy extraño, hace tanto tiempo que no estaba en el Huelga, que termino un inning y me iba para el dogout de tercera. Pienso que pase más tiempo y que me adapte más a la idea de que no soy de los Gallos.

No están bien los Gallos, ¿crees que se deba a que le falta Yulieski?

No, alguna gente me dice que por la ausencia de nosotros no van a clasificar. Pienso que no, si fueran lanzadores sería un poco más significativa la ausencia, pero ese equipo tiene una gran ofensiva, jugadores muy experimentados como Cepeda, Mendoza, Liván Monteagudo, que siempre han tenido temporadas excelentes y un Ismel Jiménez que es casi al seguro. De ellos tener esa actuación acostumbrada, no van tener problema ninguno para estar entre los ocho grandes.

 

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