Por: Harold Iglesias / Cubasi
Entrando en calor, la lid servirá para ir modelando quiénes pudieran conformar en definitiva la comitiva antillana que, de celebrarse los Juegos Olímpicos de Tokio, nos representaría. Al decir de la Comisionada Nacional Yipsi Moreno, esa cifra de atletas estaría en un entorno cercano a los 25-30.
Sucede que la Copa Cuba marca el cierre de una estructura de preparación, la cual estuvo diseñada para que varias de nuestras principales figuras se midieran en el Mundial sobre pista cubierta de Nanjing, China y al este suspenderse por causa de la epidemia del Coronavirus, esos efectivos están ávidos de probarse y realizar registros de relieve.
Así podremos atestiguar pruebas de categoría Mundial como el salto de longitud, con Juan Miguel Echevarría (8.41 metros), con su mejor inicio de campaña bajo techo; Lester Lescay (8.28), Maykel Massó (8.26); y Maykel Vidal (7.94). De ellos los tres primeros con registros superiores a los 8.22 exigidos para viajar a Tokio, y Vidal con todas las potencialidades para conseguirlo.
No menos interesante estará el triple salto en uno y otro sexo: En el
caso de los varones, se notará la ausencia de Jordan Díaz, quien luego
de estirarse hasta 17.07 en Francia, sufrió una molestia derivada de un
mal paso. Tratarán de imponerse entonces Andy Díaz (17.29 metros), Henry
Rosique (17.05) y Cristian Nápoles (17.03), además del reincorporado
Lázaro Martínez (16.54).
Entre las damas Liadagmis Povea (14.55 metros) y cuarta del listado
anual techado (14.52), estimulará a su coequipera Davisleydi Velazco
(13.94), además de la juvenil Thalía de la Caridad Pedroso (13.30)
logrados en la pista del Fortún camagüeyano.
Si de rendimientos loables y posibles nervios a flor de piel estamos hablando, habrá que volver la mirada hacia los 800 metros planos femeninos: Rose Mary Almanza (1:59.83 minutos) ha tenido su mejor inicio en años, y siente de cerca además el empuje y aliento de la reinsertada Sahily Diago (2:01.66), quien después de varios años sin codearse a un nivel riguroso, demostró con dicho registro que tiene para aspirar a una final olímpica junto a su compañera. Al acecho de ellas seguro veremos a María Calderín (2:02.60).
Sin abandonar la pista pasamos a la vuelta al óvalo con un matiz doblemente interesante: Se busca redondear la posta larga femenina cubana y el relevo mixto, amén de que tanto Roxana Gómez, como Yoandys Lescay, dos cartas contempladas para dicho propósito, no irán al ruedo. Roxana se recupera del dengue, y Lescay de una lesión que lo aqueja. El protagonismo lo asumirán de seguro Zurian Hchavarría (53.01) y otra sprinter que fuimos capaces de rescatar: Lisneidy Veitía (53.50).
En el caso de Zurian, por si eso no bastara, hay que ponderar sus 55.77 del 400 c/v en el recién culminado Fortún, justa en la que se erigió como la mejor atleta. Los privilegios continúan, y uno de ellos será ver al colíder del salto de altura y también clasificado a Tokio Luis Enrique Zayas (2.33 metros). Zayas ha experimentado una evolución considerable en sus rendimientos, codeándose sin remilgos con los mejores exponentes de esa modalidad, bajo la tutela de Juan Francisco Centelles y los consejos cercanos de Javier Sotomayor.
Dentro de los saltos verticales siempre será un privilegio ver a nuestra campeona mundial y medallista bajo los cinco aros de salto con pértiga, Yarisley Silva. Yari abrió la temporada 2020 con el pie derecho al sobrevolar la varilla sobre 4.74 metros, pero luego sufrió una ligera molestia. Competirá, pero no lo hará al 100% de sus capacidades. Junto a ella, batallará por un buen registro Rosaidi Robles, plusmarquista nacional juvenil.
Dejamos para el cierre la que indiscutiblemente acaparará la mayoría de los titulares. Una rivalidad extendida por varias temporadas entre las dos mejores discóbolas del planeta en la actualidad: Yaimé Pérez (64.13 metros), y Denia Caballero (63.71). Y créanme cuando les digo que desde el otro lado del Atlántico estará muy atenta la croata Sandra Perkovic (65.93), puntera en la incipiente campaña. Yaimé y Denia marchan tercera y quinta, como parte de la planificación diseñada por sus respectivos entrenadores. Tiempos y marcas de relieve seguro patentarán la Copa Cuba 2020.
Esfuerzos para convertirla en un espectáculo en toda su dimensión.
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