Rose MaryAPor Lilian Cid Escalona/ Especial para Cubahora

La doble vuelta al óvalo es una prueba exigente, tanto física como tácticamente. Muchas veces, sin descartar la fuerza y la resistencia, la clave del éxito para el atleta está en la exacta interpretación del papel que le corresponde. Eso hace de los 800 metros una carrera espectacular, porque aunque los números de temporada ofrecen un panorama global, es la pista y los aproximadamente 2 minutos en que habitualmente se corre la distancia los encargados de dictar sentencia. De cara al cercanísimo campeonato mundial, los 800 se robarán otro tanto de atención desde esta parte del planeta. Otra vez las féminas, sobre todo en la figura de Rose Mary Almanza, llega con opciones de buscar, incluso, un puesto en el podio.

A simple vista afloran oportunidades para la camagüeyana, que en ocasiones se muestra apta para correr sin problemas por debajo de los dos minutos y aparece segunda en el ranking del año gracias al excelente crono de 1:57.70 que rubricara en Paris a principios del mes de julio. Sin embargo, para afianzarse a la idea de escalar el podio mundial tendrá que redimirse de sus últimas actuaciones y reencontrar ese paso que la llevó a posicionarse entre las mejores corredoras del planeta durante esta temporada.

A Rose Mary únicamente le supera la vigente titular, a juicio de quien escribe, la favorita al título Eunice Sum (1:56.99), pero “flota” en un pelotón de marcas donde otras cinco atletas han logrado bajar de 1.59 minutos entre las que sugiero no perder de vista a la estadounidense de 21 años Ajee Wilson, tercera con 1.57.87 (también le consta 1.58.83). Detrás hay un aluvión de tiempos inferiores a los 2 minutos, varios de ellos con firma de figuras establecidas para una prueba donde la gran ausente será la campeona olímpica y subtitular mundial Marya Savinova.

A propósito de las ausencias, los anuncios al respecto han ocupado titulares en las últimas semanas y suena, sobremanera, la decisión de no participar en Beijing dada a conocer por la sensacional balista Valerie Adams. La neozelandesa contó a través de las Redes Sociales de Internet que no acudiría al mundial y que en ello encuentra una fuente extra de motivación para los Juegos Olímpicos de 2016.

También hizo pública su ausencia la campeona olímpica y mundial del lanzamiento del martillo Tatyana Beloborodova (Lysenko), quien estuvo alejada de las pistas por maternidad y solo pudo ser novena en el campeonato nacional con 61.28 metros. Pese a tener el will card que otorga la IAAF a los campeones defensores, Tatyana admitió no estar lista para acceder a la disputa de las medallas, al tiempo que ratificó sus planes de enfocarse en las Olimpiadas de Río y en la crianza de su bebé. Recordemos que la polaca Anita Wlodarczyk ha puesto en órbita el martillo llevando el récord mundial hasta los 81.08 metros.

Otra titular que no podrá defender su cetro es Svetlana Shkolina en el salto de altura. Según informó su entrenador Sergey Klyugin, la rusa padece una lesión del tendón de Aquiles y será operada. La italiana Alessia Trost también se perderá el mundial por causas similares.

Otros nombres de élite que por diversas causas aparecen entre la lista de ausentes son Teddy Tamgho, Sally Pearson, Yelena Isinbayeva y Sanya Richards Ross, por citar algunos.

UNA RETROSPECTIVA NECESARIA

Hace dos años, en la XIV edición organizada por la ciudad de Moscú, los locales se alzaron con el primer lugar en el medallero gracias a cosecha de 7 metales dorados, 4 de plata y 6 bronces por delante de Estados Unidos (6-13-6) y Jamaica (6-2-1). El triunfo colectivo de los anfitriones los puso en un puesto que no ocupaban desde Edmonton 2001 donde con saldo de 5-7-6 superaron precisamente a Estados Unidos (5-5-3), histórico dominador de estos eventos.

Cuba rindió actuación de tres medallas (0-1-2): Pichardo, Barrios y Silva, por su orden,   que le reservó la vigesimotercera posición en el medallero. Saldo que no alcanzó para completar el objetivo de superar la demostración precedente de Daegu (0-1-3) . Por puntos, los cubanos anclaron en el decimocuarto puesto, merced a siete finalistas que sumaron 32 unidades.

Así aterriza el atletismo cubano en Beijing. Y es una realidad que se pudieran superar los resultados precedentes porque hay posibilidades fuertes de oro en el ambiente, pero ello no debe tomarse como un termómetro decisivo a la hora de valorar la situación real que vive el atletismo y el deporte cubano en general. Esa es harina de otro costal.