Por: René Navarro Arbelo / Foto: ACN

Hace ya varios meses – creo que alrededor de dos años – dije en un espacio de Cubavisión Internacional que la única salvación posible del béisbol cubano y su seguimiento e interés dependerían en lo adelante de que esas cuatro gloriosas letras fueran defendidas por un equipo de nativos en la MLB. Me acompañaron en aquel programa José Alejandro Rodríguez y Michel Contreras.

No se vislumbra por ahora que ello sea posible – todos conocemos las trabas y limitaciones que adornan el panorama ciudadano y deportivo impuesto hacia nuestra Isla por Estados Unidos – . Tendría, además, que existir una regla muy especial y los consabidos patrocinadores que apoyaran financieramente la presencia de Cuba en la gran carpa. Obtener una franquicia en la MLB exige dinero, miles y más miles de dólares.

Mientras tanto, el fútbol se sigue adueñando de toda la atención de los niños y jóvenes de la capital cubana. Desconozco – aunque tengo referencias – si ese mismo es el ambiente que prevalece en otras provincias y municipios del país.

Más de una vez he escuchado que el béisbol es propiedad de los viejos y que las nuevas generaciones de cubanos menores y mayores de 30 y hasta 40 años de edad prefieren ver partidos de diferentes ligas europeas, la Champions o la Copa Mundial. Ese contagio llega hasta los padres, abuelos y más allá.

Amigos míos, pueden trasmitirse diariamente por la TV todos los encuentros de la MLB, incluidos los de cubanos integrantes de diferentes equipos, que ese fútbol cuya máxima expresión se llaman CR7 o Messi, no tiene rival entre las preferencias de Tele- Rebelde o los canales alternativos. Una simple conversación callejera o espacios de radio que reciben decenas de mensajes y llamadas todos los días, me dan la luz sobre el tema. Sin aparecer como país o figuras de nombre en el contexto internacional, el rey fútbol es actualmente el deporte más seguido por la mayoría de los cubanos. Esa es mi opinión.