Por: Lilian Cid Escalona/ Cubahora
El coronavirus, la pandemia de este “bicho” raro del que aún se sabe poco, le ha cambiado los tiempos al mundo. Es una situación un tanto surrealista, que ha tomado el control de todas las vidas del planeta.
A Leydi Laura Moya, la pentatleta cubana, le toca de cerca, no solo porque ha variado su rutina de atleta de alto rendimiento, sino porque ha tenido que lidiar con la posibilidad real de estar enferma.
En estas circunstancias me atrevo a escribirle por Messenger, “Hola….¡Que estés bien!”, le digo y me retiro porque a ciencia ciertas no espero que me responda. Al rato, advierto que me he equivocado. “Muchas gracias, cuídate mucho”, me devuelve y entonces comenzamos a intercambiar.
Del tema #covid19 vamos saturados todos, así que veo oportuno hablar de su deporte. Porque Leydi Laura Moya tiene una particular historia de vida, que la ha hecho brillar con luz propia en el pentalón moderno pese a haber llegado, como se dice, de carambola.
Ella solía nadar. Practicó natación desde los siete años. Se “dedicaba” a eso oficialmente, y en sus ratos libres incursionaba en el biatlón (natación y carreras). Su desempeño dentro del agua la llevó a matricular en la Escuela Marcelo Salado, de la que desistió a los 15 años.
“Yo no quería nadar más” – me dice en uno de los audios que intercambiamos, ahora por WhatsApp -, pero quería hacer deporte, para divertirme y ahí me pongo con el pentatlón”. Ese mismo año fue a dar al equipo nacional porque ganó una competencia así, en plan de hobby.
Su historia también encumbra a Cuba, porque Leydi Laura Moya es uno de los referentes de estos tiempos para esta especialidad deportiva en nuestra isla, y trasciende fronteras, pues es la flamante primera campeona de este deporte en la historia de los Juegos Olímpicos de la Juventud.
El pentalón moderno es una prueba olímpica que implica dominar cinco modalidades deportivas: esgrima, natación, equitación, tiro y carrera.
“Yo – continúa- no creo tener un punto fuerte, creo que soy bastante estable en los cinco eventos, aunque la verdad; la esgrima me suele salir bien siempre.”
Su primera experiencia olímpica fue en los I Juegos Olímpicos de la Juventud en el 2010 y allí ganó el título. Estuvo en la segunda olimpiada para jóvenes como embajadora, y compitió en los Juegos de Río de Janeiro en 2016, aunque no le traen del todo un grato recuerdo porque terminó lejos de lo que quería (lugar 33) tras caerse del caballo.
“Saber que tendré – en Tokio- otra oportunidad olímpica es muy lindo. Solo saber que vas a estar es un premio, porque no todo el mundo puede clasificarse. Se siente bien. Se siente bien repetir la experiencia”
“Por suerte han pospuesto los juegos. Yo pienso que es mejor que los postpongan a que los cancelen. Ya no serán este año, pero vamos a tener los Juegos Olímpicos, eso es lo importante”– me apunta en otra misiva de voz-.
En días pasados, el Comité Olímpico Internacional (COI) dio por sentado que no habría Juegos Olímpicos este año. Serán en 2021, entre el 23 de julio y el 8 de agosto, tentativamente. El deporte, como casi todo, se ha detenido en el planeta.
“Ahora estamos parados, y la preparación obviamente cambiará de acuerdo ahora con las nuevas fechas. Desde que cerraron la escuela, yo personalmente corrí cerca de la casa e hice ejercicios hasta que mi mamá no me dejó salir más. Luego ya no hice más nada”
Para Tokio tengo un pronóstico de terminar entre los lugares 10 y 15 de mi deporte. Eso es lo que evalúa mi colectivo, pero en lo personal quiero más. En cuanto se pueda voy a entrenar fuerte; más fuerte. Daré lo mejor de mí, tal y como lo estaba haciendo cuando esto empezó. Lucharé por el mejor lugar posible.”
Leydi Laura cumple una condición de aislamiento preventivo ante la posibilidad de haber contraído la COVID-19. Está “hospitalizada” en el Hotelito Deportivo de la Juventud en Altahabana, Boyeros, optimista por su buena evolución.
“Yo estoy bien. Tengo un poco de tos, pero nada más. La verdad es que no me siento mal ni nada. Los médicos me evalúan bien, están optimistas de que mi resultado va a ser favorable. Estoy aquí por prevención, y me siento segura”
Una condición de enfermedad no es positiva en ningún momento o sitio, máxime cuando el riesgo implica al dichoso coronavirus, del que se tienen tan pocas certezas, sin embargo, ella se siente segura porque está en Cuba y así lo certifica al tiempo que agradece a quienes le cuidan por estos días de confinamiento.
En tanto hablamos le han hecho la prueba rápida…
“Quiero agradecer al personal que me atiende por la dedicación y el cuidado. Todos, desde los médicos hasta el personal de servicios aquí da lo mejor de sí, se esfuerza por hacer más con lo poco que a veces tienen, se arriesga, y esto, por supuesto, merece todos los aplausos”
“Y quiero pedirles a las personas, a todas, que se cuiden, que tomen las precauciones, que todo cuidado es poco. Estamos en un momento complicado y solo juntos podremos salir adelante”.
Y es así, tal cual. Solo juntos y con una conducta responsable podremos frenar el paso de este fatídico virus. Cuando todo esto pase, volveré a entrevistarle, pero en su medio natural; entrenando, trabajando con todo el ímpetu que ahora contiene para ir tras sus metas…
Oye, irrumpe vía Messenger….“Ya me dio negativo”
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