Cuba's Yarisley Silva competes in the Women's Pole Vault Final during the athletics event at the Rio 2016 Olympic Games at the Olympic Stadium in Rio de Janeiro on August 19, 2016. / AFP / FRANCK FIFE (Photo credit should read FRANCK FIFE/AFP/Getty Images)

Hay veces que la temporada no miente y esta fue una de esas oportunidades donde no hay cabida para sorpresas. Yarisley Silva terminó séptima en la final olímpica del salto con pértiga. Los 4.70m devinieron en barrera infranqueable y en ellos terminaron sus posibilidades de luchar por hacer realidad el sueño de llegar a lo más alto del podio en los Juegos Olímpicos. En honor a la verdad, no era este el mejor año para la cubana y las medallas a este nivel se construyen en el entrenamiento y se sustentan con la regularidad de los resultados. Signos que no habían sido característicos en la travesía competitiva de la cubana durante 2016.

Obvio, claudicar no era una salida; mucho menos para una atleta como Yarisley Silva, protagonista de tantas lecciones de perseverancia y competitividad. Fiel a esas cualidades salió la pinareña en búsqueda de su meta, y luchó con todos los argumentos que tenía. Mas no era su noche. Los astros estuvieron mucho más cerca de bendecirla en Londres, aquel lunes 6 de agosto en el que un fallo sobre 4.45m le negó la posibilidad de titularse, que en el Joao Havelange.
Cierto es que lo hecho hoy dista de lo que probablemente todos esperábamos. Está lejos, incluso, de lo que seguramente ella esperó pero esas cosas pasan, sobre todo en el deporte, donde todos tenemos que ser capaces de asumir que muchas veces se puede ganar pero otras tantas se puede perder.

El oro en tierra carioca lo ganó Ekaterini Stefanidi, la atleta de mejor rendimiento y estabilidad durante todo el año, con registro de 4.85m. Le secundó la estadounidense Sandi Morris con idéntico registro pero un fallo más que la griega mientras que el bronce fue para la jovencita neozelandesa Eliza McCartney (4.80), autora de una excelente competencia.

En definitiva, Río 2016 atestiguó la renovación total del cuadro de honor de unos juegos a otros pues Jennifer Suhr, titular en Londres, se marchó de la disputa justo antes de que Yarisley, su escolta en 2012 y ahora ocupantes del séptimo puesto con 4.60m. El bronce en la capital británica lo había ganado Yelena Isinbayeva, quien, como es conocido, no pudo contender en Brasil por el veto impuesto a la Federación Rusa de atletismo. Isinbayeva, dijo adiós oficialmente al deporte activo este 19 de agosto. Se despidió la zarina y lo hizo como la atleta de mayores y mejores resultados en la historia de esta especialidad.

Y Grecia, por cierto, se convierte en la tercera nación que logra un título en el salto con pértiga, una prueba que llegó a la escena olímpica para las damas en los Juegos de Sydney 2000 y en la que solo Rusia (2) y Estados Unidos (2) habían logrado titularse.