Ha sido un año muy duro, muy largo, cargado de buenas y malas sensaciones, cargado de muchos obstáculos e impedimentos, pero cada cual, a su modo, a su manera ha sabido sobreponerse a los avatares de la vida.
El 6 de agosto viví lo peor que le puede pasar a un atleta es lo más duro que me ha tocado vivir en esta profesión, sientes como si se te fuera a acabar el mundo y lo único que deseas es que la tierra te trague, pero eso nunca pasa, si eso me hubiese pasado en el 2017 o 2018 hasta lo hubiese entendido, pero hasta ese momento llevaba una temporada perfecta con altos y bajos como la vida de cualquier atleta pero que me pasará estando al 100 % fue duro.
Se dice que en los peores momentos se conocen a las mejores personas y la verdad es que sucede en mi peor momento apareció gente maravillosa para apoyarme, levantar mi ánimo y hacerme ver que más adelante quedaban pueblos, gracias a todo aquel que lo hizo me fue de gran ayuda para retomar mi camino.
Pero bueno como detrás de grandes triunfos siempre hay grandes personas tengo que agradecerle a millones por estar conmigo en cada paso de este camino en especial a mi mamá que la adoro. Motor impulsor de mi vida, a mi papá uno de los hombres que más amor quizás el que más. A mi abuelo donde quiera que estés gracias por cuidarme y protegerme en todo momento yo sé que desde el cielo velas por mí, a mi novio incondicional conmigo en todo momento el hombro perfecto para llorar -ojo- no lo presto, a mi entrenador que ya son 10 años luchando juntos por nuestros sueños, a toda mi familia para la que soy la niña consentida, a mi perrito Whisky mi compañero, mi bebé hermoso.
En este camino he conocido grandes personas que de un momento a otro se convierten en parte de tu familia y con las que se crea lazos tan fuertes que nada ni nadie tiene la potestad de romperlos.
Escribir esto me ha sacado la lágrimas, el que es cercano a mi sabe que soy bien llorona o demasiado sentimental pero tenía q escribirlo HONOR A QUIEN HONOR MERECE y detrás de esta medalla de plata esta la mano de mucha gente que me cuida y me respalda, esta medalla de plata no es solo el premio de mi sacrificio de año es de todas las personas que me quieren bien y que de una forma u otra han contribuido a su obtención… creo que he escrito demasiado, solo tengo la necesidad de nuevamente dar las gracias a la vida por permitirme una vez más estar en un podio de premiación, el primer paso para el oro olímpicos esa es mi meta final.
Así que el 4 de octubre para Denia Caballero Ponce ha sido un día de renacimiento…
Denia Caballero Ponce, subcampeona mundial en lanzamiento del disco en Doha 2019
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