100_5732 Por Lilian Cid, Andy Bermellón y Abel Castillo

Especial para el Blog CubaxDentro

La remembranza de los Juegos Olímpicos de Moscú ´80 trasciende a los cubanos y cubanas que vivieron aquellas jornadas. Quienes escriben, por ejemplo, ni siquiera pensaban en venir al mundo y aun así no nos hemos podido escapar de las historias que hablan del majestuoso Luzhniki (estadio), del simpático oso Misha (mascota) o de la excepcional actuación de María Caridad Colón, la mujer que silenció al Luzhniki.

En la capital soviética, ante la mirada atónita de los miles de espectadores y de las restantes once competidoras, entre ellas la favorita alemana Ruth Fuchs, y la local Tatiana Biryulina (recordista mundial desde hacía par de semanas con 70,08) la baracoense precisó de un solo intento y 68,40 metros para asegurarse en lo más alto del podio.

Tres décadas y tres años después de la gesta en la capital soviética, el Estadio Panamericano y la Copa Cuba nos ha dejado la posibilidad de conocer a esta cubana. Una mujer que se inmortalizó junto a su dardo. Y es que ese título olímpico le otorgó igualmente el mérito, el enorme mérito, de convertirse en la primera mujer latinoamericana en proclamarse campeona del atletismo bajo los cinco aros.

-¿Cómo recuerda los Juegos Olímpicos de Moscú 80?

Fueron unos juegos maravillosos. Más allá de mi actuación, esos Juegos tuvieron un nivel muy alto, no solo en mi especialidad sino en todas las disciplinas. A pesar de que no asistieron algunas potencias deportivas de aquel entonces, pienso que Moscú´80 tuvo un gran impacto. En lo personal me quedan mucha satisfacción de su organización y concepción. Igualmente por lo que significó para la Unión Soviética y para la ciudad de Moscú realizar esos Juegos Olímpicos, siendo una de las capitales más importantes del mundo. Recuerdos tengo muchos, ganar una medalla de oro olímpica es un sueño, y también conservo muchos otros momentos porque por suerte me tocó competir en los primeros días y luego tuve la oportunidad de asistir a otras competencias, apoyar a mis colegas y ser parte de muchos momentos excepcionales que se produjeron allí.

-¿Qué opinión le merece Osleydis Menéndez que fue como su sucesora en el podio Olímpico?

A Osleydis le tocó darle continuidad a lo que Cuba cultivó en el lanzamiento de la jabalina. Veinticuatro años después de Moscú, Cuba alcanzó otro título olímpico en nuestra especialidad. Mucho tuvo que ver el hecho de que nosotros no pudimos asistir a dos ediciones olímpicas consecutivas – Los Ángeles 84 y Seúl 88- . Estuvimos presentes en Barcelona 92, con Dulce Margarita García pero quedamos a las puertas del podio. Luego llegó Osleydis al equipo Nacional, y comenzó a construir su camino, ganó el Campeonato Mundial Juvenil y su perspectiva era enorme. En la Olimpiada de Sidney 2000, logró un bronce y demostró que venía en ascenso; cosa que ratificó con el oro en el Mundial de Edmonton, al año siguiente y terminó por consolidar con el título olímpico en Atenas 2004, con récord mundial y olímpico, en su tiempo.

Con la salida de Osleydis Menéndez la disciplina ha tenido un descenso en los resultados internacionales ¿Qué valoración nos puede hacer sobre el lanzamiento de la jabalina femenino en nuestro país y a nivel mundial?

Bueno, a nivel mundial hay deportes que tienen sus momentos, no siempre surge un campeón extraclase. En las Olimpiadas y los Mundiales ha existido una gran rivalidad entre las rusas, las checas y las alemanas, que son para mí opinión los países con mayor tradición en el evento, no obstante nosotros aquí siempre hemos estado entre las diez mejores. En épocas anteriores había tres o cuatro atletas entre las diez primeras del ranking mundial, ahora y es lo que te decía, uno termina y se sabía que Osleidis no iba a ser eterna, como no lo fui yo tampoco en mi tiempo. Se está trabajando por captar nuevos talentos para la especialidad y espero que pronto comiencen a salir los resultados.

En cuanto a las jabalinistas de la actualidad, a mi me llaman especialmente la atención, a checa Spotaková y la rusa Abakumova. Realmente estas dos marcan la avanzada y son atletas muy competitivas y poderosas. Adicionalmente me gusta mucho su estilo de competir, porque tienen una semejanza entre ambas y es esa capacidad de luchar por la victoria hasta el final.

Desde su experiencia. ¿Qué característica debe tener una lanzadora de jabalina?

Mira las características dependen del lugar porque el medio donde te desarrollas siempre influye . Nosotras tenemos características diferentes, para nadie es un secreto, que el éxito de las cubanas está en la velocidad, en la potencia, la fuerza rápida. En Europa, se definen y se defienden otros estilos, no obstante en estos últimos años se han acercado bastante, y de ahí que las lanzadoras han ganado mucho en explosividad y sobre todas las cosas, se han convertido en atletas muy competitivas y profesionales.

¿Qué diferencias existe en el cambio de las jabalinas?

Yo no logré ver la diferencia, no la sentí, no la sé. Me retiro por eso, debido a que yo llevaba casi veinticinco años con la antigua jabalina y el cambio traía consigo muchas modificaciones en los movimientos técnicos a los cuales no me adapté, las cosas no me salían muy bien y para ser sincera, me gustaba mucho más el vuelo que hacía la anterior jabalina.

¿En qué se basó el éxito de Maria Caridad Colón?

Lo mejor que tuve y considero determinante en mis resultados fueron los entrenamientos. Yo vivía para entrenar y era lo más importante en aquel momento para mí. De ahí tuve la suerte, y hay que decirlo así, de que el destino me premiara. Tuve compañeras que hacían lo mismo que yo y no pudieron alcanzar esos resultados.

Con los resultados que ha tenido la jabalina cubana. ¿Considera usted que existe una escuela de jabalina cubana?

La escuela existe mientras produzca resultados. Cuba es una escuela por el enorme potencial que tienen sus entrenadores. El conocimiento táctico, técnico y metodológico que coleccionan sus preparadores.

Su consejo para las nuevas generaciones.

Los consejos siempre empiezan por la casa, y luego llegan a la escuela. El que no es capaz de formar y poner en práctica los valores familiares y patrios desde temprana edad jamás llegará a hacerlos suyos. Uno tiene que saber lo que quiere, y luchar por conseguir los objetivos. Aplicar esa filosofía es una garantía para triunfar en la vida, tanto como atleta, como persona integrada a nuestra sociedad.

 

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