noelvis-entenza-cienfuegos-beisbol-foto-ricardo-lopez-hevia René Navarro Arbelo/Tomado del Facebook del autor

Hasta hace unos meses una buena mayoría de quienes hablan o comentan sobre el deporte cubano estaban lejos de que esta actividad también sería invadida por transformaciones. Más de una vez alerté sobre necesarios cambios y proyecciones de esas ideas en el presente siglo, aunque todavía el proceso se presagia más abarcador. En el béisbol se dan pasos importantes y todo apunta a algo superior, pero en otros deportes la tarea exige un muy riguroso análisis y control de lo que deciden sus directivos.

Prefiero mi provincia o permuto para otra

Cuando el pasado año se anunció la incorporación de los hermanos Gourriell a la nómina de los Industriales, y conociendo ya de situaciones anteriores de otros peloteros que cambiaron de residencia y provincia, me di cuenta tempranamente que la Serie Nacional de Béisbol estaba llamada a significativos cambios. No se trata – aclaro – de la segunda etapa de ocho selecciones ya asimilada por nuestro público.

Existen regulaciones desde la creación del INDER del sistema de participación a nivel nacional y un documento que protege los intereses de cada dirección provincial de deportes … pero, aparentemente, ya esa legislación no se ajusta a los presentes tiempos. Ahora mismo un buen número de atletas ya no figuran en los equipos de sus respectivos municipios en las series provinciales; cambiaron o reforzaron los rosters de otros o se mudaron de sitio. Tal parece que tendremos que adaptarnos a estas nuevas variantes. Hace unos días conversaba con fieles aficionados industrialistas y les expresaba que las letras y el color azul van a quedar, pero no defendidas totalmente por hombres que nacieron y crecieron en la capital. Esta situación de reclutar a peloteros de otras zonas del país se inició en Matanzas, pero ahora apunta a extenderse, sobre todo, a otras selecciones del occidente y centro de la nación.

Quizás los sociólogos y estudiosos de lo que actualmente acontece en Cuba nos puedan brindar mayor luz sobre este asunto. Ninguna de las provincias – digo yo – está exenta de esos movimientos. Un crecido número de atletas prefieren cambiar de franela y necesitan la autorización de las autoridades, no siempre receptivas con aquellos que deseen integrar el conjunto de otra región. No sabemos nada de estructura, calendario o forma de juego de la serie nacional número 54, pero me aventuro a decir que las diferencias se nos vienen encima.

Habría que sondear entre nuestros comentaristas nacionales, provinciales y ese respetable público que respalda a sus coterráneos, si sería saludable para el bien del espectáculo que peloteros formados en otros lugares de Cuba se distingan de pronto con otra camisa en detrimento de los nacidos y hechos dentro del territorio. Creo que es un tema para debatir por largas semanas , aunque en otras ligas y países la gente aplaude y admira a los naturales e importados.