El estadounidense Christian Taylor (CHT) y el cubano Pedro Pablo Pichardo Peralta (4P) dan vida a una de las rivalidades más interesantes del atletismo contemporáneo. Sus prestaciones en el triple salto despiertan el interés de los aficionados al llamado deporte Rey con la expectativa adicional de saber si alguno de estos —aun jóvenes— portentos puede llegar a desbancar a Jonathan Edwards; recordista del mundo desde hace dos décadas.
Taylor acaba de cumplir 25 años (nació el 18 de junio de 1990) y es doble campeón mundial (Daegu’11 y Beijing’15) y campeón olímpico (Londres’12). Fue subcampeón bajo techo en la cita global de Estambul’12, cuarto en Moscú’13 y se tituló en la categoría de cadetes en la edición que organizara Ostrava en 2007.
Pichardo, en tanto, arribó a sus 22 años (nació el 30 de junio de 1993) y es subcampeón mundial por partida doble (Moscú’13 y Beijing’15), también ganó el bronce en la Sopot’14. En 2012, 4P dio la primera clarinada internacional al coronarse entre los juveniles cuando compitieron en Barcelona.
Según registra la IAAF en su ranking del año, entre ellos suman los12 mejores saltos de la temporada, cinco de ellos por encima los 18 metros. Algo inédito, sobre todo porque en el resto de la historia de esta prueba solo se tiene constancia oficial de otros cinco estirones de tal magnitud.
Si de estabilidad se trata, Pichardo parecía más sólido con cinco saltos superiores a los 17.90, conseguidos entre mayo y los primeros días de julio. El cubano empezó a “darle duro” al año en mayo, el día 8 saltó 17.94 y su secuencia que pasó por 18 metros un par de veces y superó los 17.90 en otras tantas culminó el 9 de julio, con los 17.99 metros que le dejaron segundo en la parada liguera de Lausana.
Taylor, tuvo su primera incursión sobre 18 metros el 28 de mayo, y fue alternando sus registros hasta conseguir otros dos saltos de similar envergadura en julio. Lo próximo fue en la final del campeonato mundial, con esos 18.21 metros que le coronaron campeón del mundo, y le convirtieron en recordista de su país y en el segundo hombre que más lejos ha llegado en la especialidad. Dicho sea de paso, todas sus incursiones sobre 18 metros las ha patentado en el último salto, con excepción del 18.02 que en Lausana antecedió al 18.06 que acreditó su victoria.
En los duelos directos, el estadounidense ha sacado la mejor parte con tres victorias (Lausana, Mónaco, Beijing), mientras que el cubano colecciona una sonrisa (Doha). Aunque claro, a este enfrentamiento le quedan muchas historias que contar, incluso, este año. Y es que estos “saltamontes” volverán a verse las caras en Bruselas, para contender por el diamante.
En el circuito, Pichardo aparece delante con 16 unidades (ganó en Doha, Roma y Nueva York y fue segundo en Lausana y Mónaco). Taylor le acecha con 14 puntos (ganó en Birmingham, Lausana y Mónaco y fue segundo en Doha). La última fecha de la Liga de Diamantes otorga puntuación doble a sus ganadores, y el triple aterriza con toda la tensión en el Memorial van Damme, que será la última estación de esta especialidad. Taylor, que ha dominado desde 2012, tiene la meta de defender su gema, Pichardo busca un título para avalar su excelente año. La mesa está servida. El 11 de septiembre en el King Baudouin Stadium de Bruselas habrá otra gran batalla.
(Tomado de Cubahora)
Creo que el año de sanción alteró la preparación. Es muy posible que el hecho de volver a competir al más alto nivel e internacionalmente haya provocado una especie de euforia en PPPP y por ello se haya presentado con sus mejores marcas a principios de la temporada. También si fuera cierto que se lesionó, durante o previo a los Panamericanos, eso disminuye la seguridad, lo que también sucede si se cambian detalles técnicos durante la temporada.
De todas maneras, el segundo lugar del mundial por segunda vez constituye un logro, pero no puedo imaginarme que el atleta esté satisfecho con eso, después de lo que parecía poder saltar
Como en todos los casos ojalá se analicen las causas y se corrijan o se eviten los errores el año próximo. A mí personalmente una medalla de plata con 18,08m me hubiese hecho saltar del sillón, pero sinceramente hablando no sentí lo mismo con los 17,73m de Peking.
¡Muchísima suerte en Bruselas, también para Denia y Yaimé!, aunque para la primera con su oro mundial, en el cuello no debe ponerse nerviosa si no le salen bien las cosas!