Por: Eddy Luis Nápoles Cardoso
El evento que cerró la octava jornada del atletismo en Río de Janeiro, el relevo 4×100 metros para hombres, constituyó posiblemente el cierre del ciclo competitivo del mejor velocista de la historia del atletismo, el fenómeno jamaicano Usain Bolt, quien guió al cuarteto de su país al título olímpico, logrando él además su noveno de por vida, igualando a los míticos Paavo Nurmi y Carl Lewis, de Finlandia y Estados Unidos, respectivamente. La posta caribeña integrada por Asafa Powell, Yohan Blake, Nickel Ashmeade y Bolt, estamparon crono de 37.37 segundos, para aventajar a los sorprendentes japoneses (37.60), que mejoraron su bronce de Beijing 2008 y a Canadá (37.64). Esta además debe haber sido la mejor carrera de relevos de la historia, con cinco países por debajo de los 38 segundos. Las cuartetas de Estados Unidos y Trinidad & Tobago fueron descalificadas.
La cuarteta de Estados Unidos (41.01) de 4×100 metros femenino, venció con cierta holgura a su similar de Jamaica (41.36), mientras que Gran Bretaña (41.77), era tercera, siendo la primera vez en la historia que las tres postas medallistas descienden de los 42 segundos.
La keniata Vivian Jepkemoi Cheruiyot (14:26.17) se tomó sobrado desquite sobre las etíopes y mejoró su medalla de plata de hace cuatro años en Londres, ahora fue secundada por su paisana Hellen Onsando Obiri (14:29.77), mientras que la gran favorita Almaz Ayana (14:12.59), era relegada al tercer puesto con crono de 14:33.59 minutos.
En la final del salto con pértiga para mujeres, la griega Ekateríni Stefanídi se empinó hasta los 4.85 metros para imponerse sobre la estadounidense Sandi Morris también con la misma altura, pero con un nulo en 4.70, mientras que Stefanídi lo saltó en el primer intento, la medalla de bronce fue para la neozelandesa Eliza McCartney (4.80). Las también candidatas al podio, la cubana Yarisley Silva (4.60) y la estadounidense Jennifer Suhr (4.60), fueron relegadas al sétimo puesto.
Al quedar eliminado en la ronda clasificatoria el polaco Pawel Fajdek (72.00), la final quedaba más abierta, instancia que fue bien aprovechada por el tajikio Dilshod Nazarov (78.68), la cuota más baja para un ganador olímpico desde Los Ángeles 1984 (Juha Tiainen 78.08-FIN), la medalla de plata fue para el bielorruso Ivan Tsikahn (77.79), el peor resultado para un segundo lugar desde Montreal 1976, en tanto el polaco Wojciech Nowicki (77.73) era tercero.
En la prueba de caminata 50 kilómetros se coronó el eslovaco Matej Tóth (3:40:58), quien había sido octavo hace cuatro años en Londres, seguido del australiano Jared Tallent (3:41:16), que revalidó la medalla de plata, mientras que el canadiense Evan Dunfee (3:41:38), se colgaba al cuello, la presea de bronce. El mejor latino fue el local Caio Bonfim (3:47:02), octavo lugar.
En los 20 kilómetros de caminata para damas, se impuso la china Hong Liu (1:28:35), que había sido cuarta en Londres; seguida de la mexicana María Guadalupe González (1:28:37), mientras que tercera era otra caminante del gigante asiático, Xiuzhi Lu (1:28:42).
En la clasificación de los relevos 4×400 para mujeres, avanzaron a la final, las postas favoritas, Estados Unidos (3:21.42), Jamaica (3:22.38), Ucrania (3:24.54), Gran Bretaña (3:24.81), Canadá (3:24.94) e Italia (3:25.16), mientras quedaban en el camino, Alemania (3:26.02), y Bahamas (3:26.36), entre otras.
En el apartado masculino, igualmente avanzaron las principales postas, Jamaica (2:58.29), Estados Unidos (2:58.38), Bélgica (2:59.25), Botswana (2:59.35), Polonia (2:59.58), Bahamas (2:58.64), Cuba (3:00.16) y Brasil (3:00.43), mientras que eras descalificados, Gran Bretaña, Trinidad & Tobago y la India.
Pero si las leyes fueran para todos los países iguales, Bolt solo tendría 8 medallas de oro y debería ser descalficado el relevo y anulada la marca por el doping de Nesta Carter. En el caso de Marion Jones se hizo y nadie tuvo piedad con las pobrecitas velocistas que no son las que deciden quién corre en el relevo con ellas, pero la ley es así, uno/una dopado/a todo el relevo descalificado
Este tipo de decisiones me pone cada vez más claro, que en todos las esferas se dice que todos somos iguales, pero hay algunos que son «más iguales» que los otros.